Brad Pitt dejó el cigarro. También, cada mañana, se levanta temprano para tocar guitarra y ahora sabe trabajar con porcelana. Son algunos de los hábitos que incorporó a su vida durante el confinamiento, según contó a la revista GQ en una entrevista donde abordó desde sus pesadillas hasta su relación con el arte.
“Soy una de esas criaturas que habla a través del arte”, señaló a la publicación. “Necesito estar siempre haciendo cosas. Si no, hay algo en mí que se muere”.
Sorprendentemente, el actor de El club de la pelea también aprovechó la instancia para empezar a delinear el potencial término de su carrera profesional de más de tres décadas.
“De un tiempo a esta parte, me veo ya en mi última etapa”, admitió. “¿Cómo va a ser esta nueva fase? ¿Cómo voy a planteármela?”.
En lo más inmediato, la estrella de 58 años tiene planificado el estreno en cines de Tren bala (4 de agosto), la película de acción que lo reúne con Joey King, Bad Bunny y Sandra Bullock. Y en diciembre arribará a salas con Babylon, la nueva cinta de Damien Chazelle (La la land), probable carta para la siguiente temporada de premios.
Quentin Tarantino, su director en Bastardos sin gloria (2008) y Había una vez… en Hollywood (2019), lo comparó con leyendas como Paul Newman, Steve McQueen y Robert Redford.
“Es uno de los últimos grandes actores de la gran pantalla”, dijo el cineasta a GQ. “Cuando Brad entraba en escena, no sentía que estuviera mirando por el visor de la cámara, sino que estaba viendo una película directamente. Su sola presencia en el encuadre creaba esa impresión”, explicó.
Ese es Pitt como actor, porque además, en paralelo, es productor de múltiples proyectos de cine y televisión con su compañía, Plan B Entertainment. Entre los próximos títulos de la firma se encuentran Blonde, la película con Ana de Armas como Marilyn Monroe, y She said, el filme basado en las dos periodistas de The New York Times que en 2017 destaparon el caso Weinstein.