Los ojos del planeta estaban puestos para saber en qué grupo jugaría la selección Argentina, vigente campeona del mundo, y que contaba con el rutilante Diego Armando Maradona. Aunque la noticia que comentaría la gente en el almuerzo, en la once, en la feria y en las calles, era otro gordito, que a diferencia del “Pelusa” quería ser arquero, pero cambió los guantes por el canto lírico.

Fue durante el sorteo de la Copa Mundial de Fútbol Italia 1990 que el orbe conoció a Luciano Pavarotti. En la ocasión, el oriundo de Módena cantó el aria Nessum Dorma. Acompañado por una orquesta, dejó sencillamente boquiabiertos a los formales dirigentes de la señora FIFA y seguro hasta el compuesto Joao Havelange -el brasileño presidente de la organización- se emocionó.

Portando solo un micrófono en su mano derecha, de impecable frac negro, y como si se presentara en La Scala de Milán, Pavarotti hizo gala de su potente y gruesa voz de tenor. Llegaba a las frases altas sin problemas y con mucha fuerza, por lo que hizo resonar las paredes del Palazzo dello sport de Roma, como parte de una ceremonia en la que Italia tiró la casa por la ventana (de hecho, la conducción de la jornada corrió por cuenta de la actriz Sophia Loren). La presentación fue emocionante y se robó todos los comentarios del sorteo del mundial (que al final ganaría Alemania Federal).

Al finalizar, y como señal de triunfo, Pavarotti levantó la mano derecha. Su sonrisa delataba que se había echado el mundo al bolsillo a través de las pantallas de la TV a color.

Hasta entonces, Pavarotti era un tenor respetado por el mundo artístico y que tenía un nombre. Pero a partir de ese momento, y en breves 2:41 minutos, se convirtió en un ícono pop. Nessum Dorma se transformó casi en un sinónimo de Pavarotti, tal como La donna è mobile.

Compuesta por el también italiano Giacomo Puccini, Nessum Dorma (en italiano, “Que nadie duerma”) forma parte de una ópera llamada Turandot. Curiosamente, Puccini no alcanzó a completarla debido a su muerte, en 1924, por un cáncer de garganta. Fue Franco Alfano quien finalmente la terminó y la estrenó en 1926.

Tras la interpretación de Pavarotti en el sorteo del Mundial, Nessum Dorma alcanzó el puesto número 2 en la lista de sencillos del Reino Unido, siendo la posición más alta jamás alcanzada por una canción de música docta.

Luciano Pavarotti

Al momento de cantarla en el sorteo del mundial, Pavarotti ya conocía la pieza al detalle, pues la había grabado en 1972, en una versión completa de la ópera junto a Joan Sutherland y Montserrat Caballé. Fue un éxito rotundo y la comenzó a incorporar en sus recitales como el bis. Era su “hit”.

La popularidad de Pavarotti subió como la espuma y de hecho, lo trajo por primera vez a Chile. Fue el 8 de diciembre de 1991 cuando actuó en el Estadio San Carlos de Apoquindo. En la ocasión, cerró el show justamente con Nessum Dorma. En medio del show comentó: Me voy enamorado de vuestro país...Es un pueblo maravilloso, con gente bellísima y una gran cultura”.

Pero los caminos de Pavarotti con la pieza y el deporte se volverían a cruzar. Fue en la ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín, el 10 de febrero de 2006. En la ocasión, y ataviado con una gruesa capa negra que le daba un aire algo draculiano, interpretó la pieza, volviendo a emocionar a los presentes, como si en su voz no hubieran pasado los años. Al terminar, cerró los ojos y puso los brazos en cruz, como para abarcar todo el cariño del público con su gruesa humanidad. Fue su última presentación en vivo y se llevó una ovación estruendosa.

De hecho, en 2004 había comenzado la Gira del adiós, pero la había suspendido a inicios de 2006 debido a una operación en la espalda, la que lo obligó a cancelar todas las fechas restantes, incluyendo una en Chile, programada para marzo de ese año en el Estadio Nacional.

Cuando se aprestaba a volver, le fue detectado un cáncer de páncreas el que finalmente le causó la muerte, el 6 de septiembre de 2007. La fecha en el coliseo de Ñuñoa nunca se realizó, y en el recuerdo quedaron sus shows de 1991 y 1995, esta última cuando cantó en Concepción. Hasta hoy, en la ciudad del Biobío rememoran ese momento, cuando su voz potente se oyó como nunca en el Estadio Regional.

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