“Me pegó unos mordiscones en la cara y las manos en el pantalón de gimnasia”: José Alfredo Fuentes rememora episodio de acoso que vivió en su niñez

José Alfredo Fuentes

El cantante y animador fue invitado al programa De tú a tú, de Canal 13, donde rememoró algunos episodios desconocidos de su vida, como la muerte de su padre y sus experiencias en el colegio, donde vivió un acoso por parte de un sacerdote. “Lo tiraron debajo de la alfombra, ahí no más quedó”, señaló.


Este domingo en un nuevo capítulo de “De tú a tú”, Martín Cárcamo recibió en su casa al destacado cantante y animador José Alfredo Fuentes, con quien hizo un repaso de su carrera y de los momentos más importantes de su vida.

Al llegar, “Pollo” confesó de entrada que fue convocado para la temporada pasada de “De tú a tú”, pero no aceptó porque en ese momento no se sintió preparado. Ahora, en cambio, dijo llegar dispuesto a hablar de todo.

Nacido como el menor de tres hijos, José Alfredo partió confesando algo que no mucha gente sabe sobre su vida: que sus hermanos eran en realidad hijos del primer esposo de su madre, Armando Fuentes, mientras que él fue fruto de una relación que su madre tuvo con un dentista vividor –y casado– llamado Alfredo Rodríguez.

“En rigor yo debería ser el Pollo Rodríguez”, rió el cantante, y explicó que recién a los seis años de nacido su madre fue a ver a su ex esposo para pedirle que él le pusiera su apellido al niño, ante la imposibilidad de que se supiera que era hijo de Alfredo. Afortunadamente, el hombre accedió de buena manera.

Pese a que sólo veía a su padre tres días a la semana, recordó que era un muy buen papá, ya que él fue su único hijo. “Él se enamoró de este cabro chico porque no tenía hijos, entiendo que no pudo tener con su otra señora”, contó. Así, el llamado “Alfredito” se crió como el regalón de toda su familia y sus vecinos.

JAF 2

Todo cambió cuando su padre murió a la temprana edad de 48 años, cuando José Alfredo tenía 8 años, de un cáncer al páncreas. “Yo lloré mucho cuando me dijeron (...) Para su funeral yo estaba con mi madre y mis hermanos en un rincón y en otro sector la familia de él”, recordó, apuntando que ahí tomó conciencia de que su mera existencia era algo incómodo.

Tras la muerte de su padre, sus hermanos, al ser 12 años mayores, dejaron los estudios para trabajar y sustentar la casa, y permitirle a él seguir estudiando en el colegio Marista Alonso de Ercilla. “Yo siempre sentí que se sacrificaron por mí. Daban la vida por su hermano chico”, señaló.

Pronto, su madre se volvió a casar con otro hombre, pero esa nueva relación se volvió violenta. “Yo sentía cachetadas, entonces me levantaba de mi pieza y partía a la de mi mamá, en calzoncillos, a enfrentarme con nueve años a este caballero. A mí nunca él me tocó ni me retó, pero para mí era horrible que a mi mamá la tocaran, era espantoso. Empecé a tener miedo de estar en la casa”, confesó, agregando que sentía que su padrastro tenía celos de la atención que su madre le prestaba a él.

“De chico me puse protector de mi mamá porque me sentía causante de este problema. Sentía que había celos (hacia mí) y me empecé a culpar yo. Eso me trajo trastornos físicos y sicológicos. Un día amanecí con una pierna encogida y no la podía estirar, era que mi cuerpo quería llamar la atención por algún lado”, recordó el “Pollo”.

Finalmente se fue de la casa de su mamá para ir a vivir con unos tíos, en lo que fue la mejor época de su infancia. “La tía Liliana y el tío Renato eran un matrimonio espectacular, eran todo lo que yo hubiera querido ver, llenos de amor y de ternura, y mis primos me querían mucho (...) No sentía la desesperación de no estar con mi vieja porque me daban todo”, señaló. Martín le mostró un video de saludo de uno de sus primos, lo que emocionó de inmediato al cantante.

Un episodio de acoso

En el colegio, donde a José Alfredo le decían el “Chico Fuentes”, porque siempre fue y se vio menor, dice haberlo pasado muy bien y haber aprendido mucho. Sin embargo, recuerda una experiencia de acoso que sufrió de parte de un sacerdote. “Después de una clase de gimnasia él nos llamó con un compañero de apellido Cardemil para mostrarnos unos trabajos manuales en una cancha alejada. Cuando entramos a un lugar pequeñito, se tiró bruscamente a abrazarme, me tomó en brazos, era muy robusto”.

“Me pegó unos mordiscones en la cara y las manos en el pantalón de gimnasia -añadió-. Mi amigo Cardemil era más avispado, así que se subió a una escalera de tijera, agarró un cajón de madera y se lo tiró en la cabeza. Ahí me soltó y apreté cachete, me fui a mi casa corriendo, 15 o 20 cuadras, llorando”, recordó el intérprete.

Finalmente, pese a la indignación de su familia -especialmente de su hermano Iván, que incluso fue al colegio a golpear al sacerdote-, el caso quedó en nada. “Lo tiraron debajo de la alfombra, ahí no más quedó (...) Debo confesar que más allá del mal rato que sufrí no tuve problemas que me repercutieron de ninguna manera. Sólo eran unos señores que no debieron haber seguido el camino de educadores”, concluyó.

Tan famoso como los Beatles

En el mismo programa, el “pollo” se refirió a su relación con la música. Esta partió desde muy temprana edad, cuando cantaba para su padre y sus amigos. Pronto llegó al coro de su colegio, donde destacó de inmediato por su gran voz, y lo dejaron de solista. Posteriormente, recordó, en primero medio unos amigos lo llevaron a un concurso de Radio Portales donde se buscaba a exponentes de la “Nueva Nueva Ola”. Fue ahí cuando empezó a descuidar sus estudios y su mamá le prohibió seguir cantando.

Valga decir que no le hizo caso. A los 17 ganó un festival colegial cantando frente a 3 mil otros estudiantes, y un productor musical le consiguió un contrato discográfico en un sello, contra la opinión de su madre. “‘Nos hemos sacrificado toda la vida para que estudies y seas algo ¿De qué vas a vivir?’, me decía mi mamá”, recordó “Pollo”. Finalmente fueron los profesores de su colegio quienes hablaron a su favor con su madre y la convencieron del talento de su hijo.

Desde allí, el ascenso fue rápido. “Yo no me alcancé a dar cuenta del fenómeno. Partí en mayo, ya en agosto me costaba caminar por la calle, en septiembre y octubre ya tenía que andar acompañado a todos lados”, señaló José Alfredo, agregando que su fanaticada femenina se asemejaba a la de The Beatles.

“Cuando yo cantaba no se escuchaba nada porque era puro grito, las chicas se desmayaban, recogían gente en brazos, y me llegaban sus calchunchos y sostenes. Hoy en cambio me llega su bastón y su muleta”, rió.

Recordó que a los 5 meses de carrera tenía suficiente plata para vivir por su cuenta, y arrendó un departamento para él y su hermano Iván, 10 años mayor, que era su manager. “Las chiquillas supieron dónde yo vivía, así que estuve menos de un año y los vecinos me pidieron gentilmente que me buscara otro lugar, porque todos los días había 500 mujeres todos los días rayando las murallas y los autos”, contó.

Afortunadamente para el “Pollo”, dice que nunca alcanzó a perder la cabeza por la fama. “Me sacaban normalmente de los shows con una micro de Carabineros. Después llegaba a mi departamento, y había silencio total. Después de haber visto toda esta cosa que era increíble, llegaba a ducharme, lavarme los dientes y acostarme, y se acabó. Eso me hacía entender que todo esto era como una mentirilla, una fantasía”, reflexionó.

Asimismo, tampoco cayó en excesos. “Yo siempre me porté muy bien en el sentido en que nunca caí en lo que podría haber caído otro joven con tanta fama. Me refiero a sexo, drogas y rock and roll... bueno, sexo déjalo aparte”, bromeó, agregando que su única afición eran las mujeres, ya que “pinchó” mucho en esos años.

Uno de sus pololeos fue el que originó su canción más famosa, Te perdí, inspirada en una chica con la que terminó y luego se arrepintió. “Ella vivía muy lejos, yo tenía que tomar 3 o 4 micros, me demoraba una hora y media en llegar a su casa. Me empecé a cabrear porque quedaba muy lejos”, contó. Días después, pensando en lo que podría haber sido esa relación, fue a su lugar habitual de composición -el WC del baño de su departamento-, tomó la guitarra y escribió la canción. “Es que sonaba muy bien el baño porque tenía reverb”, explicó el “Pollo”.

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