El Universo Cinematográfico de Marvel (MCU, por sus siglas en inglés) ha tenido entre sus protagonistas a un excéntrico millonario, a un ladrón de buenas intenciones, a un arrogante neurocirujano y a un acomodador de autos. O, lo que es lo mismo, a Tony Stark, Stephen Strange, Scott Lang y Shaun (o Shang-Chi), parte de un grupo de personajes que, pese a contar con superpoderes, lidian con la cotidianeidad de sus vidas en la Tierra.
Jennifer Walters (Tatiana Maslany) se suma a esa clase de figuras de la saga. Es una abogada en un momento sólido de su carrera que resulta ser prima de Bruce Banner (Mark Ruffalo), el científico que el mundo conoce como Hulk. Su especialidad consiste en representar a personas con capacidades sobrehumanas, pero un día su rumbo cambia cuando sufre un accidente en que adquiere poderes similares a los de su familiar.
En un giro que nutre la frescura de She-Hulk: Defensora de héroes, la protagonista no se ve dominada por un alter ego cuando se convierte en una mujer enorme y de color verde. A diferencia de Banner, que lleva años trabajando para que sus dos facetas convivan de manera equilibrada, ella tiene un mayor control de las capacidades extraordinarias que adquiere cuando vive episodios angustiantes. Como sugiere el final del primer episodio de la serie (ya en Disney+, uno nuevo cada jueves), Jen puede ser una superheroína y al mismo tiempo seguir desarrollándose como siempre en la corte.
La ficción escrita por Jessica Gao se propone jugar en el MCU (como las fantásticas Loki o Moon Knight), pero profundizando en una dimensión más pedestre, casi ordinaria, con una libertad que hasta ahora ningún largometraje de la saga se ha permitido. Y lo hace adquiriendo la forma de una comedia de nueve capítulos de media hora en que su personaje principal rompe a cada tanto la cuarta pared, estableciendo un diálogo directo con el espectador.
“Quiero saber qué sucede un martes cuando el mundo no está en peligro. ¿Qué sucede cuando una mujer verde de dos metros tiene que comprar un traje de negocios para la corte?”, planteó Gao en diálogo con The Hollywood Reporter, explicando el ADN de la producción, que la diferencia de WandaVision: si la historia con Elizabeth Olsen ejecutó un tributo a las sitcoms de antaño para ilustrar el trauma de su protagonista, She-Hulk: Defensora de héroes abraza la comedia sin condiciones.
Con desenfado y encanto, la guionista le imprime su sello y saca brillo a su experiencia en televisión, que incluye haber escrito capítulos para la animación para adultos Robot Chicken, Silicon Valley y Rick and Morty (ganó el Emmy por el episodio Pickle Rick).
Cuenta con una gran aliada: Tatiana Maslany, quien en las cinco temporadas de Orphan black concedió una clase maestra de versatilidad y contundencia interpretativa. En la piel de Jennifer Walters, la actriz derrocha desparpajo, ya sea moviéndose a sus anchas en juicios o bromeando con la supuesta virginidad del Capitán América. Su sola presencia es una buena excusa para atraer incluso a los más escépticos con la labor del MCU con sus series originales para Disney+.
Para los devotos de la saga, hay material de sobra: Mark Ruffalo está lejos de ser una suerte de coprotagonista, pero es relevante en la historia. En tanto, vuelve a aparecer Wong (Benedict Wong), el hombre que sucedió al Doctor Strange como el Hechicero Supremo en ese universo, y dos personajes retornan a la franquicia: Emil Blonsky / Abominación (Tim Roth), el villano de Hulk: el hombre increíble (2008), y Matt Murdock / Daredevil (Charlie Cox), quien viene de tener un cameo en Spider-Man: Sin camino a casa (2021) y será una figura importante en el futuro de la saga.
Estrenada la misma semana que House of the dragon (HBO/HBO Max) y semanas después de The Sandman (Netflix) –y dos semanas antes de El señor de los anillos: Los anillos de poder (Amazon Prime Video)–, la ficción de Jessica Gao y Tatiana Maslany justamente puede brillar por moverse en la dirección contraria que esas superproducciones televisivas (y que el promedio de la franquicia de Marvel). Su foco no es ni más ni menos que explorar los momentos raros, insólitos y divertidos que se suscitan en la vida de una mujer profesional de 30 y algo que cambia de aspecto.
“No tiene la profundidad emocional, la sutileza o la sofisticación técnica de WandaVision. No tiene la vitalidad juvenil o un giro tan refrescante como el punto de vista islámico de Ms. Marvel. Pero, oh, te divertirás a fondo, durante al menos 28 minutos seguidos”, celebró The Guardian. Luego de ver cuatro de sus episodios, el portal IndieWire indicó: “She-Hulk aún no es increíble, pero se destaca por tomar algo conocido y desmantelarlo, con cinco episodios restantes para revelar su verdadero poder”.