A mediados de 2020, en Inglaterra se montó un complejo y costoso aparataje que permitió la reanudación de las filmaciones de Jurassic World: Dominio. Bajo supervisión de expertos, en julio de ese año los estudios Pinewood se vistieron a la medida de los protocolos Covid, marcando el primer gran retorno de los rodajes de Hollywood desde el inicio de la crisis que casi dejó en la lona a la industria audiovisual.
Al borde de cumplirse dos años desde ese hito, la nueva entrega de la saga encabeza el regreso en masa de los espectadores a las salas del planeta: tras sus primeros 20 días en la cartelera mundial, ya es la quinta cinta más millonaria del año, totalizando US$ 622,1 millones en recaudación y pisando fuerte para al menos filtrarse en el top 3 de 2022 (lideran Doctor Strange en el multiverso de la locura, Top Gun: Maverick y The Batman). Un desempeño que vuelve plausible la enorme inversión del estudio en implementar medidas para que sus estrellas y equipo volvieran al set en los primeros meses de la pandemia.
Al mismo tiempo, el rugido del filme se concreta pese a que se ha ganado las críticas más pobres que recuerde la franquicia. “Abrumadoramente mediocre y sin sentido”, disparó The Guardian. “Incluso el abrupto giro hacia el terror de monstruos clásico que el director J.A. Bayona intentó en Jurassic World: El reino caído mostró más inventiva que cualquier cosa que suceda aquí”, argumentó The Hollywood Reporter, en referencia a su antecesora. The New York Times se sumó: “Sería bueno que esos monstruos reanimados inspiraran mejores películas”.
Aquí revisamos por qué, pese a todo, la saga continúa gozando de buena salud comercial:
*Siempre los dinosaurios
Jurassic World: El reino caído (2018) culminó con un cierre que prometía algo jugoso: los distintos confines del mundo ya no le pertenecían únicamente a la humanidad, sino que ahora también a los dinosaurios, que quedaron libres tras el desastre de la isla Nublar y el caos que se genera con las especies sobrevivientes tras su traslado a Inglaterra.
La secuela acota esa premisa ambientando la mayoría de su trama en la sede de una empresa tecnológica en Italia, donde llegan los protagonistas de la cinta luego que se produce un secuestro. Pero antes y después de llevar la acción a ese lugar, el filme es generoso en incluir a decenas de diferentes dinosaurios, desde Blue, el velociraptor que conserva un vínculo especial con Owen Grady (Chris Pratt), hasta el clásico Tiranosaurio rex y otras sorpresas que es mejor no detallar.
Sin arriesgar nada en sus 146 minutos, Jurassic World: Dominio cumple con la simple promesa de ejecutar escenas en que humanos huyen de las criaturas y otras en que los mismos monstruos se baten entre ellos. No es gran cosa pero la cinta apela a exprimir al máximo el disfrute que puede producir con secuencias de ese tipo en la pantalla más amplia que se pueda encontrar.
*Una reunión estelar
Los actores Chris Pratt y Bryce Dallas Howard llevan el peso de la saga desde Jurassic World: Mundo jurásico (2015), la película que trajo de vuelta con caras nuevas a la franquicia nacida en 1993 bajo la batuta de Steven Spielberg. Tras una breve aparición de Jeff Goldblum en el filme de 2018, la historia cumple con cruzar los destinos de sus rostros más recientes con aquellos que lideraron tanto la cinta original como sus dos secuelas, en 1997 y 2001.
Pero esta es la primera vez en 29 años que Laura Dern, Sam Neill y Goldblum vuelven a estar juntos en una sola producción (en las continuaciones fueron alternando y nunca coincidieron los tres), con el agregado de que aquí comparten historia con Pratt y Dallas Howard. Ese solo encuentro fílmico es una excusa más que poderosa para que legiones de fanáticos estén acudiendo en masa a ver la nueva entrega, por más cuestionable que sean ciertas decisiones creativas de la superproducción.
*La promesa del adiós
Por algún motivo, Jurassic World: Dominio se ha promocionado en todo momento como el cierre de la franquicia. O, al menos, como una conclusión del recorrido de los personajes humanos que han llevado la carga de la saga, y la última vez en que el director y guionista Colin Trevorrow se pone tras las cámaras de una cinta de ese tipo.
¿Habrá a futuro nuevas historias ambientadas en el mismo universo? Cuesta imaginar que no, sobre todo si su más reciente encarnación mantiene su popularidad en las semanas siguientes. Por sospechoso que sea ese rótulo de despedida, es lo que termina de configurar un panorama irresistible para los familiarizados con la saga. La jugada tiene historia fresca en Hollywood: las dos partes finales de Avengers arrasaron en los cines del mundo en 2018 y 2010, aunque la franquicia de superhéroes continúa adelante con personajes nuevos y antiguos.
*El éxito histórico de la saga
Dividida en dos etapas (Jurassic Park y Jurassic World), la franquicia siempre ha rendido con solidez en la pantalla grande. Si bien en Estados Unidos consiguió –por una cifra mínima– el estreno más tibio de la marca Jurassic World, la nueva película seguramente superará los mil millones de dólares en recaudación mundial, tal como lo hicieron la cinta de 2015 y la de 2018 (US$ 1,6 mil millones y US$ 1,3 millones, respectivamente).
En Chile el fenómeno sigue una curva ascendente: el nuevo filme alcanzó el mejor debut para la franquicia en el país y el segundo más abultado del año. Según cifras de Comscore – IBOE, hasta ayer llevaba reunidos 659.466 espectadores, números que, a las puertas del inicio de las vacaciones de invierno, la ponen en carrera para intentar acercarse al total de sus predecesoras (Jurassic World: Mundo jurásico vendió 1.033.039 entradas en 2015 y Jurassic World: El mundo caído congregó a 1.467.510 personas en 2018).