Es el invitado estelar de la Feria del Libro de Buenos Aires (FILBA), el escritor peruano Mario Vargas Llosa (86) se presentó este domingo en la feria literaria más importante de Sudamérica. Esto, en el marco de la promoción de su último libro, La mirada quieta (Alfaguara), una semblanza sobre el escritor español Benito Pérez Galdós.
En la ocasión, el autor de La ciudad y los perros no solo se dio el tiempo de hablar sobre el volumen, también, como suele hacerlo, se refirió a la situación política de América Latina. El panorama, para él, no es muy halagüeño. “La situación no puede ser más trágica. Es muy difícil ser optimista frente a una América Latina que está paralizada por las nuevas dictaduras o a punto de hundirse nuevamente en un periodo de violentas acciones. Es muy difícil ser optimista, lo cual no significa que haya que dejar de luchar”, señaló.
El blanco de sus críticas fue la izquierda latinoamericana: “Tengo poca confianza en la izquierda latinoamericana y lo digo por mi país. Es una izquierda fanática, dogmática, cerrada a nuevas ideas, con una visión distorsionada de la realidad”, indicó el Premio Nobel de Literatura 2010.
De hecho, criticó la actuación de la izquierda latinoamericana por la invasión rusa a Ucrania: “El señor Putin agrede a un pequeño país y la izquierda no condena. La izquierda latinoamericana responde de manera automática a las consignas y así no hay posibilidad de cambiar. Ojalá en Argentina sea una izquierda más flexible, pero en Perú, Bolivia y Ecuador es inflexible”.
Junto con sugerir la lectura del filósofo austriaco Karl Popper “para comprender mejor” lo que está pasando en la región, agregó: “América Latina se está hundiendo poco a poco en parte por responsabilidad de la izquierda en el pasado, un pasado que es siniestro e injusto. La injusticia está presente en la mayor parte de los países de América Latina; enfrentamos una especie de sordera sistemática. No es pesimismo, sí un llamado a la conciencia para modernizarnos de una vez”.
Covid y la escritura
No todo fueron críticas políticas. También se refirió al contagio de Covid-19, que lo tuvo hospitalizado en una clínica Ruber de Madrid, de la cual fue dado de alta el pasado 25 de abril tras superar la enfermedad. Por su edad, la experiencia no fue en absoluto agradable para el autor de La guerra del fin del mundo.
“El Covid fue una experiencia desagradable porque comencé a sentir mucho frío en las piernas y, de pronto, comencé a perder la respiración, a ahogarme, a respirar con mucha dificultad”, indicó. Comentó que debió ir a la clínica por problemas respiratorios. “Fue una experiencia de solo 24 horas, pero muy angustiante. Recuerdo como una liberación cuando me colocaron el oxígeno”.
Pero la sangre tira, y tal como lo hacía Enrique Lihn con su diario de muerte, Vargas Llosa no dejó de escribir siquiera estando en la clínica. Esto porque tenía previsto participar en una actividad de la Real Academia Española (RAE), la presentación del libro Cervantes, del director de la institución, Santiago Muñoz Machado. Esto se debió aplazar por su enfermedad, aunque el peruano siguió trabajando en su presentación.
“Nunca he dejado de escribir artículos, ni en las situaciones más difíciles. Ese artículo lo trabajé mucho, porque íbamos a hacer una presentación en la Academia. Finalmente lo escribí en la clínica, ya que no hubo presentación”, comentó.
Un escritor de novelas sencillas
Vargas Llosa también comentó la figura de Benito Pérez Galdós, de quien habla en su último libro. Considerado dentro los buenos escritores peninsulares, no es muy conocido en Latinoamérica. Para acercarse a él, Vargas Llosa leyó toda su obra durante la pandemia, por eso pudo describir su obra en términos claros.
“Él intentó, y en gran parte lo consiguió, describir el siglo XIX a través de novelas sencillas, ligeras, entretenidas, escritas en un lenguaje muy accesible para un gran público. De esta manera, ponía hechos históricos importantes al alcance del gran público. Tuvo mucho éxito con los Episodios nacionales pero curiosamente no se publicaron fuera de España”, dijo el autor de Pantaleón y las visitadoras.
A renglón seguido añadió: “Pérez Galdós, que no ha tenido gran trascendencia en América Latina, fue el gran escritor que describió el siglo XIX a la manera de Balzac. Su sueño era ser traducido al francés, no lo consiguió. Ha tenido novelas muy buenas y otras más de relleno, entretenidas y dirigidas a un gran público, pero quedó aprisionado en el público español”.
“Fue probablemente el primer escritor profesional que apareció en España y en América Latina. Se comprometió a escribir una novela cada tres meses y no siempre le salió bien”, remató.