Como siempre en la serie, la búsqueda era quirúrgica. Necesitaban a una actriz con alta capacidad de adaptación y que no tuviera inconvenientes para despachar extensas líneas de diálogo.

Carmen Cuba, reconocida directora de casting de la industria, creyó encontrar a la persona indicada en una intérprete que había quedado en su memoria mientras elegía a los protagonistas de otro proyecto en el que había estado trabajando.

Su nombre encontró la aprobación de los creadores, los hermanos Duffer, y de ahí en más todo fluyó para que Maya Hawke (Nueva York, 1998) se convirtiera en una de las principales novedades de la tercera temporada de Stranger things, asumiendo el papel Robin, una adolescente algo desgarbada que trabaja en la heladería del nuevo centro comercial de Hawkins.

En el cuarto ciclo de Stranger things. Foto: Courtesy of Netflix © 2022

La propia actriz se sintió identificada con sus rasgos, aunque no fuera un calco de sí misma. “Ella tiene esta oscuridad, esta especie de torpeza física, algo de un sentimiento de marginación social y una inteligencia intensa”, señaló en ese momento a Variety, condensando las claves de un personaje de lengua veloz y querible desde el primer momento.

En el recién estrenado cuarto ciclo de la serie de Netflix -ese que ha dominado el streaming de 2022- Hawke tuvo la oportunidad de darle más riqueza a su rol. Mientras la tragedia acecha a los jóvenes héroes de Hawkins, enfrentados al impredecible villano Vecna y sin la ayuda ni los poderes de Eleven (Millie Bobby Brown), las dinámicas entre personajes siguen desarrollándose con saludable naturalidad.

En esa amplia galería de personajes mayores y menores, Robin es quizá uno de los más refrescantes de la trama: nunca demasiado segura de sí misma, aconseja a Steve (Joe Keery) y parece enamorarse de una compañera de colegio que le llama la atención, Vickie (Amybeth McNulty). Por primera vez, conversa en largo con Nancy (Natalia Dyer) y en algún momento forman un gran equipo entre ella, Steve y el metalero Eddie Munson (Joseph Quinn, otro de los buenos aciertos de casting de la producción). Su presencia muchas veces semeja un alivio dentro de una armado cada vez más sombrío.

Terminada la temporada, quedan pocas dudas del talento y la desenvoltura actoral de la hija de Ethan Hawke y Uma Thurman. Aunque el mundo también se pudo haber quedado sin haberla visto nunca en la pantalla, tal vez lejos de las luces que hoy siguen la carrera que desarrolla en paralelo a la archiconocida trayectoria de sus progenitores.

No siempre supe que quería actuar. Quería ser agricultora, profesora de inglés o arqueóloga”, dijo en 2017, cuando recién se internaba en la industria, gracias a su participación en una adaptación de la BBC de Mujercitas. Allí encarnó a Jo March, la hermana escritora del clan, a la que antes y después han dando vida en el cine Winona Wyder (1994) y Saoirse Ronan (2019):

Compartir escenas con Angela Lansbury y Emily Watson nunca es un mal comienzo para nadie. Menos si significa volver a un espacio familiar, aunque sea desde una perspectiva diferente. “Mi lugar favorito era el set, detrás de la cámara con los audífonos puestos, mirando los monitores mientras mi mamá y mi papá hacían la misma escena 100 veces desde diferentes ángulos, simplemente sentada y aprendiendo”, aseguró a NME en 2020, evocando su niñez y adolescencia.

Sus días de sólo ser la “hija de” cada vez quedan más atrás, un momento al que ha llegado sin romper necesariamente con los derroteros profesionales de sus padres.

Dos ejemplos. El mismo año que aterrizó en Stranger things sumó otro papel secundario pero de gran visibilidad: Había una vez… en Hollywood, de Quentin Tarantino, siguiendo de alguna manera los pasos de su madre, protagonista excluyente de las dos partes de Kill Bill. Unos meses más tarde estrechó su vínculo en la pantalla con su papá, en la alabada miniserie The good lord bird, en la que interpretó a su hija en la ficción.

Todavía no me siento famosa”, le dijo a W Magazine el año pasado. “Creo que el beneficio de crecer con padres famosos es que el barómetro de la fama es muy alto”.

Foto: Courtesy of Netflix © 2022

Inquieta, también ha buscado otras vías de expresión. Lanzó su primer disco (Blush) en los primeros meses de la pandemia, en colaboración con Jesse Harris. Viejo amigo de Ethan Hawke, produjo y compuso las melodías, mientras que ella fue autora de las letras.

Hasta ahora sus canciones parecen herederas de los artistas clásicas que adora (Patti Smith, Joni Mitchell, Leonard Cohen) y de otras cuyos discos admira, como Fiona Apple, Phoebe Bridgers y Taylor Swift. Y seguirá en esa senda, porque para septiembre está programado el lanzamiento de su segundo álbum, Moss.

Pero una faceta no anula la otra y en el corto plazo presentará una camada de proyectos estelares. Filmó en España la nueva película de Wes Anderson (Astoroid City) y es parte del elenco de Maestro, el largometraje que dirige y protagoniza Bradley Cooper sobre la vida del compositor Leonard Bernstein y su esposa de origen chileno, Felicia Montealegre. En esa cinta, una producción original de Netflix, Hawke encarna a Jamie Bernstein, una de las hijas del matrimonio.

Puede que la actriz nunca se sienta una celebridad tan grande como sus padres, pero no claudica en su empeño por construir una carrera consistente y ecléctica, capaz de llegar hasta donde se lo proponga.

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