Con un paquete de deliciosas cabritas en la mano, Ewan McGregor era solo un crío de 6 años, que vivía en la helada Perth, Escocia, cuando vio en la pantalla grande del cine nada menos que a su tío, Denis Lawson. Enfundado en un llamativo traje naranja, y con un casco que ya se querían todos los chicos de su colegio, Lawson era parte de la película del año, Una nueva esperanza, el entonces primer filme de Star Wars (y que a la larga sería el Episodio IV).

“Cuando mis padres me llevaron a ver Star Wars por primera vez en un cine, ver a mi tío en la pantalla, pero también ver Star Wars, me voló la cabeza”, recordó el mismo McGregor años después, en entrevista con People.

En la cinta de 1977, Lawson interpretaba a Wedge Antilles, uno de los hábiles pilotos de la alianza rebelde quien se une a Luke Skywalker y tiene un rol importante en la llamada batalla de Yavin, donde los insurgentes logran destruir a la Estrella de la muerte, la invencible super nave con capacidad para incluso destruir un planeta. Nada de mal para comentarle a los compañeritos del colegio, más si el tío volvió a aparecer en los filmes siguientes de la galaxia lejana, muy lejana: El imperio contraataca (1980) y El regreso del Jedi (1983).

Acaso influenciado por su tío, y con un bichito que le picaba en el alma cuando veía un filme, McGregor siguió también la carrera de las tablas. Con 17 años ingresó a la Guildhall School of Music and Drama para cumplir el sueño de ser actor. En la escuela, tuvo de compañero a Daniel Craig. Su primer rol fue en 1994, en la cinta Being Human, en la que compartió con Robin Williams. Desde ese primer rol ya descollaba como un joven nombre a tener en cuenta.

En su siguiente filme, Shallow grave, McGregor se topó con un nombre que resultó clave en su carrera: Danny Boyle, quien hacía su debut como cineasta, ya que antes había dirigido series de televisión. El oriundo de Radcliffe, en el gran Manchester, quedó gratamente sorprendido con el trabajo del joven actor y no dudó en ofrecerle el rol protagónico de su siguiente filme: Trainspotting (1996), la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Irvine Welsh.

McGregor no defraudó y no solo la película se convirtió en un largometraje de culto y en una referencia obligada para toda una generación, también le significó un impulso a su carrera. De hecho, luego vino A life less ordinary (1997), con la que obtuvo el Premio Empire al mejor actor británico. Su carrera iba en ascenso y el escocés irradiaba una confianza en sí mismo poco habitual.

Tuve suerte porque Trainspotting se convirtió en la película de una época -comentó McGregor a The Hollywood Reporter-. Y aunque siempre quise ser un actor digno, al mismo tiempo, había una parte de mí que quería ser una estrella de rock. Y creo que las líneas se desdibujaron un poco. Los hermanos Oasis [Liam y Noel Gallagher] tenían ese tipo de arrogancia que amaba: ‘A la mierda y a la mierda con todos’. Me dejé llevar por eso, supongo”.

Y en 1999 le llegó una llamada inesperada. Se trataba de una oferta desde LucasFilms para interpretar a Obi-Wan Kenobi joven en La amenaza fantasma, el Episodio I de Star Wars. Además, continuaría en rol en los episodios II y III.

Un consejo no escuchado

Pero tan pronto como el entusiasta Ewan le comentó a su tío Denis Lawson sobre la posibilidad de ponerse el traje de Jedi y empuñar el sable láser, Lawson le aconsejó que no. Que no tomara el papel.

Fue una de las personas que dijo: ‘No lo hagas, no lo hagas, no lo hagas’. Y luego, cuanto más me acercaba, más quería hacerlo...Estoy muy feliz de haberlo hecho porque fue muy interesante ser parte de eso”, recordó McGregor con People. ¿Por qué su admirado tío le dio ese consejo? En parte porque tenía una relación algo agraz con su participación en el filme.

“[Mi tío] siempre fue muy desdeñoso porque trabajó un par de semanas, sentado en una nave espacial de cartón...y, sin embargo, tenía muchos seguidores. Eso le molestaba”, comentó McGregor.

Pero tanto la chance de trabajar junto al legendario Liam Neeson (en el rol de su maestro, Qui-Gon), como ser dirigido por George Lucas pudieron más, y el joven escocés aceptó el papel. Aunque las dudas no tardaron en acudir a su zona más íntima.

Es que McGregor, quien había dado el salto encarnando al gamberro y drogadicto Mark Renton, se sentía algo fuera de lugar. “Sentí que era parte de esta nueva ola de cine británico, de verdad, y que Star Wars no era yo, eso no era lo que defendía. Yo era una especie de actor de cine independiente, urbano y sucio”, dijo a Vanity Fair.

Y las dudas solo fueron aumentando en el otrora seguro de sí mismo actor cuando la película recibió duras críticas, y en especial el rol de McGregor. A los puristas de Hollywood les hacía ruido su duro acento escocés, que tan bien le sentaba a Mark Renton- . “Escuchar a Ewan McGregor tratando de hacer un acento inglés como el Jedi Obi-Wan Kenobi nos hizo resollar en los pasillos”, señaló el The Times en ese momento.

McGregor reconoció que ese no fue un momento simple: “Fue bastante difícil para todos nosotros lidiar con eso, sabiendo también que tienes un par de películas más que hacer”, agregó. Luego, ahondó en ese concepto en una charla con The Hollywood Reporter. Sencillamente, los nuevos personajes tenían la sombra larga y pesada de los icónicos Luke, Leia, Darth Vader y Han Solo: “Fue difícil que no fueran bien recibidos. Eso fue bastante difícil. En general, no eran muy queridos”.

El tema ha sido un tópico recurrente en las entrevistas, pero McGregor nunca ha esquivado el bulto. Así lo comentó en charla con Entertainment Weekly: “Fue bastante difícil. Para que saliera y fuera criticada tan fuerte fue personalmente bastante difícil de manejar. Y también, fue un momento bastante temprano de mi carrera. Realmente no sabía cómo lidiar con eso. Estuve involucrado con cosas que simplemente no tenían mucho impacto, pero eso es diferente de hacer algo que tenga un impacto negativo”.

“Está perdido. Es un hombre destrozado”

Sin embargo, habían otros filmes que hacer, El ataque de los clones (2002) y La venganza del Sith (2005). Las críticas continuaron, pero junto los antiguos fans, comenzaron a llegar otros más jóvenes atraídos por la nueva trilogía. Ahí las críticas dieron paso, por fin, a comentarios favorables.

Tuvieron que pasar 17 años para volver a ver a McGregor en una producción de la franquicia Star Wars. Por supuesto, nuevamente encarnando al maestro de Anakin Skywalker en la serie Obi-Wan Kenobi, de Disney Plus, cuyos primeros dos capítulos se estrenaron el pasado 27 de mayo a través de la citada plataforma. En su lanzamiento, en la pasada Star Wars Celebration, comentó que ahora esa trilogía donde participó a inicios de los 2000 tiene otra mirada, quizás en ello influye el éxito rotundo de The Mandalorian, protagonizada por el chileno Pedro Pascal.

“Desde que terminamos el Episodio III, creo que lo que pasó es que en los últimos cinco o seis años comenzamos a sentir todo el amor de ustedes por las precuelas que hicimos”, señaló McGregor en la instancia a la que asistió Culto.

Es que el actor parece por fin estar disfrutando el momento Star Wars de su carrera. Tanto es así, que en la serie hay un cameo de su hija, Esther Rose, quien interpreta a Theta Grig, la joven dealer quien le ofrece drogas al desconcertado Kenobi (”¿Quieres especias, anciano?”). El Jedi le pide información sobre la princesa Leia, aunque por seguridad, se refiere a la hermana de Luke como su hija. Como toda respuesta y sin posibilidad de ayudarlo, Grig termina regalándole una muestra gratis y un consejo poco alentador: “Un par de esas y ya no te acordarás que existió”.

En sus primeros dos episodios, la serie muestra a un Obi-Wan Kenobi abatido, desesperanzado aunque a firme con la misión de cuidar al joven Luke Skywalker. “Está perdido. Es un hombre destrozado después de lo que pasó con la orden Jedi al final del Episodio III, pero también de lo que pasó con Anakin; que lo perdió por el lado oscuro. Siente una enorme cantidad de responsabilidad por eso y culpa”, comentó McGregor a Entertainment Weekly.

Hasta el momento, la serie ha recibido críticas positivas. En la siempre inquisidora Rottentomatoes obtuvo un 88% de aprobación. Indie Wire señaló: “Exhibe suficientes rasgos alentadores en sus primeras dos horas para llevarlo a cabo, especialmente con una estrella así a la cabeza”, y remata que “no puede evitar ser buena”.

Los restantes cuatro capítulos de la serie se han liberando paulatinamente los días miércoles, siguiendo el modelo de estreno que siguió, por ejemplo, en The Book of Boba Fett, y que también han replicado otras plataformas de streaming, como Netflix, con las temporadas de Luis Miguel, la serie. Habrá que seguir atentos a la pantalla cada miércoles a ver cómo evolucionan las aventuras de Obi-Wan, en las que seguro tendrán a Denis Lawson como espectador.

Sigue leyendo en Culto