Harry Styles - Harry’s house
El astro pop británico nos invita a pasar una jornada en su casa -”o en mi mente”-, según ha dicho por este tercer álbum. Abre la puerta y empieza con Music for a sushi restaurant, funk funcional con promesa de fiesta mediante fanfarrias, armonías vocales jazz, y un bajo pastoso. El medio tiempo Late night talking abre un asunto central del disco: Harry está para escuchar. Grapejuice es una actualización de soft rock con notas de McCartney, uno de los mejores pasajes. El nivel se mantiene con el hit As it was, himno romántico y taciturno post pandemia. Daylight sufre un quiebre denso interrumpiendo afortunadamente su monotonía. Matilda, un futuro clásico en su repertorio, relata la triste historia de una chica desatendida por la familia. Cinema y Daydreaming juegan al funk sin suerte; Satellite se salva de la ramplonería con el mismo truco de Daylight, en tanto la lacrimógena Boyfriends reitera que Harry apoya y aconseja -”amas a un tonto (...) que sabe cómo meterse en tu piel”-. Love of my life cierra con melancólico synth pop.
La portada muestra a Harry Styles parado en el techo de una sala patas arriba sugiriendo que es un loquillo, pero su invitación resulta comedida. Con este fondo musical nadie se emborracha, nadie pierde la compostura, todos se van temprano.
Def Leppard - Diamond star halos
El mismo día que Def Leppard debía viajar a Dublín para comenzar las sesiones de este álbum en el estudio del vocalista Joe Elliot, el primero en siete años, se cerraron las fronteras por el inicio de la pandemia. El quinteto, uno de los emblemas de la New wave of british heavy metal, convertido en fenómeno pop gracias a Hysteria (1987), decidió grabar por separado. Por los resultados, es lo mejor que les pudo pasar. La banda de Sheffield, la más comercial de la camada metalera inglesa gracias al talento con los estribillos y un juego de guitarras relucientes y modernas, concentra sus habilidades repasando influencias enlazadas al rock clásico, el country y el pop. A la par, logran un sonido más natural y directo considerando la histórica inclinación a una textura de máximo pulido.
El glam enciende Kick y Fire it up. La estrella bluegrass Alison Krauss se luce en This guitar y Lifeless, esta última una síntesis de pop con tintes vaqueros. SOS Emergency podría figurar en cualquier álbum de su periodo clásico. Unbreakable tiene algo de Queen en su ambición por unir elementos electrónicos, grandes riffs y los versos precisos para cantar en el estadio. From here to eternity cierra con la grandilocuencia de The Beatles en Abbey Road. Gran regreso.
Tú ve - Kevin Johansen
Celebremos por el buen gusto del disco conciso, sin minutaje sobrante, las medidas de un viejo LP. Kevin Johansen va por las once canciones en 37 minutos para este décimo título, un híbrido entre composiciones propias versionadas con otros artistas, y covers donde también se hace acompañar. Producido por el reconocido Juan Campodónico (Bajofondo, Jorge Drexler), y con una banda de músicos fogueados que probablemente tocan con los ojos vendados, Johansen le da un giro de tuerca a las creaciones ajenas. A little respect de Erasure cambia el reclamo airado por el tono reflexivo, en una suave súplica acústica. El Albertío de Violeta Parra toma convincente atajo hacia el viejo oeste, y se adorna con un certero solo de guitarra de resonancia twang.
De las suyas, Johansen reformula Anoche soñé contigo de su álbum Logo (2007), rebautizada como Last night I was dreaming about you junto a David Byrne. La cadencia rioplatense celebratoria del original, se transforma en una dinámica completamente distinta no solo por la voz extraordinaria del ex Talking Heads, capaz de engalanar lo que sea, sino porque persiste la lograda intención de remodelar por completo sin borrar la huella digital, en notable equilibrio que se expande por todo el álbum.