Habían sido cinco temporadas sólidas.

No, habían sido cinco temporadas geniales, que habían logrado tomar un personaje principalmente humorístico y ridículo -una especie de alivio cómico en una historia muy tensa-, para darle múltiples dimensiones y una historia divertida, emocionante, desoladora, exasperante, romántica…

Pero ahora faltaba la recta final, esos importantes últimos capítulos que podían ser la joya de la corona o ponerle una mancha a una gran historia. Y en la última temporada, Better Call Saul no sólo no falló, sino que entregó un ciclo igual o superior a los anteriores. Hasta la última escena.

La sexta temporada venía con garantía de momentos de tensión y acción, con la relación de Jimmy McGill / Saul Goodman y algunos personajes poco amigables haciéndose cada vez más estrecha, con la lucha entre carteles poniéndose cada vez más peligrosa, con las decisiones tomadas sintiéndose cada vez más pesadas y con la promesa de conectar de lleno con Breaking Bad y traer de vuelta, por breves momentos, a sus personajes principales.

Detrás de escena de Breaking Bad, capítulo de Better Call Saul (AMC)

Y lo bueno es que el ciclo final de Better Call Saul (ya disponible en su totalidad en Netflix) no se quedó sólo en lo que estaba garantizado, sino que con tranco rápido, emocionante y lleno de tensión, no descansó en lo obvio o en las nostálgicas sorpresas, sino que cerró sus episodios dándose lujos visuales, entregando escenas que por un rato eran su propia historia, hasta que luego se conectaban con todo lo demás, llevando a sus excelentes actores a nuevas emociones.

La última temporada de esta serie, además tenía que ser el broche de oro para el universo que se había iniciado antes con la historia de Walter White, y luego de su capítulo final los calificativos se quedan cortos. Es sin duda un final magistral y en un tono sobrio para una serie que si bien no tuvo el impacto que su antecesora, está como mínimo a la altura de ella, y que en el final, en el momento de la redención, además nos recordó que Walter White y Jimmy McGill no sólo compartieron una línea temporal, sino que son dos enormes personajes de la televisión de los últimos años, con muchas sombras y también enormes luces.