Mi Clint Eastwood favorito: los esenciales de un nombre inmortal
92 años cumple el enorme actor y director estadounidense, ícono del spaghetti western y también un cineasta con filmes relevantes como Gran Torino, Million Dollar Baby o Los imperdonables. En Culto, convocamos a un grupo de especialistas para que nos compartan su momento preferido de la carrera de una leyenda única.
Sea como el duro y frío protagonista sin nombre de la Trilogía del dólar, de Sergio Leone; como el cowboy William “Will” Munny, en Los imperdonables (1992); o como el fotógrafo Robert Kincaid, de Los puentes de Madison (1995), Clinton “Clint” Eastwood Jr. ha desarrollado una legendaria carrera en Hollywood tanto en la faceta de actor como la de director.
Nacido el 31 de mayo de 1930, en San Francisco, California, lo cierto es que no da signos de querer bajarse de la ruta. En 2021, estrenó como director la elogiada cinta Cry Macho, la que también protagonizó. En la ocasión interpretó a un exjinete de rodeo quien vive una historia de amor y peligro tras aceptar capturar a un adolescente en México. Anteriormente, en 2019 estrenó como director Richard Jewell (aunque no actuó) y en 2018 dos filmes: The Mule (donde interpretó a Earl Stone, un veterano de la guerra de Corea) y 15:17 Tren a París, donde solo dirigió.
Además, Eastwood ha recibido importantes reconocimientos por su trabajo. El living de su casa se engalana con el Premio Oscar de 1993 por Los imperdonables, en las categorías de Mejor director y Mejor película (y también estuvo nominado a Mejor actor, pero perdió contra el intratable Al Pacino de Perfume de mujer). Además, repitió el logro en 2005, cuando obtuvo dos estatuillas por Million Dollar Baby (Mejor película y Mejor director, y volvió a perder como Mejor actor, frente a Jamie Foxx y su rol en la biopic de Ray Charles). Esto además de tres Globos de Oro.
Por supuesto, una trayectoria extensa tiene momentos más llamativos que otros. En Culto le consultamos a un grupo de especialistas en el séptimo arte sobre cuál es su instante favorito dentro de la carrera del viejo Clint.
La crítica de cine Ana Josefa Silva comenta: “¡¡¡Soy mega fan de Clint!!! Desde Bird (1988) en adelante, no tiene desperdicio. Mis favoritas son lo que yo llamo la trilogía de la culpa y la (no) redención, porque es aquello que atraviesa esas tres tragedias: Mystic River (2003), Million Dollar Baby (2004) y Gran Torino (2008)”.
Por su lado, el crítico de cine de La Tercera, Rodrigo González, asegura: “Siempre le tuve especial aprecio al Clint Eastwood de los años 80, porque es el que primero conocí. Creo que entre mediados de los 80 e inicios de los 90 hizo sus mejores películas. Es decir, entre El Jinete Pálido, de 1985, y Los Imperdonables, de 1992. La que más me gusta es Cazador blanco, corazón negro (1990), donde interpreta a un director de cine que quiere cazar un elefante y retrasa el rodaje de su propia película en África. Son los años 50 y en realidad la película es la versión del propio Eastwood de cómo fue la filmación de La Reina Africana (1951), de John Huston. Clint es Huston y casi no parece Eastwood: habla con acento y modales británicos, cita pasajes de la alta cultura y se enfrasca en una pelea a combos donde cae nocaut al cuarto puñetazo de su rival. Nunca había visto a Eastwood perder en una refriega y creo que nunca más interpretó a alguien tan excéntrico y al mismo tiempo tan íntegro y orgulloso. El detalle esclarecedor es que la riña fue porque John Wilson -así se llama el personaje de Eastwood- no toleró que un blanco de casi dos metros le pegara en el suelo a un sirviente negro”.
Desde su verja, Antonella Estévez, critica de cine y editora en CineChile.cl indica: “Diría que Los imperdonables es mi favorita. Me parece que ahí hace converger brillantemente la tradición del western americano con toda la escuela del spaghetti western de la que fue parte fundamental. Temas que él luego va a desarrollar con más profundidad en su cine posterior como el deber, la venganza y los vínculos, ya aparecen allí presentados, además, de manera brillante desde lo audiovisual”.
También opina Rodrigo Munizaga, crítico de cine de Culto y Radio Usach: “Entre una decena de obras maestras de Clint Eastwood, mi película favorita de él es Un mundo perfecto. La hizo al año siguiente de ganar su primer Oscar, por Los imperdonables, y tenía como protagonista a un Kevin Costner que acababa de triunfar en la taquilla con El guardaespaldas. Pero le fue muy mal en boleterías en EEUU y algo mejor en el resto del mundo. Es un película muy íntima, centrada en solo dos personajes, una road movie que condensa uno de los grandes temas de la filmografía de Eastwood como director: la paternidad. Costner realiza la mejor actuación de su carrera, como un delincuente que escapa de la cárcel y toma como rehén a un chico de 8 años que ha crecido sin padre. Entre ambos, que viajan por la carretera, se forma una relación padre-hijo que llega a un final emocionante, doloroso y de crecimiento, tanto para el chico de la ficción como para uno como espectador. Una de esas pocas películas que te cambian la vida”.
Otro cercano al séptimo arte es Héctor Soto, columnista de Culto Domingo, quien señala: “Los Imperdonables, para mí fue un punto de inflexión muy importante, en parte porque se despliega en el western, que es el género americano por excelencia. Esa es la película suya que más me emocionó, pero también me gustó mucho Gran Torino. Me gusta el hecho de que Clint Eastwood hiciera envejecer a sus personajes a medida que iba entrando en una etapa cada vez más crepuscular”.
“Otra gracia que tiene Clint Eastwood es que siguió muy de cerca el legado de John Ford, en orden a continuar la historia americana -añade Soto-. Se metió en la guerra, en los problemas de la América contemporánea, en el tema de los inmigrantes, en las cosas religiosas, con el pensamiento políticamente correcto”.
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