David Dencik: la historia del actor que inmortalizó a Mijail Gorbachov en Chernobyl
Estrenada en 2019, la miniserie de HBO incorporó entre sus personajes al último gobernante de la Unión Soviética, fallecido este martes a los 91 años. El rol quedó en manos del intérprete sueco-danés con apariciones en Top of the Lake y Sin Tiempo Para Morir (2021).
La amenaza nuclear sacudió al mundo hace 36 años. El reactor número cuatro de la planta de Chernobyl registró una explosión que paralizó el mundo, el 26 de abril de 1986, alimentando las peores pesadillas del planeta. Un hecho al que en 2019 se aproximó con rigor y contundencia Chernobyl, la miniserie de HBO.
Compuesta por cinco capítulos, la producción definió su eje a partir de dos personajes: el vicepresidente Boris Shcherbina (Stellan Skarsgård) y el químico Valery Legasov (Jared Harris), ambos enviados a la zona por orden de Mijail Gorbachov, secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética entre 1985 y 1991. El primero murió en 1990, el segundo se suicidó en 1988 y el tercero falleció este martes a los 91 años.
Una coyuntura que vuelve a fijar la mirada en la indispensable ficción escrita por el guionista Craig Mazin y dirigida por Johan Renck. En particular, en la manera en que desplegó su narrativa ilustrando la responsabilidad del régimen soviético en el desastre, una nación, según dice en un momento Shcherbina, “obsesionada con no ser humillada”.
La miniserie entreteje el drama a escala humana (a través del personaje de Jessie Buckley, la esposa del bombero que socorre el incendio) con el entramado político que dificultó una respuesta más veloz y ajustada a la urgencia del momento.
Cuando la serie lo requiere, las intervenciones de Gorbachov están a la altura del resto del conjunto. El responsable es David Dencik, actor sueco-danés con experiencia en roles secundarios en las películas El espía (2011) y La chica del dragón tatuado (2011), además de la primera temporada de la serie Top of the Lake, de Jane Campion.
Es su mérito -y el de los creadores de la ficción- que su interpretación parezca bien resuelta, a pesar de que no existió ningún intento por imitar los acentos de los personajes reales.
“No queríamos hacer el acento cliché de ‘Boris y Natasha’, porque el acento ruso puede volverse cómico muy fácilmente”, señaló el guionista, explicando que también descartaron cualquier énfasis que evocara a los habitantes de Europa del Este. “Honestamente, creo que después de una o dos audiciones dijimos ‘Ok, nueva regla’. Ya no vamos a hacer eso”.
Por cierto, los protagonistas son de cualquier nacionalidad menos rusa. Jared Harris y Emily Watson son ingleses, Stellan Skarsgård es danés y Jessie Buckley es irlandesa. No impidió que se transformara en uno de los títulos más celebrados y premiados de los últimos años.
A David Dencik parece haberle quedado gustando ese tipo de ejercicio: el año pasado se le vio en Sin tiempo para morir (2021) en la piel de Valdo Obruchev, un científico que termina trabajando bajo las órdenes de Lyutsifer Safin (Rami Malek), la némesis de James Bond del filme.
“Lo que quiero hacer es menos papeles, pero más importantes, en películas en inglés. Mi único criterio es que sean relevantes”, explicó en 2019 al medio Scandinavian Traveler.
Sin buscarlo, este 2022 vuelve a estar en la vitrina tras el fallecimiento del último mandamás de la Unión Soviética, al que inmortalizó en la pantalla.
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