Antes que las balas de plata atravesaran su pecho, el francés Émile Dubois se dirigió a la multitud presente en el patio de la cárcel de Valparaíso, el 26 marzo de 1907. Al alba, iba a ser fusilado en ejecución pública. “Como en los tiempos de Nerón, vienen a ver morir un inocente”, dijo a los espectadores rebosando confianza, pese a que la larga sombra de la muerte se encontraba tras suyo.

Dubois fue acusado de una serie de asesinatos, entre el 7 marzo de 1905 y el 14 abril de 1906, en Santiago y Valparaíso. Las víctimas no eran chilenos, sino inmigrantes franceses y alemanes, todos murieron apuñalados. Un rasgo en común era que en todos los casos se trataba de prestamistas usureros, esto hizo que para las clases populares fuera visto como una especie de héroe.

Fusilamiento de Émile Dubois. Foto de revista Sucesos, 28 de marzo de 1907. "'Ejecutadme y apuntad bien al corazón!' (frase de Dubois)", señalaba el pie de imagen.

Muchos años después, la historia del galo llamó la atención de un escritor, el chileno Carlos Droguett. De algún modo, encajaba con los intereses que el autor de Eloy desarrolló durante toda su trayectoria, en que escribió sobre los sectores populares, la marginalidad, la muerte y la violencia. Eso lo situó en la llamada Generación del 38, con otros autores como Nicomedes Guzmán, Francisco Coloane o Gonzalo Rojas.

La muerte siempre fue una de las temáticas de Droguett. Así como lo fue la marginalidad, la diferencia, la soledad y los hechos históricos”, comenta a Culto Marcelo Droguett, el hijo menor del autor. Por ello, desarrolló esas historias en novelas inolvidables como Patas de perro, Eloy, o su terrible crónica Los asesinados del Seguro Obrero, sobre la matanza de 1938 a un grupo de jóvenes nazis que intentaron un golpe de Estado.

Marcelo Droguett (quien fue bautizado así en honor a Marcel Proust, uno de los favoritos del escritor) agrega: “Esta historia llamó profundamente la atención de Carlos Droguett, creo que por varias razones. Primero, por el personaje de Dubois, que las autoridades francesas no pudieron identificar, incluso quedaron dudas con su verdadero nombre; segundo, porque sucedió en Valparaíso, esto por la especial relación que tenía con ese puerto, de hecho, el libro está dedicado a ‘la porteña’, que es Isabel Lazo, su esposa; y tercero, y sobretodo, porque Carlos Droguett se inspiró frecuentemente en la historia nacional”.

En poco más de 300 páginas, el escritor relató los hechos en Todas esas muertes, novela publicada en 1971. Pese a estar residiendo en Chile, originalmente solo se publicó en España. Esto, porque Carlos Droguett decidió postular el libro al Premio Alfaguara de novela, uno de los tradicionales galardones de las letras en castellano. Eso implicaba que si resultaba ganador, se editaba en la madre patria, y fue exactamente lo que ocurrió.

Portada de la edición original de Todas esas muertes, de 1971.

“En Chile no se publicó ya que salió en España con 2 ediciones”, explica Marcelo Droguett. Y comenta que no se conoció en el país por un motivo político: “La editorial (Alfaguara) tenia los derechos y después vino el golpe de estado y nadie en Chile se interesó por la obra de Carlos Droguett. Durante esa época hubo mucho miedo, y las editoriales quizás también lo tuvieron, y no se atrevieron a publicarlo”. Por esos años, Droguett se encontraba en un buen momento. Acababa de recibir el Premio Nacional de Literatura, en 1970, y su obra estaba siendo reconocida.

Hoy, Todas esas muertes se encuentra por primera vez publicada en Chile, a través de editorial Zuramérica, bajo el cuidado del editor Rodrigo Barra. Ya está disponible en el sitio web de la casa editora, y a contar de julio ya estará en librerías.

Una revancha

Como solía ocurrir en esos tiempos, Todas esas muertes comenzó a ser publicada a través de folletines en la prensa, en el diario Extra, entre agosto de 1946 y enero de 1947, con un total de 134 episodios. “Para escribir esta obra, tanto el folletín como el libro, se documentó muchísimo con los periódicos de la época y se lamentaba que en los tribunales no encontró los documentos del proceso”, comenta el hijo del autor.

Uno de los folletines en el diario Extra, donde Carlos Droguett publicó originalmente la novela a través de entregas por parte.

Obsesivo, y no conforme con esos escritos de la década del 40, Droguett retornaba cada cierto tiempo a la historia sobre Dubois. “Frecuentemente hacía reescritura de sus obras, como lo hacían Roa Bastos, Arguedas o Borges. Eso debido al perfeccionismo que le hacía volver a visitarlas”, comenta su hijo. De esta forma, en 1964 publicó en La Nación un artículo llamado Emilio Dubois, por ejemplo; y en 1966, un cuento de nombre La noche del jueves, incluida en la reciente antología Cuentos Completos, de Editorial Aparte. Además, lo usó como último capítulo de Todas esas muertes. Luego, reunió todo, lo transformó en novela y postuló al galardón.

Al ser notificado de la obtención del Premio Alfaguara de novela 1971, Carlos Droguett viajó a España para recibirlo en compañía de Isabel Lazo. “En el viaje, se gastó toda la plata del premio, lo que refleja que no le importaba mucho el dinero –señala a Culto Andrés Vergara, parte de la familia del escritor–. Además, escribió un diario de viaje que luego sería publicado por única vez como Escritos en el aire, y será reeditado este año también”. De alguna forma, era una revancha por no haber ganado el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral, en 1959, donde fue finalista con Eloy.

¿Cuál es la relevancia de Todas esas muertes dentro de la obra de Carlos Droguett? Responde a Culto Fernando Moreno Turner, el mayor especialista en la obra del autor de El compadre: “Es muy relevante, pese a que es un tema diferente a los que se supone trató Droguett en sus otras obras, aunque en realidad está vinculado por el tema de la muerte y el personaje marginal/marginado. Lo que él quería no era reivindicar al criminal propiamente tal, sino ver el crimen como una suerte de obra de arte, de la cual Dubois sería ‘el creador’. No es una novela con solo la historia de la vida del personaje, sino que es más compleja. Trata de dar una visión de una personalidad multifacética desde su propia interioridad”.

La edición chilena de Todas esas muertes forma parte del trabajo de difusión que la familia del autor ha realizado durante este 2022, en conmemoración de los 110 años del natalicio del escritor. Para ello, crearon la cuenta de Instagram @carlosdroguett_oficial, donde se han dado a conocer, por ejemplo, los libros Mi ignorancia no tiene disculpas: crónicas de patria, pobreza y guerra mundial, de La Pollera Ediciones; y Cuentos completos, de Aparte. Además, se espera la salida de dos más: un libro editado por Editorial Etnika, con cuentos inéditos; y un volumen con sus cartas, ambos todavía sin fecha de salida. Como si fuera poco, la película Patas de perro, con Alfredo Castro en el rol estelar, se encuentra en etapa inicial.

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