Una pareja cruza la carretera en automóvil. Es de noche y no se ven muchos autos en la pista. En la radio suena Volví a nacer, un hit del colombiano Carlos Vives que ambos corean con efusión, al mismo tiempo que conversan sobre lo maravilloso que será el próximo concierto del cantante y lo bien que lo pasaron durante el día.
Pero sus planes se verán truncados en cuestión de segundos. Las ruedas del vehículo se revientan, provocando que se estrellen repentinamente contra un poste. El hombre pierde la consciencia, y, al despertar, se da cuenta de que su esposa fue secuestrada.
Así arranca el primer capítulo de Pálpito, el último éxito latino de Netflix que, a menos de una semana de su lanzamiento, logró posicionarse dentro de los contenidos más vistos de la plataforma a nivel mundial, y que incluso fue celebrada por el actual presidente de Colombia, Iván Duque.
Su historia está centrada en la búsqueda de Simón, un hombre empecinado en encontrar a los secuestradores de su esposa. A poco avanzar, se dará cuenta de que su cónyuge fue raptada por una banda dedicada al tráfico de órganos, sumergiéndose peligrosamente en una trama que combina el drama característico de las telenovelas latinas con algunos tintes propios de un thriller.
Pero la hazaña lograda por Pálpito no es única en su especie. En los últimos años, otras producciones latinoamericanas de Netflix también se configuraron como un fenómeno en cuanto a popularidad, como La reina del flow (también oriunda del país cafetero) y ¿Quién mató a Sara?, creada y escrita por el chileno José Ignacio Valenzuela que estrenará su tercera temporada el 18 de mayo.
Sin embargo, los índices numéricos de la plataforma no necesariamente se condicen con las opiniones de la crítica especializada, que se ha manifestado más bien dividida en cuanto a su calidad argumentativa, apuntando a una trama que a ratos se vuelve inconsistente y a la sobreactuación de sus personajes. Así, cabe preguntarse, ¿cuáles son las claves del éxito de la serie hispanohablante del momento?
Padrón y Vega, una dupla excepcional
A pesar de las similitudes de su éxito con otras producciones latinas originales de Netflix, detrás de su realización está la alianza de dos grandes nombres del mundo de las series y telenovelas. El primero de ellos es Leonardo Padrón, escritor, poeta y periodista venezolano reconocido en su tierra natal por ser la mente detrás de las historias más recordadas de la televisión local, como El país de las mujeres, Cosita rica y Contra viento y marea, todas ellas parte de la cultura popular del país caribeño.
Su carrera en la pantalla chica comenzó en 1990 con la teleserie Gardenia, basada en una adaptación libre de la novela Rosario, de la autora cubana Delia Fiallo. Desde entonces, Padrón ha escrito cerca de trece dramas para la tevé, trabajando incluso para las cadenas internacionales Televisa y Univisión.
Así, su nombre surgió entre las posibilidades de la plataforma como una opción más que segura para trabajar en su próximo proyecto. “Hace ya casi dos años (2019) que recibí la sorpresiva llamada de un ejecutivo de Netflix. Querían reunirse conmigo y nos vimos en Miami. Me dijeron que querían una historia mía para su plataforma. Todavía sin salir del asombro, les pedí tiempo para diseñar un argumento que realmente me emocionara”, recordó el autor en entrevista con el medio Runrun.
“Estuve barajeando varias opciones mientras recorría las calles de Madrid buscando rentar un apartamento para mis hijos. Quería diseñar un conflicto que arrojara a cada uno de los personajes a una situación límite. Algo que se pareciera a la vida y sus emboscadas más jodidas. Quería buscar una arena dramática no muy socorrida”, explicó.
Esa historia era Pálpito. El escritor cuenta que tardó cerca de un mes y medio en enviarles la sinopsis; y que pasaron sólo quince días para que los ejecutivos le ofrecieran firmar el contrato para la realización de la serie, con Padrón como el principal autor de la trama.
El segundo enclave fundamental es la elección del cineasta colombiano Camilo Vega como el director de la serie. Su nombre es uno de los más relevantes en la escena audiovisual de su país, e incluso recibió una nominación a los Emmy Internacional del 2018 por su trabajo en la dirección de la serie Paquita la del barrio, una producción biográfica de la icónica cantante mexicana.
Además, Vega ya había trabajado en La venganza de Analía, otra serie original de Netflix que durante el 2020 también gozó de relativo éxito en el streaming, aunque no tanto como el generado con su colaboración con Pálpito.
Su éxito definitivo dentro de la plataforma llegaría tras su alianza con Padrón. Juntos, potenciarían las habilidades adquiridas en sus fructíferas carreras en solitario para configurar un indiscutible éxito comercial.
El enganche del dilema moral
Una de las piezas centrales del argumento de Pálpito se traduce en un dilema moral y ético: ¿hasta dónde están dispuestas las personas a llegar por amor?
Incluso en los breves minutos que dura el tráiler es posible rescatar un poco de aquello. El adelanto nos muestra un momento crucial en el desarrollo de la historia, donde se muestra al personaje de Zacarías Cienfuegos, un empresario millonario dispuesto a propiciar la muerte de una mujer desconocida para comprar un corazón traficado y salvar a su futura esposa.
A primera vista, puede parecer que la narrativa central de la serie aborda la problemática detrás del tráfico de órganos. Pero su creador aseguró a CNN que, en el fondo, ese argumento funciona más como “una arena dramática para poner a mis personajes en una encrucijada extrema”.
“Siempre me ha gustado explorar lo que ocurre en la psiquis humana cuando somos sometidos a situaciones límite. Estoy apelando al recurso más manido de todos que es el corazón como sucursal inequívoca de las emociones humanas, pero tomándolo no como metáfora, sino tomándolo literalmente para justamente aventurar varias preguntas en el caso de que tú, yo, cualquier persona tuviera al amor de su vida en riesgo de muerte y la única forma de salvarle la vida es que te conviertas en asesino, en asesina. ¿Lo harías? Ese es una de las primeras interrogantes que plantea la historia. Justamente para explorar hasta dónde somos capaces de lidiar con nuestros límites morales”, profundizó con el medio.
El argumento de la serie apela constantemente a los parámetros éticos establecidos socialmente, generando con eso que los espectadores vuelquen su empatía hacia los personajes y el curso de sus historias.
Aun así, la etiqueta del “thriller” y los guiños al negocio detrás del tráfico de órganos también contribuyeron en captar la atención de los usuarios de la plataforma, y Netflix lo tenía claro a la hora de aceptar la propuesta de Padrón. “Según sus palabras, lo que más les atrajo de la trama era que no se parecía a ninguna de las otras historias que poblaban su plataforma”, comentó el autor con Runrun sobre su conversación con los ejecutivos de la compañía.
La telenovela, un éxito más que probado
Aunque suelen estar alejadas de las preferencias de la crítica y la prensa especializada, es un hecho de la causa que el formato telenovela es uno de los más exitosos dentro de la plataforma, tanto en las producciones originales como en las que fueron adquiridas posteriormente.
Uno de los ejemplos más claros es la sostenida presencia de la teleserie colombiana Yo soy Betty la fea en el top 10 de nuestro país, o el éxito rotundo que significó la inclusión de la mexicana Pasión de Gavilanes en el catálogo latinoamericano.
Así, son múltiples los títulos similares que han alcanzado popularidad dentro del servicio de streaming: Café con aroma de mujer, La reina del flow, Sin senos sí hay paraíso y Amar y vivir, por nombrar algunas de las más relevantes.
Varias de ellas son producciones modernas que han adoptado una simbiosis entre el formato de serie y telenovela (caracterizadas por tener tramas extendidas en cientos de episodios muy fragmentados argumentalmente hablando), pero que conservan el corazón de las teleseries típicas de la tevé del continente.
Y, más importante aún, han funcionado como una apuesta casi segura dentro de la parrilla programática de Netflix.
Un elenco estelar
En el caso particular de Pálpito, la conformación del elenco también es un ingrediente llamativo. Los cuatro personajes principales están encarnados por reconocidos actores de televisión que han traspasado las fronteras de sus países.
Simón Duque, el personaje principal que buscará a los responsables de la desaparición de su esposa está encarnado por el actor argentino Michel Brown, que saltó a la fama gracias a su papel como Franco Reyes en Pasión de Gavilanes. Por otro lado, Valeria, su esposa, es representada por Margarita Muñoz, recordada por su papel como Gina Bianchi en Dueños del paraíso, una coproducción entre TVN y Telemundo.
Camila, la mujer que recibirá el corazón trasplantado de Valeria, también es interpretada por otra de las protagonistas de Pasión de Gavilanes: Ana Lucía Domínguez, que también participó del casting de ¿Quién mató a Sara? y Nicky Jam: el ganador, inspirada en la historia del reguetonero.
Por su parte, el rol del villano recae en Zacarías, el esposo de Camila que es encarnado por el actor de Rosario Tijeras, Sebastián Martínez. Pero uno de los actores más jóvenes y que mayor interés ha despertado en la prensa es el el intérprete detrás del personaje de Tomás, un joven interpretado por Julián Cerati, sobrino del líder de la banda argentina Soda Stereo.
Así, las virtudes narrativas de Padrón y Vega se complementan con la experiencia actoral de un elenco más que conocido en el mundo de las telenovelas, que, a su vez, evocan al público convocado en los exitosos proyectos de los que fueron parte.