Roberto Lecaros es un pionero. Y también es el primero de un clan. Precisamente es la cara que hizo despegar al clan Lecaros, de larga trayectoria en el jazz chileno y donde él ha destacado como una figura consular, revolucionaria e influyente. Una suerte de gran padre protector.

Violinista, cornetista, tubista, contrabajista y pianista, se inició en los 60, desafiando de alguna forma los férreos parámetros de la época, en sincronía con un género que vivía su momento de mayor búsqueda e identidad. “Se desempeñó en el jazz sin prejuicios como nombre activos tanto en los ambientes tradicionalistas como en las escenas modernistas. Pero en su historial aparece la labor de profesor como la actividad con que más alcanzó, enseñando los misterios de esta música a distintas generaciones, ya desde los años ‘80″, define por su lado el sitio Musica Popular.

En rigor, después de Fernando Lecaros, músicos de los años 40 que inició la genealogía, aparece Roberto Lecaros.

Comenzó con el violín clásico a los tres años, pero se involucró definitivamente con el jazz cuando una tarde de fines de los 50 vio tocar a la Goodway Jazz Band en un baile. Su director, el clarinetista Juan Sillano, invitó al pequeño Roberto a tocar la tuba en ese show y lo hizo de tal manera que luego siguió participando en los ensayos de la banda. Acto seguido haría ingreso en el Club de Jazz y poco después pasaba a tocar la corneta en la misma Goodway Jazz Band, debido a la soltura en la aproximación a todos los instrumentos.

Ya en el Club de Jazz, se disocia entre lo popular y la vaguardia, lo sofisticado y lo más transversal, la impronta que marcaría su trayectoria. En los 70, cuando saltó a la Taberna Capri, se mueve hacia otros terrenos, como el tango o la música tropical. También hacia otras compañías: aparece su hermano Mario y el clan vinculado al jazz sigue aumentando.

En los 80 se vuelca a las clases, pero también hay pie para otras iniciativas: en la línea jazz-rock llegó a fundar en el ensamble Kameréctrica (1986-90), por donde pasaron músicos como Sergio Tilo González, Marcelo Aedo o Juan Coderch.

Por su tutela pasan algunos de los más destacados jazzistas que marcaron la prolífica escena chilena de los 90. De paso, abrió el club L’Atelier, donde presentó en sociedad a todos estos jóvenes.

Según Música Popular, Lecaros debutó como solista discográficamente grabando Hot jazz (1994). Pero a lo largo de su carrera desde los ‘80 en adelante, mantuvo activo el grupo al que denominó Lecaros Jazz Quartet, junto a Mario (piano), Pablo (bajo), Félix (batería) y en ocasiones Nené Lecaros (voz). En 1995, la base de hermanos llegó a tocar en el Estadio Chile como número preliminar del concierto del trío estelar formado por Al Di Meola, Jean-Luc Ponty y Stanley Clarke.

La cima más ovacionada de su carrera sucedió, de alguna forma, en 2014, cuando fue distinguido por la SCD como Figura Fundamental de la Música Chilena, el primer jazzista en obtener esta investidura.

Un recorrido que culmina hoy con su muerte a los 77 años, dejando una estirpe familiar de pura sangre creativa y una de las obras más vigorosas del jazz nacional.