Visitó por primera vez Chile en 1959, donde regresaría un tiempo después para quedarse para siempre. Tras flecharse de la chilena Luisa Rosas a través de un primer encuentro y un intercambio de cartas, Abdullah Ommidvar estableció su residencia en el país en los 60, cuando la pareja contrajo matrimonio. La misma tierra en que la que falleció este jueves, a los 89 años, enlutando a la cultura y a la cinematografía nacional.
Nacido en 1932 en Teherán, Irán, y antropólogo de formación, llegó a este rincón del mundo tras visitar un centenar de naciones con su cámara y en compañía de su hermano Issa. Una experiencia que dio vida a más de 120 filmes y que condensó en el libro Las 1001 aventuras de Abdullah.
Enamorado del cine, a través de su compañía Arauco Films, Ommidvar fue productor de títulos como La niña en la palomera (1990) y Johnny 100 Pesos (1993), entre otras. También ejerció esa función en Más allá de Pipilco (1965) y Gringuito (1998).
Pero su interés no terminó en su participación en esos títulos: también le interesaba la preservación y el rescate de las obras cinematográficas. En 1980 creó la Fundación Chilena de las Imágenes en Movimiento y su gran sueño era dar forma a un museo dedicado a las películas y realizadores del país.
Se erigió como un cercano colaborador a la Cineteca Nacional desde su apertura, transformándose en ese mismo momento en miembro del directorio de la Fundación Centro Cultural La Moneda. A partir de la alianza entre su fundación y la Cineteca, fue posible realizar las restauraciones fílmicas de la Colección Pedro Aguirre Cerda (1938-1941) y de la Colección José Bohr (1942-1970).
Marcelo Morales, director de la Cineteca Nacional, señaló en un comunicado de prensa que la institución perdió a “un amigo, una persona siempre abierta a aportar con sus conocimientos y con los archivos que resguardaba. Gracias a él, muchas películas chilenas se salvaron de desaparecer”. Agregó: “Su legado a nuestra historia cinematográfica es inmenso”.
“Sin duda parte de su pasión por el cine y la cultura quedarán con nosotros como legado. Desde CCLM enviamos condolencias a su familia y amigos”, indicó Pablo Brugnoli, director ejecutivo interino de Centro Cultural La Moneda.
Por su parte, Antonella Estévez, presidenta del directorio de la Fundación Centro Cultural La Moneda, afirmó que “el cine chileno y la Fundación Centro Cultural La Moneda le debe muchísimo a la generosidad, entusiasmo y ejemplo de Abdullah. Fue un visionario en muchos sentidos y una persona excepcional que siempre estuvo disponible para compartir sus experiencias y aprendizajes”.