Tras completar roles puntuales en series como Veronica Mars, Desperate housewives y Gossip Girl, a los 24 años su despegue lo marcó su participación en un hito del cine de los 2010: Red social, la película de David Fincher sobre los orígenes de Facebook y las luces y sombras de Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg).

Interpretar a los hermanos Cameron y Tyler Winklevoss le permitió a Armie Hammer entrar en el radar de los grandes proyectos de Hollywood, saltando a trabajar bajo las órdenes de Clint Eastwood (J. Edgar, 2011) y compartir pantalla con Julia Roberts (Espejito, espejito, 2012). Parecía tener material para cimentar una exitosa carrera en la industria, incluso si estaba lejos de arrasar en taquilla (El Llanero Solitario, 2013).

La realidad depararía algo diferente. Si bien nunca se terminó de consolidar como la estrella que prometían sus inicios, el giro que experimentó su trayectoria a inicios de 2021 no lo podría haber advertido nadie: en enero de ese año abandonó consecutivamente la comedia Shotgun wedding, que protagonizaría junto a Jennifer Lopez, y la serie The offer, donde asumiría el rol de Albert S. Ruddy, el productor de El padrino (1972).

Al anunciar su salida del primer proyecto aludió a los “perversos y falsos ataques en línea en mi contra”, como supuesto motivo para optar por quedarse en compañía de sus dos hijos pequeños en vez de filmar la película.

Con ello apuntaba a las filtraciones realizadas en una cuenta anónima de Instagram durante las semanas previas. En estos se leían conversaciones del actor con otras mujeres, donde sugería mensajes ligados a canibalismo, violación y otros tipos de violencia. Posteriormente, una mujer que afirmaba haber mantenido una relación con él detalló haber sufrido situaciones similares en conversación con Page Six, de The New York Post. La bola de nieve creció hasta un punto en que se volvió insostenible su permanencia en las producciones en las que estaba implicado.

House of Hammer: Secretos de familia reconstruye esa sórdida historia. Estrenada el viernes pasado en la plataforma HBO Max (en Discovery+ en EE.UU.), la serie documental aborda en tres episodios las acusaciones de agresiones sexuales, abuso emocional y control coercitivo en contra del protagonista de Llámame por tu nombre (2017).

Su principal testimonio es el de Courtney Vucekovich, una empresaria de belleza de Dallas que empezó a hablar con el intérprete en 2019 y fue su pareja durante el año siguiente. Es a través de sus palabras que la producción indaga más allá de la pregunta que ha proliferado en internet durante el último par de años: ¿Armie Hammer es caníbal?”.

“Había perdido todo mi sentido de identidad”, dice Vucekovich a cámara. “Me entregué a él al 100%... Me usó de todas las formas humanamente posibles durante meses, y yo lo dejé”, señala, luego de relatar episodios de conductas sadomasoquismo sin consentimiento y coerción.

El documental recurre a otras mujeres –mediante entrevistas o archivo– para ilustrar que existiría un patrón en el comportamiento del actor: las contactaba a través de redes sociales, les realizaba la misma invitación, y al poco tiempo de conocerlas buscaba someterlas y mantener control total sobre sus vidas. Varias dicen haber advertido que estaban bajo peligro, pero no cortaron el vínculo de inmediato (un punto explicado por voces expertas en abuso).

Casey Hammer. Foto: Talos Films/Discovery

Por el momento no se han presentado cargos en contra de Hammer, pero el caso sigue abierto. “Un fiscal especialmente asignado está trabajando con las fuerzas del orden mientras continúan con su investigación”, señaló a CNN un portavoz de la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Los Angeles.

El foco de la docuserie se amplía con la inclusión de Casey Hammer, tía de Armie, quien ahonda en la historia de un clan millonario. Armand Hammer, el bisabuelo del intérprete, cimentó la fortuna de la familia a través de la petrolera Occidental Petroleum y estuvo implicado en múltiples controversias, tanto en el ámbito público (Watergate) como privado. Con él se habría iniciado una estirpe unida generación a generación por sus presuntos malos tratos hacia las mujeres.

Casey había detallado aquello en Surviving my birthright (2015), libro que fue revivido por una usuaria de internet que creó una cuenta de TikTok para diseccionar las aristas de los Hammer mientras se disparaba el escándalo en torno a la estrella de El Agente de C.I.P.O.L. (2015). Probablemente esa publicación –así como otros artículos en portales– expliquen con mayor acuciosidad y matices esa historia, pero para el grueso del público puede ser ilustrador.

En ese sentido, la inclusión de la tía del actor es menos una fuente de revelaciones que el recurso que cohesiona la mirada del documental: Armie Hammer sería el último integrante de un clan de hombres que se han salido con la suya durante décadas y las mujeres que ahora lo denuncian no son las primeras que han sufrido a manos de los varones de su linaje.

Se debe elogiar a los directores, Elli Hakami y Julian P. Hobbs, por manejar este material profundamente alarmante de una manera periodísticamente sólida y sensible, mientras entrelazan imágenes de archivo de la familia Hammer”, opinó Chicago Sun-Times.

En cambio, a IndieWire le pareció que su público es “la persona que no sabe mucho sobre cultura pop, no pasa tiempo en las redes sociales y ve mucho Discovery+. Es una búsqueda en Google para personas que no quieren leer un artículo extenso. Eso está bien. Pero venderlo como la historia multigeneracional de una familia con todos los horrores del Marqués de Sade es un poco exagerado”.

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