Subvirtiendo las apuestas de los especialistas, Corazón valiente derrotó a Apolo 13. Mel Gibson se impuso ante Ron Howard. La épica de los escoceses del siglo XIII venció a la épica de la carrera espacial.
En los Oscar entregados en marzo de 1996 ese fue el resultado de la gran batalla de la mayor premiación de Hollywood. Pero en la primera mitad de la ceremonia realizada en Los Angeles, bajo la conducción de Whoopi Goldberg, hubo otro episodio que quizás con el paso de los años ha despertado mayor admiración.
Galardonado el año anterior por su rol en Ed Wood (1994), el veterano Martin Landau subió a presentar la estatuilla a Mejor actriz de reparto. Leyó los nombres de las cinco candidatas, consagrando a la segunda más joven del grupo: Mira Sorvino y su actuación en Poderosa Afrodita, el rol de una prostituta y actriz porno a medio tiempo que en la trama se cruza con el protagonista encarnado por Woody Allen.
La intérprete de entonces 28 años no protagonizó el discurso más extenso ni hiperventilado de la jornada. Lo suyo, luego de medio minuto saludando a representantes, amigos y a Allen, fue un gesto simple pero enternecedor.
“Cuando ustedes me conceden este premio, honran a mi padre, Paul Sorvino, quien me enseñó todo lo que sé sobre la actuación. Te quiero mucho, papa”, expresó ante el público.
El actor de Buenos muchachos (1990) y Nixon (1995), presente en el lugar, se derrumbó en su asiento. El gigante inmortalizado como mafioso por Martin Scorsese sollozó ante la gratitud de su retoña, quien en esa época comenzaba a seguir sus pasos profesionales en Hollywood. La familia entrelazada con el arte y un momento para la historia.
La imagen ha sido recordada en reiteradas ocasiones durante las últimas horas, tras conocerse la muerte del actor a los 83 años por causas naturales. Como en aquella oportunidad, Mira Sorvino le dedicó palabras emotivas en su última despedida
“Ha fallecido mi padre, el gran Paul Sorvino. Mi corazón está desgarrado: una vida de amor, alegría y sabiduría junto a él ha terminado. Era el padre más maravilloso. Lo amo tanto. Te envío amor a las estrellas, papá, mientras asciendes”, compartió a través de Twitter.
“Ese cerdo recibirá su merecido”
Paul Sorvino alguna vez se preguntó acerca de por qué solían identificarlo con un mafioso o un policía. Mal que mal, también se desempeñaba como escultor, cantante de ópera y escritor (en 1987 publicó How to become a former asthmatic, una rareza donde habla de su experiencia como asmático). Aunque episodios como el de comienzos de 2018 volvían a asociarlo con ese imaginario de figura intimidante y ecos gansteriles.
En octubre de 2017, Mira Sorvino apareció como una de las denunciantes que aseguraron haber sido víctimas de agresión sexual por parte de Harvey Weinstein, el momento que generó un sismo sin precedentes en Hollywood.
Su relato a The New Yorker detallaba que había sido víctima de acoso sexual en 1995, mientras Poderosa Afrodita se estrenaba en el Festival de Toronto. El incidente se habría desarrollado cuando estaba con el productor –parte del filme de Woody Allen– en una habitación de hotel. Una vez que él le empezó a masajear los hombros (“me hizo sentir muy incómoda”, dijo), intentó alejarse, hasta salir del lugar.
Luego, unas semanas después, Weinstein le pidió reunirse en Nueva York para hablar de nuevas ideas de marketing de la cinta. Ella le habría sugerido que se juntaran en un restaurante, pero replicó que iría a su departamento. “Abrí la puerta aterrorizada”, le aseguró al autor del artículo, Ronan Farrow. Sólo cuando le dijo que su nueva pareja iba en camino el realizador abandonó su casa.
Como plantearon otras denunciantes en ese momento, Sorvino afirmaba que haber rechazado a Weinstein le había costado caro profesionalmente. Reconocía que había actuado en otros largometraje de su productora, pero que nada fue igual en su carrera después de ese instante.
Peter Jackson respaldo esa versión, cuando en una entrevista aseguró que ella y Ashley Judd fueron descritas como problemáticas por el productor mientras avanzaban en las primeras etapas de El señor de los anillos. “Recuerdo que Miramax nos dijo que era una pesadilla trabajar con ellas y que debíamos evitarlas a toda costa”, explicó al medio neozelandés Stuff.
TMZ fue a la caza de las reacciones del padre de la actriz. Y se encontró con lo que buscaba. “Él irá a la cárcel. Oh, sí. Ese hijo de puta. Bien por él si va, porque si no, tendrá que encontrarse conmigo. Y mataré al hijo de puta. Simple”, disparó.
Paul Sorvino también describió a su hija como “un ser humano valiente y maravilloso, y no merece haber sido tratada de esa manera por este cerdo”.
“Ese cerdo recibirá su merecido. La ley lo atrapará. Irá a la cárcel y morirá en la cárcel″, agregó, multiplicando los titulares que replicaban su amenaza en contra de uno de los otrora hombres más poderosos del negocio.
La clarividencia no estaba entre las áreas de interés del fallecido intérprete de La ley y el orden. Pero, desde comienzos de 2020, Weinstein cumple 23 años de prisión y hoy espera por un nuevo juicio en Los Angeles, Estados Unidos, que podría incrementar su pena.