Durante la quincena de junio una serie publicaciones aparecieron en las historias de la cuenta de Instagram de Ezra Miller. El actor de 29 años utilizó memes que fueron interpretados como una burla, en los que se leía “no puedes tocarme, estoy en otro universo” y “mensaje de otra dimensión”. Tras subir ese contenido, su cuenta desapareció.
Por entonces la policía buscaba sin resultados al intérprete que encarna a Flash en las películas de DC Comics. El motivo era la denuncia que habían interpuesto el abogado y activista Chase Iron Eyes y la pediatra Sara Jumping Eagle, pareja que acusaba que Miller de haberse aprovechado de Tokata, su hija de 18 años. Desde que tenía 12, el actor habría demostrado un “comportamiento psicológicamente manipulador y controlador y similar al de un culto” y le habría dado acceso a drogas y alcohol.
“Ezra usa la violencia, la intimidación, la amenaza de violencia, el miedo, la paranoia, los delirios y las drogas para dominar a la joven adolescente Tokata”, señalan los documentos del caso, según consignó el portal TMZ. Ella, por su parte, negó la versión de sus padres, acusándolos de “manipulación emocional y psicológica”.
Ese episodio es sólo uno de los tantos que han alimentado la imagen caótica y errática de Ezra Miller, un intérprete que pasó de ser uno de los talentos más singulares de la industria (Tenemos que hablar de Kevin, Las ventajas de ser invisible) a una de las figuras más problemáticas que recuerde Hollywood.
Ese turbulento presente sumó un hito clave durante la noche de este lunes, cuando Variety compartió una declaración del actor, la que marca la primera vez en que se refiere públicamente a sus acciones.
“Tras pasar recientemente por un momento de intensa crisis, ahora entiendo que estoy sufriendo complejos problemas de salud mental y he comenzado un tratamiento continuo”, señaló. Luego ofreció disculpas a aquellos que ha “alarmado y molestado con mi comportamiento pasado” y se comprometió a “volver a una etapa saludable, segura y productiva en mi vida”.
Su movimiento no se entiende sin todo lo que está en juego con The Flash, su próximo estreno, en la que encarna al superhéroe bajo la dirección del cineasta argentino Andy Muschietti.
Con un presupuesto que se estima en US$ 200 millones, la superproducción es la primera película en solitario del personaje y uno de los títulos más grandes del futuro próximo de DC Comics, que este año lanzó The Batman y tiene entre sus próximos largometrajes a Black Adam, con Dwayne Johnson, y la secuela de Aquaman, protagonizada por Jason Momoa.
Según The Hollywood Reporter, el estudio llegó a barajar tres alternativas ante los escándalos que rodean a Miller: la primera, en caso de que se comprometiera a buscar ayuda profesional, contemplaba que eventualmente fuera entrevistado para hablar de sus turbulentos últimos meses, abriendo una ventana para que en el momento del lanzamiento realizara actividades de prensa pero de manera acotada.
La segunda opción, si desistía de empezar un tratamiento, estimaba prescindir del intérprete durante la campaña promocional, quitándolo de cualquier nueva película de la saga, y la tercera -si el comportamiento se agravaba aun más- consistía en cancelar el debut la película. La posibilidad de volver a filmar sus escenas con otro actor resultaba inviable, debido a que es el protagonista y el costo de tal cambio sería monumental y sin precedentes en la industria.
A la luz de su declaración de las últimas horas, todos parecen haberse plegado al plan A. Aunque el escenario sigue siendo líquido y abierto a giros inesperados.
Acusaciones en Hawái y fuera de EE.UU.
Entre marzo y abril pasado llegaron noticias alarmantes desde Hawái. En un lapso de menos de cuatro semanas, Ezra Miller fue arrestado dos veces, primero por alteración del orden público y acoso y luego por agresión en segundo grado.
Un comportamiento que fácilmente se podía conectar con lo que apareció en redes sociales en abril de 2020, cuando se viralizó un video en que se veía al actor aparentemente asfixiando a una mujer en un bar en Reykjavik, Islandia.
Esos incidentes en Hawái coincidieron con el estreno en cines de Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore, superproducción del universo Harry Potter en la que volvió a asumir el papel del atormentado Credence Barebone. Si bien no es el protagonista de la película, su rol seguía siendo uno de los más importantes de la trama, por lo que no pasó desapercibida su total ausencia tanto en la premiere como en la promoción de la cinta.
Tras su caótico inicio de año, la situación empeoró. Se conoció la denuncia de Chase Iron Eyes y Sara Jumping Eagle, que resultó en que se decretara una orden de protección que establecía que no podía comunicarse ni con su hija ni con los padres ni acercarse a su residencia.
En tanto, The Daily Beast detalló que habría otro menor de edad al que habría atacado. En este caso se trataba de un niño de 12 años que se identifica como no binario y que acusó comportamiento sexual indebido y agresiones verbales, luego de que Miller se acercara a él y a su familia en febrero pasado, mientras estaba en casa de un vecino.
Rolling Stone elaboró su propia investigación detallando situaciones que volvieron más crítico su presente. En su casa, en Vermont, el actor habría acogido a una mujer de 25 años y a sus tres hijos, de uno a cinco años, a quienes habría conocido en su última estadía en Hawái. El testimonio de la mujer indicaba que el intérprete le había otorgado ayuda para escapar de un relación abusiva y que su hogar se había convertido en “un refugio de curación para nosotros”.
Sin embargo, el padre y dos cercanos alegaban que en la residencia había armas esparcidas y plantaciones de marihuana, alertando sobre el bienestar de los menores. Una fuente especificó que el más pequeño de los tres niños se había metido una bala a la boca. Cuando las autoridades llegaron hasta el lugar, Miller indicó que ya no vivían junto a él, pese a que publicaciones sociales sugerían que permanecían en su casa hasta al menos fines de julio.
Las acusaciones también han tenido origen en Europa. Una mujer acusó que Miller la habría agredido en Alemania en febrero de este año, según contó a Variety. Luego de que lo invitara a su departamento en Berlín y que le dijera que no podía fumar, el intérprete habría estallado en gritos e insultos, y sólo se habría retirado luego que llamara a la policía y le suplicara que se fuera.
Su más reciente denuncia lo devuelve a Vermont. Allí fue acusado de “delito grave de robo en una vivienda desocupada”, debido que supuestamente hurtó botellas de alcohol de una casa. Se espera que comparezca ante el tribunal el próximo 26 de septiembre.
¿Sumará un nuevo escándalo antes de eso? Uno de los personajes más controversiales del Hollywood actual no permite anticipar ningún pronóstico.