“Más que preocuparme por lo que pasa en el mundo, en este disco me vuelco hacia mi interior, hacia mi microcosmos, no al macrocosmos”, reflexiona Tom Chaplin (43), vocalista de Keane, sobre Midpoint -su flamante tercer álbum solista, editado este 2 de septiembre-, en conversación con Culto vía Zoom.

Cruzando la barrera de las cuatro décadas de existencia, el inglés -líder de una banda que renovó el talante melódico de agrupaciones como Coldplay- ha grabado un trabajo lleno de amplitud: no solo ha tomado distancia para observar su vida -incluido los excesos- sino que la instrumentación espejea narrativamente el espíritu de dar espacio para germinar; y los títulos referencian literalmente el Espacio (Blackhole, Gravitational, Stars Align).

Blackhole trata de la mortalidad y el misterio de estar vivo. Nunca he tenido particularmente miedo a morir, pero sé que para cierta gente puede ser casi paralizante. Hay un agujero negro al centro de la Vía Láctea y eventualmente nos va a succionar a todos”, ríe.

“Nos dirigimos hacia allá y seremos reducidos a nada. Yo pasé por un período en mi vida donde me preocupé por todo eso, por quién soy, por qué va a ocurrir cuando muera y todo eso, y todo era demasiado. Afortunadamente lo superé y puedo casi reírme de lo absurdo de todo, de que seamos conscientes de todo esto y de que es más que seguro que volveremos a ser nada nuevamente. Es mejor que tomarlo muy en serio. Y supongo que a eso es donde intenta llegar esa canción”, explica. Ciertamente, la risa de sus hijos como un elemento más en la mezcla del tema opera guiando al oyente a una lectura de lo que nos rodea bajo el asombro de un infante.

En Gravitational, segundo single del álbum, Chaplin utiliza la gravedad como metáfora a la hora de tener un punto de referencia. “Es la importancia de tener un centro en tu propio universo, un lugar al cual llamar hogar y que te llama a volver, no importa qué tan distante estés o te sientas. Me di cuenta de que, más que las posesiones, las ambiciones o las metas y todo eso, es importante vivir en relación a otra gente y tener un lugar en el cual depositar tu fe y tu confianza”. Ese lugar al que llama propio, es al que el cantautor regresa también en el tema que da nombre al registro: Midpoint. “Comienza en un lugar oscuro, lleno de miedos. Sentir que he perdido algo de mi energía y pasión juvenil, y ver que estoy a mitad de camino al final, o más, y el llegar a este punto en mi vida me ha dejado preguntas que supongo no estaba esperando”.

Haber logrado rehabilitarse de una adicción a las drogas que puso su vida en riesgo en 2015 ha hecho a la voz de hits como Somewhere only we know y Everybody’s changing , al frente de Keane, contemplar las cosas en perspectiva: “Hay pequeñas tormentas en la vida. Está la tentación de destruirlo todo y comenzar de nuevo, y mucha gente hace eso. Pero creo que, si puedes superar eso, al otro lado encontrarás una sensación de liberación y de ser capaz de vivir en armonía, en oposición a estar siempre en pugna”.

Un lugar conocido

“Cuando eres joven, estás motivado por aspiraciones, sueños y deseos que son egoístas. Todo se siente como andar echando carreras en un túnel hasta que de pronto llegas a un lugar en que pisas los frenos, ves tu vida y te das cuenta de que tienes un hogar, una esposa, dos hijos, una carrera, la música. Una de mis frases favoritas del disco es cuando digo ‘ya es la hora de volver a casa y encontrarme con aquellos que están conmigo’. La forma en que viví la primera mitad de mi vida, todo eso de querer éxito, ser idolatrado, ir de gira y las cosas materiales, todo eso es seductor pero al final del día es algo que es superficial. Lo importante es cuidar y alimentar lo que he construido, lo que es sólido”.

Sónicamente, el productor Ethan Johns -hijo del legendario Glynn Johns, el hombre tras las perillas de Led Zeppelin y Television- ayudó a Tom a poner en pausa también su ansiedad ante el vacío.

“Él es muy old school y no le gusta la forma en que la música se hace ahora. Graba todo en cinta, junta a los músicos y registra todo en vivo. Así tienes la sensación de la dinámica, del momento. Nada de superponer pistas en una grilla y comprimir todo para que suene fuerte y pulido. Mientras más haces eso, más le quitas el alma a la música”.

Cuando Ethan escuchó los demos del músico, supo que tenía una gran tarea por delante. “Él estaba horrorizado”, ríe Tom. “Me decía que no podía escuchar las canciones porque yo había puesto muchas cosas sonando a la vez. Al hacer el disco yo estaba ansioso y le decía que las canciones estaban vacías, que había partes muy fuertes y otras muy calladas. Pero eso es lo que le da corazón y alma. Mi voz y mis composiciones deben bastar y si hay algo más sonando ahí, debe tener una razón para estar”.

Tom reconoce haber puesto su fe en el productor al tomar la decisión de dejarle llevar las riendas. “Los músicos somos inseguros. Ethan me decía que yo tenía que permitir que hubiese espacio para que la canción se escuchase y estoy feliz de haberlo hecho. Es un riesgo hacer algo así, que no está diseñado para terminar en una playlist de Spotify o la radio, sino que tiene integridad. Además, yo sabía que este era un tópico que no era transversal. Podría haber hecho algo masivo pero, honestamente, eso ahora no me interesa. Quería hacer un reflejo sincero de dónde me encuentro en la vida. Es una fase por la cual todos van a pasar o han pasado, y no hay muchos discos sobre esto. No va a ser un álbum para la mitad del mundo, porque no están acá aún”.

-Pero en algún momento los jóvenes cruzaran este punto y el disco les estará esperando.

- Esperemos que sea así. Es una manera muy amable de decirlo, me gusta eso. (Risas).

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