Liam Gallagher, Coldplay y Miley Cyrus fueron algunos de los artistas que dedicaron una parte de sus shows a brindar un homenaje a Taylor Hawkins, baterista de Foo Fighters, en los días posteriores a su muerte en Bogotá, el pasado viernes 25 de marzo.
La banda liderada por Dave Grohl estaba confirmada como uno de los números estelares de la 64° edición de los Grammy. Sin embargo, la tragedia canceló todos los planes de la agrupación, incluida su gira y su performance en el evento fijado para este domingo en Las Vegas, Estados Unidos.
Pero una de las principales figuras de la actual versión de los premios quiso recordar en vivo a quien fuera uno de los bateristas más virtuosos y queridos del circuito.
Billie EIlish, además de estar nominada a siete categorías, se tomó el escenario del MGM Grand Garden Arena para interpretar Happier tan ever, uno de los temas más desgarradores de su segundo disco homónimo.
La cantautora de Bad guy salió con una polera negra con una foto de Hawkins, brindando el primer tributo de la noche para el músico fallecido a los 50 años. Acompañada de su hermano Finneas, Eilish otorgó un despliegue a la altura de su composición, aunque prefirió que su homenaje quedara sólo en ese guiño y no dedicó palabras al músico.
En tanto, en la ceremonia previa (no trasmitida por televisión), Foo Fighters alzó los tres reconocimientos a los que aspiraba: Mejor actuación de rock, Mejor canción de rock y Mejor álbum rock.
Además, se espera que la Academia de la Grabación conceda un segmento especial de su gala –aún en curso– a la figura de Hawkins.