No lo pasa bien Will Smith por estos días. Son quizás las consecuencias de un arrebato. Desde que hace casi dos semanas el actor abofeteara en escena al comediante Chris Rock por una broma de mal gusto que hizo contra su esposa Jade Pinkett, todo ha ido cuesta abajo para el actor. Incluso tras ganar esa misma velada el Oscar a Mejor actor por su rol en Rey Richard.

Varias compañías han suspendido o cancelado los proyectos cinematográficos que tenían con él. Algunos de sus pares han salido a criticar su reacción. Y él mismo debió renunciar a la Academia tras ofrecer disculpas y reconocer que todo había sido tremendo un error.

Con tanta carga encima, el medio inglés The Sun ha publicado que Smith ingresó a un centro de rehabilitación de lujo para poder superar el estrés por todo lo acontecido. Según el mismo tabloide, su paso por el recinto también tiene como objetivo el control de su ira.

“Will está muy afectado y necesita ayuda para lidiar con el estrés”, ha expresado una fuente anónima, cercana a Smith, al periódico. “Esta es una de las luchas más duras de su carrera, tiene que hacer examen de conciencia y averiguar cómo saldrá adelante después de todo lo que ha ocurrido”, agregó.

En cuanto a su futuro inmediato, la junta de gobernadores de la Academia adelantó para este viernes 8 una reunión extraordinaria para definir las posibles sanciones contra el hombre de Men in black. La cita se haría el 18 de este mes, pero ante la gravedad del acontecimiento, determinaron resolverlo mucho antes.

Según recoge The Hollywood Reporter, el presidente de la Academia, David Rubin ha dicho que en este encuentro se puede discutir un castigo contra Smith, aunque también se le dará la opción de que apela y que presente su propia versión de los hechos.

La renuncia del actor puede que haya tranquilizado las aguas, pero aún puede ser nominado a los Oscar o asistir a sus ceremonias. O sea, puede seguir siendo un nombre activo dentro de la industria.