Si bien, a contar de 1989 Ángel Cereceda Parra, más conocido como Ángel Parra, el hijo de Violeta Parra, comenzó a volver de forma más continua a Chile, mantuvo siempre su residencia en Francia. Ahí había llegado a mediados de la década de 1970 en condición de exiliado tras el golpe de 1973.
Fue en tierras galas donde Parra falleció el 11 de marzo del 2017, producto de un cáncer al pulmón a los 73 años. No solo dejó un legado musical fundamental en el cancionero chileno, con más de 50 álbumes, también una serie de objetos personales que quedaron en su casa tras su muerte.
Esos objetos, desconocidos, y que acompañaban a Parra en el taller que tenía en su casa en Francia, fueron recogidos por su viuda, Ruth Valentini. En dos meses, hizo un exhaustivo inventario y los embaló una enorme caja de 300 kilos, y solicitó al Museo Violeta Parra que se hiciera cargo de guardar el valioso cargamento.
Hoy, tras cruzar el Atlántico, la caja ya se encuentra en nuestro país. La directora del museo, Cecilia García-Huidobro, comenta a Culto lo que viene: “Trae los objetos que rodeaban su vida cotidiana. Él tenía un taller donde creaba, recibía gente, era su espacio de trabajo. Se rodeó de objetos como recuerdos, regalos cosas que a él le interesaban. Es su vida, aquellas cosas que valoraba. Siempre lugares como la casa de un escritor o el taller de músico son lugares muy interesantes si uno puede verano qué objetos se relacionó”.
De manera preliminar, se indicó que viene una testera, cuadros, pinturas, fotografías e instrumentos musicales. Además, la medalla de la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral, que obtuvo en 2001, bajo la presidencia de Ricardo Lagos.
En rigor, la caja llegó en diciembre a nuestro país. Sin embargo, una serie de enredos burocráticos hicieron que no se pudiera retirar de la aduana sino hasta principios de esta semana, la última de marzo. Todo en una verdadera carrera contra el tiempo. “Después de tres meses se declara carga abandonada, y estábamos preguntando todos los días”, cuenta García Huidobro.
Pero una intervención crucial logró que la historia de la caja tuviera un final feliz. “Gracias al director de la Aduana Metropolitana desenredamos la hebra que estaba taponada y lo logramos”, recuerda García Huidobro. El coloso llegó a museo pocos días antes que Ruth Valentini volviera a Paris, “ella pudo estar cuando finalmente recibimos la caja”, señala la directora.
Para los curiosos y admiradores del trabajo de Ángel Parra, el Museo contempla realizar una exhibición a futuro con el material que trae la caja. Sin embargo, para ello, asegura la directora, aún no hay una fecha concreta. “Como todo lo patrimonial, la idea es primero estudiarlo, digitalizarlo, y luego compartirlo con la gente. Esa es la idea de su viuda. Lo mandó al Museo para que este tesoro esté guardado y preservado, y porque lo quiere compartir y nosotros nos vamos a encargar que eso se cumpla”.
“Lo que vamos a hacer es primero abrir, inventariar, hacer las fichas, es todo un trabajo bastante largo, pero hay que hacerlo. Sacar fotos de cada cosa”, añade Cecilia García Huidobro.
Los objetos hasta ahora, permanecen embalados en las dependencias del Centro de Extensión del Instituto Nacional (CEINA), donde se encuentra funcionando la institución.
La idea a futuro, señala García Huidobro, es que la exhibición de los objetos se realice en el remozado Museo Violeta Parra, en avenida Vicuña Mackenna. El edificio continúa cerrado tras el incendio que sufrió en 2019 en el marco del estallido social y que obligó a su traslado temporal.
Aunque no es la única novedad que involucra a los Parra. Este jueves 21 de abril se estrena en cines el documental Violeta Existe (2021), que resume el proceso de grabación del proyecto de regrabación de Las últimas composiciones de Violeta Parra, dirigido por Rodrigo Avilés y producido por Paloma Sánchez y Manuel Lagos.