El Festival de Viña 2020 -organizado sólo meses después del estallido social del año anterior- se acercó por momentos al precipicio. Mientras en la previa una turba asoló el hotel O’Higgins quemando autos y rompiendo parte de sus accesos, ya en pleno desarrollo otro grupo de personas apedreó vehículos que trasladaban artistas -entre ellos, Ricky Martin- y saqueó algunos lugares aledaños a la Quinta Vergara.
“Ese año fue el más desafiante desde el punto de vista de la carrera de muchas personas que estuvimos involucradas ahí. Tuvimos que tomar decisiones que iban de la mano con lo que estaba pasando en ese momento en el país”, rememora Daniel Merino (31), productor general del evento veraniego.
Pero la versión 2020 no sólo fue una cita que marchó al filo del peligro. Fue también el último Festival de Viña de nuestras vidas. Después, el silencio: por primera vez en su historia, el paréntesis pandémico obligó a suspender el certamen por dos años seguidos, dejando a 2021 y 2022 sin el más clásicos de los rituales estivales.
Por eso, su próxima entrega -ya confirmada entre el domingo 19 y el viernes 24 de febrero- asoma como una de las más relevantes en décadas, transitando entre dos ejes bien marcados: las expectativas acerca de cómo será su regreso luego de la pausa obligada; y cómo enfrentará una situación económica muy áspera, sobre todo al minuto de armar la parrilla de artistas, en un contexto que va desde la alta inflación hasta las oscilaciones del dólar.
Según Merino, ya se definió que la mayor parte de los esfuerzos financieros estarán destinados al fichaje de sus respectivas figuras, intentado que la programación diaria no sufra ninguna merma y se mantenga a la altura de las ediciones recientes. En ese sentido, los ajustes económicos irán mayormente por el lado de la producción.
“La parrilla del Festival de Viña no se va a tocar en ningún caso en cuanto a la calidad artística, ni tampoco a la cantidad de artistas, ni nada de eso”, asegura el promotor.
Después sigue: “Todo ha sido como volver a organizar el Festival por primera vez. Nosotros ya llevamos seis meses trabajando, un equipo de 120 personas lleva seis meses en esto, y lamento mucho que se diga que el evento no está todavía produciéndose y que no se está haciendo nada, porque es doloroso para la gente que lleva muchos meses involucrada. Acá hay muchas horas de coordinación, mucho viaje para lograr cerrar artistas, para lograr buena tecnología. Hemos trabajado además en reconstruir equipos, porque hubo mucha gente, como proveedores, que en estos dos años se dedicaron a otra cosa. No estamos atrasados, yo diría que incluso estamos más adelantados que otros años, donde la escenografía la empezábamos a ver en noviembre. Hoy eso ya lo tenemos listo”.
-Es que al no tener artistas anunciados, como sí había pasado en otros años, da la sensación que el Festival está retrasado. ¿Qué pasa con ese tema?
Hay que entender que históricamente, en agosto o septiembre, no es que hayamos anunciado una parrilla completa, siempre a lo más son uno o dos artistas. Lo que estamos trabajando es que la alcaldesa, como corresponde y como ha sido siempre, puede anunciar artistas en muy corto plazo. Tenemos que buscar el momento adecuado. No me corresponde adelantar nombres, pero puedo decirte que hay ya varios artistas dentro del Festival y que están listos para ser anunciados en un corto plazo.
-Ya volveremos sobre ese tema. ¿Qué ha sido lo más difícil en este festival del retorno?
Lo más desafiante ha sido el tema económico. Es un festival que va a tener cambios en diferentes ámbitos, porque hay que entender que el Festival de Viña es el único del mundo donde las entradas cuestan lo que cuestan en Viña. La Quinta Vergara tiene una capacidad de doce mil personas donde más de la mitad corresponde a galería, la que cuesta alrededor de treinta mil pesos. Entonces, financieramente, el Festival lo hace la boletería más lo que aportan los auspiciadores. Será desafiante esta vez desde la administración financiera y es ahí donde estamos trabajando fuertemente, sobre todo en un año donde tenemos una inflación tremenda.
“Otro tema que ha sido muy complicado es el dólar. Hay que pensar que nosotros todo el dinero que recaudamos es en pesos chilenos, pero a los artistas se les paga en dólares. Y eso ha sido muy doloroso para financiar el Festival. Por lo demás, el problema grave que existe hoy en el mundo y en la industria del entretenimiento es el tema de la carga. No hay barcos disponibles. El avión esta carísimo. Mover una carga grande en un container antes te costaba diez mil dólares, hoy te cuesta 25 mil. Hoy no hay espacio en los barcos para mover cargas de artistas que nos mandan, por ejemplo, desde Estados Unidos, por lo que nos estamos apoyando en diversos planes logísticos para poder concretarlo”.
-El complejo contexto económico, ¿va a influir en el resultado final de la parrilla de artistas?
Los artistas y los proveedores han entendido en su mayoría la situación en la que está el país desde el punto de vista financiero, porque es algo mundial. El dólar por factores externos e internos está my volátil. Entonces, han negociado de tal forma que permite que el estándar del festival se siga manteniendo como ha sido en los últimos años, que es muy alto. Hemos llegado a una eficiencia financiera que nos permite seguir manteniendo la misma cantidad de artistas. Y el presupuesto es relativamente el mismo que otros años. Hay que entender también que para muchos artistas venir a Viña es un ritual. Quieren volver a estar.
“De cambios van a haber cambios, pero frente a la audiencia y frente a lo que Viña entrega como propuesta de entretenimiento al aire, las personas van a ver lo mismo. Cambios va a haber, por ejemplo, a que vamos a reducir equipos técnicos: antes iba todo el mundo a Viña, ahora puede que mucha gente se quede en Santiago. Son cuatro mil personas las que trabajan en el evento y eso es un enorme desafío logístico en cuanto a transporte, hotelería y comida. Por ahí va el cambio, vamos a tratar de compensar en ese punto”.
“La escenografía seguirá también siendo la misma, sólo que se retiraron los tensores que había antes sobre la Quinta Vergara, por lo que hay más espacio hacia arriba, lo que nos permitirá tener un dron para ver cómo vibra el lugar durante las noches de festival”.
-¿No se ha devaluado la marca por estos dos años de ausencia?
Para nada. Todo lo contrario. Antes uno tenía que ir a buscar artistas para completar la parrilla. Hoy hay muchos que te están diciendo ‘yo quiero ir a Viña, me encantaría participar’, lo que antes se daba en menor cantidad. Hay que pensar que por año van doce o trece artistas más menos al Festival; o sea, hay dos años acumulados. Tenemos 25 o 28 artistas que están esperando esos cupos que quedaron en nada. Pero hay que dosificar.
“Han llamado tres artistas anglo, han enviado un mail donde dicen que ellos quieren estar en Viña y ser parte del Festival. Pero hay un solo día anglo, así que tenemos que distribuir bien. Esperemos que ese interés se mantenga con los años”.
“Nosotros para poder diseñar una parrilla de festival usamos muchas métricas, se hacen estudios, se habla con Spotify, se revisa Spotify, se ve cuánta gente escucha a algunos artistas diariamente en Chile, cuánta gente puede viajar de países vecinos. Hoy hay muchos artistas chilenos que están dentro del top 50 de Spotify y eso es tremendo. Yo sé que mucha gente puede criticar por el estilo de música o por lo que dicen las canciones, uno podría estar de acuerdo o no con las letras, pero sí hay algo que reconocer, es que ellos se abrieron camino en una industria donde antes había solamente espacio para quien estaba en Miami”.
-Ahí está hablando de los artistas chilenos del trap y la música urbana. ¿Viña 2023 va a tener de esos nombres?
Por supuesto que sí.
-¿Una noche completa dedicada al trap chileno?
Es difícil una noche completa, porque hay que abarcar todo tipo de público. Pero sí algún artista deberá estar en Viña este año representando a ese movimiento tan fuerte que se ha desarrollado estos meses.
-¿Cómo ha sido la relación la nueva alcaldesa de la ciudad, Macarena Ripamonti?
Estoy muy agradecido de cómo ella nos ha recibido. Hay que recordar que es una alcaldesa joven, muy conectada con lo que pasa hoy en el mundo de la música, y obviamente ella opina. ‘Mira, yo creo que la gente quiere ver esto y quiere escuchar esto’. Más que los gustos personales, ella ha puesto sobre la mesa sugerencias que han ido de la mano con lo que la gente le ha transmitido. Es una alcaldesa que está muy conectada con sus mismos vecinos de la comuna. Mucha gente le escribe por Twitter y le da sugerencias y ella las ha hecho llegar. Y por supuesto, han sido consideradas dentro del plan artístico.
-En 2020 se suspendió la Gala por la situación que estaba viviendo el país. ¿Habrá Gala en 2023?
Se suspendió la Gala esa vez porque el Festival fue caminando con todo lo que le estaba sucediendo al país. La Gala la hace un equipo aparte. Pero sí yo sé y estoy al tanto de que el equipo de los canales está trabajando fuertemente para poder hacer una propuesta que permita que el Festival se desarrolle como antes. (Con respecto a la Gala), se está trabajando en algo nuevo, para que tenga un lugar. Es una nueva propuesta que va de la mano con lo que está pasando en el país.
-Existieron versiones que hablaban de que Daddy Yankee podría volver a Viña. ¿Puede pasar?
Como dije antes, el artista que sea tendencia en el mundo, tiene que estar en Viña. Eso siempre ha sido así y es lo que lo que creo. Pero los nombres como tal lo tiene que dar la alcaldesa Ripamonti ojalá en las próximas semanas.
-Sería igual un gran momento que Daddy Yankee se despidiera en la Quinta Vergara.
Yo creo que todos como fans de la música, y yo personalmente, como fan de lo que Daddy Yankee hizo por la industria, me gustaría mucho que estuviera. Pero lamentablemente los gustos personales no corren en esta carrera. Aquí corre lo que está de moda, la trayectoria del artista, la logística que hay disponible en ese momento. Pero no porque esté o no esté un artista va a ser una mejor o peor parrilla. Te puedo garantizar que la próxima parrilla de Viña tendrá artistas con la trayectoria suficiente como para estar ahí.
-En la industria también se maneja la opción de que Christina Aguilera pueda ser una de las cartas anglo. ¿Es así?
El tema de los anglo yo sé que siempre ha sido como algo muy apetecido, pero en general las parrillas se construyen de a poco y paso a paso. Hay muchas conversaciones con muchos artistas. Yo no te podría decir que estamos conversando con uno o con otro, porque como digo, siempre tratamos de cuidar el Festival de tal forma de que la alcaldesa tenga la oportunidad de anunciar como corresponde. No me corresponde tampoco decir con quién estamos negociando, porque daría indicios de quién va a venir al Festival. El nombre, el que tú me acabas de decir, es un nombre que no solamente ha estado en la mesa el año pasado, sino que también el anterior, y el anterior, y el anterior. Ha estado muchas veces sobre la mesa y muchos nombres de anglo están sobre la mesa. Entonces son muchas las posibilidades que hay.