Columna de Daniela Lagos: Mo: un buen acto de equilibrio
Estrenada en Netflix, la producción cuenta la historia de Mo Najjer, un palestino que ha vivido la mitad de su vida en Texas, desde que partió como refugiado con su familia durante la guerra del Golfo, pero que aún no tiene una visa que le permita trabajar legalmente en Estados Unidos.
Desde hace un tiempo que las plataformas de streaming han ido sumando series que, acercándose más a la vida real, transitan en el límite de la comedia y el drama, moviéndose de un lado a otro con más o menos naturalidad.
La última producción en sumarse a esta lista es Mo, estrenada en Netflix, la que cuenta la historia de Mo Najjer, un palestino que ha vivido la mitad de su vida en Texas, desde que partió como refugiado con su familia durante la guerra del Golfo, pero que aún no tiene una visa que le permita trabajar legalmente en Estados Unidos.
Al mismo tiempo, está lidiando con el descubrimiento de una realidad traumática que desconocía, una leve adicción a un jarabe con codeína, una relación con una chica católica y de origen mexicano que su mamá no termina de aceptar, y con el choque de tradiciones y costumbres entre su herencia y el mundo en el que vive.
Muchos de estos elementos están basados en la historia real de su protagonista y co-creador, Mohammed Amer, un comediante y actor en ascenso.
Y es probablemente gracias a esta conversación con la realidad que Mo se vuelve una comedia que transita de gran forma entre situaciones dramáticas y probablemente desconocidas para la mayoría de la audiencia, y buenos chistes y situaciones universales.
Si bien la historia está centrada en un personaje protagónico, la serie también es enriquecida por un coro de buenos secundarios, partiendo por María, la novia de Mo interpretada por Teresa Ruiz (Luis Miguel, la serie), y siguiendo con su familia, amigos y todos con quienes se encuentra en sus intentos por ganarse la vida.
Es a través de todos ellos que nos sentamos a mirar distintas costumbres, ritos y momentos de vida diaria de una persona que sin lugar a dudas está pasando por momentos en que nada parece resultarle y todo se vuelve difícil, pero esto no significa que su vida (y su serie) se conviertan en un dramón lleno de desesperanza. Pero tampoco significa que todo es un chiste y las cosas se resuelven así como por parte de magia.
En ese equilibrio muy bien logrado está la primera temporada de una apuesta refrescante, entretenida, con buen ritmo y definitivamente con una buena historia para contar.
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