La espera terminó. Este martes, luego de varias semanas de especulaciones sobre cómo sería la introducción de Walter White y Jesse Pinkman en la recta final de Better Call Saul, los personajes interpretados por Bryan Cranston y Aaron Paul hicieron su aparición en el spin off dedicado al singular abogado Saul Goodman.
Pero la forma en que los responsables de la franquicia televisiva resolverían la conexión temporal entre las historias seguía siendo un misterio. Ya en el episodio 9, se develó la conversión definitiva de Jimmy McGill en el desfachatado legista que irrumpió en la segunda temporada de Breaking Bad (en el episodio titulado Better Call Saul), mostrando, justamente, las primeras horas de la jornada en que su camino se cruzó por primera vez con los hombres tras la metanfetamina azul.
Esa primera pista plantada hace un par de semanas fue confirmada durante la entrega más reciente: al igual que en la serie madre, el primer encuentro entre sus personajes se remontaría al 2009, cuando White y Pinkman, a rostro cubierto, secuestran y amenazan al abogado. ¿El motivo? Convencerlo de sacar de la cárcel a Badger, amigo de Jesse y uno de sus traficantes, sin que este revelara la verdadera identidad de sus jefes.
El reencuentro entre las series y sus protagonistas causó furor entre los seguidores de la franquicia. Sin embargo, el antepenúltimo episodio del spin off también se hizo cargo de varios de detalles que, en su conjunto, terminaron por enriquecer la historia y resolver varios cabos que quedaron abiertos en el camino.
No está de más recalcar que lo que sigue contiene varios spoilers, en caso que prefieras no seguir leyendo.
Amigo del cartel: nuevos antecedentes del primer encuentro
Luego de develarse que uno de los secuestradores era el mismo hombre que hace unas horas había acudido a la oficina del legista con un soborno de 10 mil dólares, Goodman, White y Pinkman sellan oficialmente su confidencialidad abogado-cliente en medio del desierto. La icónica escena que tomó una nueva interpretación tras la introducción de Lalo Salamanca a la historia de Better Call Saul, terminaba en Breaking Bad con los tres hombres aceptando lo inevitable: para salvar a Badger, alguien tenía que ir a la cárcel.
Acto seguido, vemos a Goodman y su cliente sellar el trato con los agentes de la DEA. A cambio de conseguir la libertad condicional, el joven ayudaría a los policías a encontrar al supuesto Heisenberg, que, en realidad, es un sujeto que asume delitos ajenos a cambio de grandes sumas de dinero.
En Better Call Saul¸ la anécdota adquiere nuevas dimensiones. Ahora, vemos ese trozo de la historia desde la perspectiva del abogado, que comienza con un plano subjetivo que muestra lo poco y nada que lograba ver debajo de la bolsa de lona que le cubría la cabeza.
El resto se desarrolla de la misma forma que en la serie anterior. Sin embargo, se revela una nueva escena que muestra lo que sucede en el camino del desierto a la oficina de Goodman. Ya dentro del vehículo, conocemos el momento exacto en que Saul se da cuenta de que la casa rodante en que se transportaban era la cocina de la dupla de narcotraficantes.
En una de sus primeras impresiones, el abogado expresa: “Mira este lugar. ¿Qué, van como camión de helados dándoles drogas a los niños y niñas?”. A pesar del recelo de White, Saul termina por deducir que los hombres no sólo distribuyen la metanfetamina azul, sino que también la cocinan con sus propias manos. Y más importante aún, que su nuevo cliente, que antes se hizo pasar por el tío de Badger, es el mismísimo Heisenberg.
También vuelve a surgir la interrogante sobre Lalo. Mientras esperaban que la camioneta arrancara, Jesse le pregunta quién es la persona que inicialmente responsabilizó del breve secuestro. Pero Saul, visiblemente conmocionado por el recuerdo del sobrino de Héctor Salamanca, prefiere callar.
El presente de Francesca
Gran parte de las aclaraciones realizadas en el undécimo episodio tienen un mismo origen: el reencuentro telefónico de Saul (ahora Gere Takovic) con Francesca, su antigua secretaria.
Tras conducir por algunos minutos, atenta al camino y preocupada de que no la estuvieran siguiendo, la mujer llega a una gasolinera ubicada en el medio de la ruta. Mirando el reloj de su auto, espera con algo de impaciencia que lleguen las 3:00 de la tarde. A las 3:01, uno de los teléfonos públicos comienza a sonar. Antes de iniciar la charla, Francesca le reclama a su ex jefe las coordenadas para encontrar el dinero que le corresponde por tomar el riesgo de establecer comunicación con él.
La conversación que sostienen es clarificadora en muchos sentidos. En cuanto al destino que le deparó a Francesca tras el embrollo policial que envolvió a White, Pinkman y Goodman, la secretaria confiesa que todavía es seguida por la policía, que aún le interceptan el correo y que su teléfono sigue haciendo ruidos que indican que se encuentra intervenido.
Gene aprovecha para confirmar lo que sospechaba: la justicia aún lo está buscando. Francesca le reafirma que él y Jesse siguen bajo el ojo de la investigación, sobre todo después de la muerte de Walter White.
Además, le consulta respecto al estado de varios de los negocios que otrora estaban a disposición de sus peripecias legales, como los salones de uñas, las máquinas expendedoras y las pistolas láser. Según Francesca, los federales desmantelaron todo. Incluso una cuenta en el extranjero con 850 mil dólares, donde Saul puso el nombre de su secretaria en la junta de una corporación falsa sin avisarle.
Bill Oakley es otro personaje recurrente de la serie sobre el cual Takovic recibe noticias. Al otro lado de la línea, Francesca le comenta que el antiguo fiscal de distrito adjunto que continuamente batallaba con Jimmy McGill en el estrado, ahora ejercía como abogado defensor, utilizando el espacio que su ex colega dejó vacío. Incluso se puede ver cómo publicita sus servicios en las bancas de la ciudad, tal como lo hacía Goodman antes de verse obligado a comenzar una nueva vida lejos de Albuquerque.
¿Qué pasó con Huell?
El destino de Huell Babineaux, guardaespaldas personal de Goodman y fuente de varios encargos, se transformó en un asunto que ocupó bastante a los fanáticos de Breaking Bad. Su última aparición en la serie incluso llegó a transformarse en un meme.
Para solucionar parte de las incógnitas que quedaban respecto a la responsabilidad de Walter White en múltiples casos de homicidios y conspiraciones, Hank Schrader y Steve Gómez, ya unidos con Jesse, acuden a Huell para conseguir más pistas. Gracias a una foto de Pinkman con un supuesto disparo en la cabeza (recreado con los sesos de un animal), los detectives de la DEA convencieron a Babineaux de que Heisenberg había conspirado con el abogado para asesinar a sus colaboradores.
Así, y luego de ofrecerle protección, los policías lograron que el guardaespaldas les comentara más detalles sobre los trabajos que realizó para el narcotraficante, específicamente en la movilización de cinco barriles llenos de dinero. Antes de salir de su casa, Hank le recomienda que no conteste las llamadas de Saul y que, por seguridad, se quede en su casa esperando a que regresen. Algo que nunca se vio en la serie.
¿Qué tan extensa fue la espera de Huell? La conversación con Francesca lo aclara. Cuando Takovic le pregunta por el destino de su empleado y amigo, la secretaria le cuenta que fue detenido por la DEA por el delito de identidad falsa y que luego regresó a Nueva Orleans.
Patrick Kuby, otro de los colaboradores de Goodman que llegó a trabajar codo a codo con Huell, también es mencionado en la charla. Aunque su interlocutora es sincera al decir que no tiene idea de qué pasó con él, su breve referencia guarda un sentido particular asociado a las características del personaje.
En palabras de Thomas Schnauz, productor ejecutivo y guionista del capítulo titulado Breaking Bad, “Kuby fue un jugador muy importante al final, así que me pareció gracioso mencionarlo y que Francesca se encogiera de hombros. Es como el Día D al final de Animal House… Él simplemente desaparece. Es uno de esos tipos que se escapa”.
Kim después de Saul
La referencia más importante del episodio tiene que ver con el presente de Kim Wexler, la destacada abogada y ex esposa de Goodman que tuvo su última aparición dos capítulos atrás. Nuevamente, la conversación con Francesca es crucial.
Ante la insistencia de Gene por tener más novedades sobre Nuevo México, su antigua secretaria le comenta que recibió una llamada de Wexler después de que las cosas se salieron de control. Aunque Kim se contactó para saber cómo estaba Francesca con todo lo ocurrido, el nombre de Saul también surgió en la conversación.
La antigua pareja de Goodman quería saber si su otrora compañero seguía con vida, una pregunta que no obtuvo respuesta por parte de la secretaria. Tras cortar la llamada, Takovic se acerca a otro teléfono público para solicitar una conexión con la operadora en Florida, específicamente con una tienda de aspersores llamada Palm Coast. Ese sería el nuevo trabajo de Kim después de dejar la abogacía.
Sin embargo, y aunque no se escucha lo que dice, la cámara muestra a Gene discutiendo dentro de la cabina. Cuando termina, golpea con efusión el teléfono. Aunque no sabemos exactamente qué sucedió, la escena es suficiente para dar a entender que aquella conversación fue un factor decisivo para lo que vendría.
Slippin’ Jimmy vuelve a las pistas
Aquella conversación en la cabina telefónica marcó un antes y un después. Si el capítulo anterior mostró a un Gene Takovic decidido a no retomar los colores de Saul Goodman, la segunda mitad de esta nueva entrega dejó en claro que las jugarretas ilegales de Slippin’ Jimmy estaban de vuelta.
Este regreso a las estafas en la calle está lejos de tener una motivación económica. Por el contrario, son presentadas casi como una adicción que le permite desconectarse de su dolor.
Así lo confirma Schnauz en una entrevista con The Hollywood Reporter: “No está desesperado por dinero. Todavía tiene todos los diamantes en un pequeño estuche de tiritas, Francesca menciona toda esa fortuna, que se salió con la suya, de la que él se deshace. Así que no está desesperado por eso. Él no está haciendo esto por dinero en absoluto. Está haciendo esto porque algo en esa llamada telefónica le trajo mucho dolor. Y como sabemos por el pasado, con todo lo que sucedió con Howard Hamlin, Kim ocultando la verdad sobre Lalo y las razones por las que lo hizo y la ruptura que sucedió… Todo eso causó mucho dolor y fue lo que lo empujó dejar salir a Saúl Goodman por completo”.
“Ha sido Gene por un tiempo, pero tuvo una pequeña muestra de Saul Goodman o Slippin ‘Jimmy, o como quieras llamarlo, en el episodio 10 con la estafa del centro comercial. Él fue capaz de empujar eso a un lado, pero algo en esa llamada telefónica lo molestó tanto que el dolor volvió a brotar y tuvo que volver a su droga preferida, que es Saul Goodman, para adormecer ese dolor. Así que no está haciendo nada de esto por dinero. No creo que le importe una mierda el dinero”, complementa el guionista.
También aprovecha de dar luces sobre un detalle importante que otorga mucha más claridad sobre sus verdaderas motivaciones: “Como vemos en el montaje, simplemente lo mete en un agujero y lo deja allí. El dinero es realmente secundario. Quiero decir, es parte del juego. Así es como llevas la cuenta. La cantidad de dinero que gana durante estas estafas es una forma de llevar la puntuación de su éxito. Esa es la única razón por la que le importa el dinero. Es como decir “¿Cuántos puntos anoté hoy?”.
¿Walter White está realmente muerto?
Una de las teorías previas al estreno del capítulo postulaba que, posiblemente, el retorno de Walter White y Jesse Pinkman estaría ambientado en el presente de la serie. Esta posibilidad traía un cambio sustancial en el final de Breaking Bad, pues implicaría que White sobrevivió al disparo recibido cuando se acercó a rescatar a Pinkman de los nazis. Esto, a pesar de una escena de El Camino (2019) donde el noticiero de una radio confirma el fallecimiento del narcotraficante.
Pero una vez resuelto el cameo de los personajes, el ciclo de White quedó completamente sellado dentro de la franquicia. Al menos, hasta ahora. Así lo reafirma Francesca al señalar que la muerte de Heisenberg fue el principal motivo de la persistente persecución a Jesse y Goodman, pues eran los únicos que quedaban vivos y por ser capturados.
También se confirma que Skyler, la esposa de Walter que hacia el final de la historia ejerció como la contadora de su conyugue narcotraficante, utilizó la información sobre la ubicación de los cuerpos de Hank y Gómez para conseguir un acuerdo con la DEA. Un dato que Heisenberg le entregó en un boleto de lotería durante su breve retorno a Albuquerque.
El consejo de Mike
Las escenas del pasado también regresan a Mike Ehrmantraut, otro personaje crucial y querido por la audiencia en ambas series. En coherencia con los trabajos investigativos que realizaba en Breaking Bad para Goodman, el episodio revela una conversación donde el ex policía le sincera sus reparos con Walter White, entonces un principiante en el mundo de las drogas.
Luego del encuentro en la casa rodante y de la ejecución del plan para salvar a Badger, Ehrmantraut llega a la oficina de Goodman para entregarle los antecedentes que recabó sobre varios clientes y casos a su cargo. Entre ellos, la verdadera identidad del hombre detrás de Heisenberg.
Así es como Saul se entera de que Walter White era, en realidad, un profesor de química que trabajaba en una secundaria y que padecía de cáncer de pulmón en fase tres. A pesar de que parecía ser una persona bastante común e inofensiva, Mike se muestra receloso ante este nuevo cliente. “Aunque este tipo fuera a vivir, yo no me acercaría a él. Es un completo aficionado”, le expresa.
A lo que Saul responde: “Tú ves un aficionado, yo veo 80 kilos de arcilla lista para ser moldeada”. Con una intuición casi perfecta, Ehrmantraut insiste en que el destino de Walter no es auspicioso, pues si no lo mata el cáncer, será “la policía o una bala en la cabeza”.
A pesar de que Goodman insiste en preguntar si esa es su opinión o la de Gustavo Fring –al que se refiere como “Aquel-Que-No-Debe-Ser-Nombrado”–, el ex policía insiste en su visión. Poco importa, pues el abogado confiesa tener un presentimiento sobre el potencial que tienen Heisenberg y su producto.
El consejo de Mike viene de la mano de una alegoría: “Hace años compré un Betamax. Buen producto. De lo mejor. Los expertos decían que era mejor que un VHS. Resultó ser una pérdida de dinero y tiempo. Olvídalo”. Pero las decisiones de Goodman hicieron oídos sordos y tomaron otro rumbo.