Cristóbal Briceño figura acostado en el remate de la escalinata mientras Ases Falsos, en formato septeto, copa con su sonido cada rincón del teatro Caupolicán repleto hasta la última fila, esta noche de viernes en la primera de dos funciones completamente agotadas de Miranda! en el recinto de San Diego, con largas filas doblando las esquinas.
La banda nacional actúa como si fuera el plato de fondo, con la energía y desplante de una orquesta pop rock atemporal. La voz de Briceño experimenta una grata metamorfosis donde los chillidos y el canto crispado han cedido en favor de un tono más cómodo, reposado y profundamente melódico, con la personalidad de un crooner.
De pronto, Briceño desciende por los escalones cabeza abajo mientras el baterista lo mira de reojo con expresión entre asombrada y divertida. Hay algo de Babasónicos en el sonido del grupo, un combo profesional de canciones bien hechas que pasó de cierto desaliño al garbo, disfrutando su mejor momento con un set al mentón de ocho temas, incluyendo Mala fama, Mi ejército y Así es como termina.
Miranda! arranca casi dos horas de concierto con aplomo total y ambiente de fiesta permanente, un karaoke de principio a fin. El escenario adquiere los contornos de un cabaret con sendas pantallas gigantes donde Ale Sergi (50) y Juliana Gattas (43) capturan la atención sin pausas. Hay percheros para cada uno con distintas prendas que cambian con el avance de las canciones, mientras las piezas son asumidas como si fueran una mini obra, un videoclip en tiempo real.
Formalmente promocionan el último álbum Souvenir (2021), el octavo de su sólida discografía en 21 años de carrera, pero la cita es un listado de grandes éxitos de un dúo extraordinario, y algo subvalorado en el historial del pop latino.
A pesar de su arrastre, aún no se reconoce del todo la poderosa influencia ejercida en el pop chileno para la generación de Javera Mena, Gepe y Alex Anwandter. En general, el synth pop en español registra en el nuevo milenio un capítulo completo a partir de Miranda!, honrando las melodías y los estribillos de la mejor tradición hispanoamericana en canciones engañosas, de apariencia plástica, pero elaboradas puntillosamente, reescribiendo el manual del pop romántico con acento melodramático y bailable, como si fueran la banda sonora de una teleserie clásica.
Ale y Juliana parecen detenidos en el tiempo. Sus voces perduran exactas y expresivas. Son grandes cantantes e intérpretes preocupados de imprimir espectáculo total.
El público, la misma generación que los descubrió antes de las redes sociales y las aplicaciones, cuando Miranda! era un cuarteto, sencillamente los adora, cantando y bailando junto a ellos clásicos como Ya lo sabía y Mentía, entre numerosos hits. La gente también rejuveneció junto al dúo y su banda, celebrando una trayectoria sin altibajos con perdurable éxito en Chile. El jueves actuaron en Concepción y hace una semana se presentaron en el Gran Arena Monticello.
A 20 años de Es Mentira, aquel debut con clásicos como Romix, Miranda! es un ejemplo de solidez en directo gracias a un cancionero memorable y dominio escénico, para disfrutar la vida con pasión romántica y actitud desfachatada.