Cuando Brendan Fraser volvió a sonreír (o por qué su renacer es anterior a The Whale)
Tras completar cerca de una década lejos de las luces, las series Doom Patrol y Trust y la película Ni un Paso en Falso, de Steven Soderbergh, estuvieron entre los títulos que ayudaron a revitalizar la carrera del actor de 53 años. Su interpretación como un hombre de casi 300 kilos en la película de Darren Aronofsky podría catapultarlo a los Oscar, aunque ya tiene confirmado su siguiente proyecto estelar: la nueva cinta de Martin Scorsese.
Los elogios se han multiplicado. “El filme a veces es increíblemente conmovedor gracias a la actuación refinada y triste de Fraser”, señaló la crítica de la revista Time, a propósito de “un drama sobre cómo el duelo puede descarrilar nuestras vidas”.
El periódico The Telegraph, en tanto, señaló que “el casting de Fraser resulta tan conmovedor en parte porque podemos reconocer a esta amada figura debajo de la grasa, pero también porque la propia actuación de Fraser no provoca lástima. Su Charlie es complejo, defectuoso, divertido y, por lo demás, total y radiantemente humano: un personaje completo en más de un sentido”.
Desde el domingo pasado, Brendan Fraser se ha convertido en foco de esos y otros comentarios que celebran su desempeño en The whale, la película del director Darren Aronofsky sobre un hombre de más de 270 kilos recluido en su departamento y en serio peligro de morir.
Lo que rodeó a su estreno en el Festival de Venecia contó con igual o mayor emoción que la historia que aborda el filme en cuestión: el intérprete se mostró sobrecogido en la conferencia de prensa y al final de la función se quebró ante los asistentes que le dedicaron más de seis minutos de aplausos. Una postal que ha dado la vuelta al mundo.
Hollywood ama las grandes transformaciones físicas -además de subir de peso, durante el rodaje usó un traje que le otorga el aspecto de su personaje- y más si quien la realiza es una estrella con un exitoso pasado que está de regreso en la industria. Por ello ya se especula con que Fraser pueda alzarse como uno de los favoritos a la próxima edición de los Oscar, agendada para marzo de 2023.
Pero no hay que confundirse: puede que The whale sea su primer protagónico en años y su sobresaliente trabajo en escena le termine entregando la mayor gloria del cine, pero el retorno del actor de La momia se viene gestando hace al menos un lustro.
Allá por el año 2016, Fraser se incorporó a la tercera temporada de The affair para encarnar a un siniestro guardia de prisión que se relaciona con el personaje de Dominic West. “Una primera experiencia positiva”, expresó al hablar sobre su rol en la serie, un formato poco habitual para un hombre habituado a las reglas de la pantalla grande.
Esa actuación convenció a Danny Boyle para ficharlo en Trust, la producción televisiva sobre el secuestro del nieto del multimillonario J. Paul Getty (Donald Sutherland). Se puso en la piel de Fletcher Chace, el emisario enviado a Roma para negociar con los captores, mismo papel que casi en paralelo interpretaría Mark Wahlberg en Todo el dinero del mundo (2017), de Ridley Scott.
“La versión de Fraser del personaje electrifica el oscuro drama de época y aparentemente marca el comienzo de un prometedor nuevo capítulo en su carrera”, indicó Vanity Fair.
Ese mismo año fue fichado como uno de los protagonistas de Doom Patrol. Elogiada como una de las mejores series basadas en historietas de DC Comics, la ficción lo presentó como Cliff Steele, un piloto de carreras que, tras sufrir un accidente de devastadoras consecuencias, habita un cuerpo robótico y es conocido como Robotman.
Ese grupo de producciones televisivas contribuyeron a reanimar la trayectoria profesional del actor, una estrella en los 90 y 2000 que de pronto pareció esfumarse del mapa. De ello habló en profundidad en 2018.
“El teléfono deja de sonar en tu carrera y empiezas a preguntarte por qué. Hay muchas razones, pero ¿esta fue una de ellas? Yo pienso que lo fue”, explicó, apuntando a una situación específica ocurrida en 2003.
Según el relato de Fraser, en el contexto de un almuerzo organizado por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA), la entidad a cargo de los Globos de Oro, habría sido agredido sexualmente por parte de Philip Berk, expresidente de la institución. “Me culpaba a mí mismo y me sentía miserable”, indicó sobre los días posteriores al hecho (negado por su presunto autor).
Antes sufrió otra clase de tormentos: en 2007 se separó de su esposa, Afton Smith, tras nueve años matrimonio y ser padres de tres hijos; luego, en 2016, falleció su madre, quedando en un estado anímico que se aprecia en una triste entrevista en video que concedió para la promoción de The affair. En un principio su comportamiento se interpretó como errático, pero en verdad se encontraba destrozado por el duelo.
De manera silente, Fraser también lidió con una serie de problemas físicos causados por su despliegue en las películas más exigentes que realizó en su época de mayor exposición, y que lo obligaron a pasar por el quirófano en varias ocasiones.
Pero, en vez de aceptar que su carrera estaría condenada a la intrascendencia, persistió y se refugió en papeles secundarios. Como aquel que interpreta en Ni un paso en falso (2021), la cinta de Steven Soderbergh sobre la enrevesada trama que se forma alrededor de una dupla de delincuentes (Benicio del Toro, Don Cheadle) en Detroit en los años 50.
Aún faltaba un gran protagónico que lo devolviera a las primeras planas, ya no como un galán, sino que como algo distinto: un actor dispuesto a sumergirse en aguas desconocidas para salir a la superficie convertido en algo completamente nuevo.
Al momento de elegir al personaje principal de The whale el director Darren Aronofsky pensó en las figuras masculinas más celebres del orbe. Pero sólo se convenció de que tenía al hombre indicado cuando llegó a Fraser.
“Él (Aronofsky) dijo que quería a un actor al que volver a presentar”, precisó el intérprete a Vanity Fair. “Y yo quería que me volvieran a presentar”, añadió al referirse a un papel con el que deseaba volverse “irreconocible”.
Basada en la obra de teatro homónima de Samuel D. Hunter, la película gira en torno a Charlie, un profesor de literatura que acaba de perder a su pareja y que intenta recomponer el vínculo con su hija de 17 años (Sadie Sink).
Las filmaciones exigieron que a diario usara un traje prostético y que estuviera entre cinco a seis horas sentado mientras el equipo trabajaba en su aspecto (luego bajaron a entre tres y dos). Debido a que calzarse esa pieza le añadía entre 22 y 136 kilos según la escena a rodar, se vio forzado a aprender a moverse de nuevo.
“Desarrollé músculos que no sabía que tenía. Incluso sentía una sensación de vértigo al final del día cuando me quitaban todo el equipo”, detalló en la conferencia de prensa en el Festival de Venecia.
Este promete ser sólo el inicio. Durante los meses que vienen es probable que encabece la campaña de premios que podría conducirlo hasta los Oscar, una más que probable meta luego del reconocimiento inicial que ha alcanzado con su actuación.
Y posteriormente vendrá el estreno de Killers of the flower moon, su primera película bajo la dirección de Martin Scorsese y donde comparte cartel con Leonardo DiCaprio, Robert De Niro, Jesse Plemons y Lily Gladstone. Por ahora, en Italia, disfruta del simple hecho de ver en pantalla un rol para el que, asegura, “di todo lo que tengo”.
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