Taylor Swift en un viaje a través de terrores y dulces sueños
Sus últimos años han sido tan aplaudidos como agitados: a los excelentes discos que editó durante el período de pandemia, se sumó la polémica con su ex sello discográfico, lo que la obligó a regrabar algunos de sus títulos más emblemáticos. Con todo ese equipaje, ahora vuelve a la carga con una nueva etapa y otro álbum que define precisamente así: como una travesía entre el terror y los dulces sueños.
Hay novedades en el siempre expansivo mundo de Taylor Swift. La galardonada artista de 32 años anunció, durante un discurso de agradecimiento en los recientes MTV Video Music Awards 2022, que el 21 de octubre lanzará su nuevo disco, bautizado como Midnights. Se trata de su décimo álbum de estudio.
Si bien en el último año la cantante ha cautivado a sus fanáticos al volver a grabar sus canciones más antiguas, creando nuevas versiones de ellas, el eventual arribo de nuevas composiciones estaba en duda.
La razón es tan simple como abrumadora: los últimos años de la vida de la intérprete han estado lejos de poder calificarse como tranquilos.
En 2019, Swift se vio afectada cuando el sello discográfico Big Machine, con el que firmó contrato a los 15 años y donde grabó sus primeros seis álbumes de estudio, fue comprado por el gerente musical Scooter Braun, conocido por ser también el representante de Justin Bieber, Demi Lovato, Ariana Grande, entre otros. Este traspaso del sello a Braun significaba una situación compleja: también sería el dueño de los seis primeros discos de Swift.
La compositora -que se enteró de esta información al mismo tiempo que el público general- no tardó en mostrar su malestar al respecto a través de su cuenta de Tumblr. En dicha red social, Swift acusó que ella trató de comprar los derechos de sus discos con anterioridad y mostró su rechazo hacia Braun, quien también ha tenido roces con otras celebridades como Kanye West.
La situación dio inicio a una serie de acusaciones cruzadas entre la propia artista -apoyada por diferentes rostros estadounidenses y por sus millones de fanáticos a nivel internacional- y el sello discográfico encabezado por Scooter Braun y su fundador, Scott Borchetta.
Desde limitaciones para tocar sus clásicos, hasta deudas monetarias, los dimes y diretes no paraban. Incluso el mismo sello liderado por Braun, volvió a vender los derechos de la música de la cantante a una empresa de capital privado, Shamrock Holdings, en 2020. Mientras, la artista seguía haciendo crecer su gama de composiciones con tres discos propios e incluso con un documental de Netflix sobre su vida, llamado Miss Americana, musicalizado por su propia voz.
Entre medio de la pugna por sus primeros álbumes y frente al impedimento de ser propietaria de sus propias canciones, la cantante mostró su intención de volver a grabar tales producciones. Todo ello lo oficializó en Instagram en febrero del 2021, causando conmoción a sus seguidores alrededor del mundo, siempre expectantes a los sucesos de su vida personal y artística.
Nuevas narrativas
“Agradecería enormemente dejar de formar parte de esta narrativa”, fue una famosa frase escrita por la cantante en 2016, cuando estaba involucrada en un conflicto con Kim Kardashian y Kanye West; una sentencia que volvió a utilizar luego en el video de Look what you make me do, un año después. Ahora, tal vez podemos decir que, ante los intransables dueños de sus viejos discos en Big Machine, otra vez la joven quiso dejar de formar parte de un nebuloso relato e iniciar otro de su propiedad al volver a apropiarse de sus antiguas composiciones.
Actualmente, Red (Taylor’s Version) y Fearless (Taylor’s Version) se lucen entre sus lanzamientos del último año, regrabados en los últimos años para zafar del conflicto discográfico. Bajo la lupa de la crítica, son títulos incluso mejores que las versiones originales con Big Machine.
La intérprete, que a sus 32 años cuenta con una amplia y agitada carrera -además de una vida personal intensa, que a modo de diario de vida siempre relata en sus producciones- hoy en día se ve tranquila, en una estable relación con el actor Joe Alwyn y agradecida de sus seguidores, a quien les dedicó un tierno mensaje al recibir -el pasado domingo 28 de agosto- el VMAs a Video del Año por All Too Well (versión extendida de la reedición del álbum Red, que cuenta con un cortometraje de 13 minutos).
“Chicos, estoy muy orgullosa de lo que hicimos, y sé de cada segundo de este momento en el que no hubiéramos podido hacer este cortometraje si no fuera por ustedes, los fanáticos. Porque no podría volver a grabar mi álbum si no fuera por ustedes. Me animaron a hacerlo”, dijo en el escenario antes de sorprender a la audiencia con el anuncio de su décimo álbum, sobre el cual entregaría más información a la medianoche.
Eran las 23.59 y la expectación a las redes sociales de la intérprete era global. Un minuto después explotaron con una foto de lo que podría ser la portada del nuevo álbum, con las canciones que lo conforman (seis en su lado A y otras siete en el lado B), su rostro observando una llama de fuego en un encendedor que sostiene en su mano, y el título del disco.
Una segunda imagen la acompañaba, con un poético texto que muestra la inspiración de la producción. “Esta es una colección de música escrita en medio de la noche, un viaje a través de terrores y dulces sueños. Los pisos que caminamos y los demonios que enfrentamos. Para todos los que dimos vueltas y vueltas y decidimos mantener las linternas encendidas e ir a buscar, con la esperanza de que tal vez, cuando el reloj dé las 12... nos encontremos”.
Así, tras seis álbumes antiguos con Big Machine, tres propios y dos regrabaciones, la celebridad publicará Midnights, el que se transformará en su primer disco de música nueva en casi dos años.
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