Es uno de los finales más esperados de la TV global en los últimos años. Better Call Saul, la ficción que derivó como precuela de Breaking Bad y que muestra toda la dimensón del abogado Saul Goodman/Jimmy McGill, estrenó ayer lunes vía AMC los dos primeros capítuos de su temporada de cierre (para Latinoamérica ya están disponibles en Netflix).

¿Qué sucederá con el personaje y su entorno, con los villanos con los que se rodea, o con su pareja, Kim Wexler? Hasta el momento las interrogantes siguen.

Pero en lo que hay menos dudas es en las reseñas que han aparecido para dar cuenta del despegue de la despedida definitiva de una de las grandes historias de nuestro tiempo: gran parte de ella aplauden los primeros episodios disponibles y en general hablan de una producción que en su adiós no demuestra pasos en falso.

“El primo más elegante de Breaking Bad se despide con estilo”, titula The Telegraph en su reseña sobre lo que va de Better Call Saul. Después sigue: “En estos primeros episodios se eligió la consistencia de combustión lenta, así como también la tensión, el diálogo alegre y los destellos de violencia”. En el saldo, le dio cuatro estrellas de un total de cinco.

Por su parte, The Hollywood Reporter subraya que el final de Better... deberá resolver dos mundos en conflicto: su expansión en los más diversos personajes y circunstancias, como la irrupción del narcotraficante Lalo Salamanca, que pone bajo tensión a gran parte de los personajes; y su empalme natural con Breaking Bad, donde debe desembocar todo el elenco, salvo los que no estuvieron más y que van a desaparecer de la trama.

“Queda por ver qué tan satisfactoriamente la serie finalmente podrá navegar entre estas direcciones en choque. Pero los primeros dos episodios enviados a los críticos, al menos, continúan reflejando un drama confiado que funciona a toda máquina, y que muestra todos los indicios de salir tan brillantemente como entró”, apunta The Hollywood Reporter.

Luego sigue: “Una de las cualidades más impresionantes de Better Call Saul a lo largo de su historia ha sido su consistencia, y eso es cierto en la sexta temporada. Los placeres del espectáculo siguen siendo sus placeres. Sus actuaciones no han perdido el ritmo, y tampoco su escritura; en todo caso, estos personajes y el mundo que habitan sólo se han vuelto más ricos y complejos con el tiempo”.

“Sigue siendo un espectáculo que disfruta de las complejidades de un esquema complicado, ya sea un poco de tontería legal de Jimmy (Bob Odenkirk) o un trabajo preliminar metódico realizado por Mike (Jonathan Banks), como parte de una conspiración criminal más amplia de Gus (Giancarlo Esposito). Y sigue siendo uno de los programas de televisión más llamativos, con buen ojo para la belleza y el significado de la composición de una toma, y el hábito lúdico de colocar la cámara en lugares extraños”, finaliza.

“El comienzo exquisito del principio del fin”, es el título donde por su lado IndieWire establece su punto de vista. “La producción no muestra signos de desaceleración, y continuará aumentando hasta que este último lote de episodios de gran tamaño llegue a su fin este otoño”, acota después sobre una segunda tanda de capítulos que se espera para junio.

“Los primeros dos episodios de la temporada 6 aún no están repletos de tragedia operística, pero este es un equipo creativo que sabe cómo exprimir toneladas métricas de pavor incluso de los obstáculos más pequeños”, sigue después la publicación en torno a la temporada final, la que precisamente empieza donde quedó el último ciclo: en el frustrado intento de asesinato del personaje Lalo Salamanca.

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