Una guardia de seguridad de 71 años abrigada con parka, guantes y pasamontañas para combatir la fría noche del viernes en el estadio Bicentenario de La Florida, observa con asombro a una chica con la ropa interior al descubierto, invitada VIP en el debut de Dua Lipa en Chile. “La juventud”, murmura sonriente, mientras la joven besa y abraza amistades ataviadas como si el destino de la cita fuera una pasarela. No son solo ellos, sino que todo el ambiente parece una celebración de fin de año con glamour, donde solo falta el champán. Las mujeres lucen maquillajes brillantes de toque sideral, las niñitas llevan coronas de luces, y la comunidad LGBT se hace sentir.
El ruidoso set de Vickiiicious calienta las voces y los bailes del público en el estadio, hasta la irrupción puntual de Dua Lipa con traje verde ajustado, banda, coristas, cuerpo de baile, el pack completo. El sonido resulta impecable y el escenario se convierte en fiesta, fantasía y karaoke por 90 minutos. Con 27 años, la estrella pop británica se desenvuelve en vivo mediante una combinación de características que redundan en carisma, simpatía, y un increíble listado de hits con apenas dos álbumes.
La cantante de origen albano es guapísima y sexy, pero no necesita presionar en demasía la tecla erótica, porque la belleza simplemente se impone. No es una gran bailarina y denota el esfuerzo en las coreografías. Tampoco posee un rango particularmente generoso, ni recurre a cabriolas vocales. A pesar de su origen profesional en el modelaje, sin mucho espacio para la espontaneidad, Dua Lipa logra que todo luzca natural y fluido. La intención de su espectáculo no es avasallar en el escenario, sino irradiar el espíritu de una fiesta de primera clase entre amigos.
El número es detallado y subdividido en tres actos, incluyendo constantes cambios de vestuario y números de baile. Con certeza Dua Lipa pronuncia los mismos discursos de agradecimiento en cada ciudad, pero sonríe sinceramente. A la vez, resalta que disfruta sin complejos su condición, como una de las máximas estrellas mundiales del momento.
Future nostalgia (2020), el excelente segundo álbum que funcionó como banda sonora global durante la pandemia, acapara prácticamente el set. No es habitual que un artista logre que todas las canciones de un disco parezcan singles, pero acá sucede una excepción. Physical fue la primera seguida de New rules, una de las dos detenciones en el disco debut de 2017 que sólo lleva su nombre. Aquel corte de memorable video, su primera credencial, continúa fresco e imbatible como plena definición de un estilo elegante y bailable hasta la médula.
Luego siguieron sólo selecciones de Future nostalgia como Love again, Cool, Pretty please y Break my heart. El cierre del primer episodio fue con Be the one, del disco debut, con todo el estadio encendiendo los celulares y las voces unidas en el estribillo.
En el nuevo acto surgió un bailarín en patines llevando una bandeja, mientras la pantalla proyectaba las aventuras acuáticas de Dua Lipa en cómic. Nuevo vestuario para arrancar con We’re good seguida de Good in bed (“pero cariño, eso es lo que nos hace ser buenos en la cama”), ilustrada inocentemente con la imagen de un par de cerezas. Dua Lipa se tendió boca abajo agitando las pantorrillas como una adolescente recostada en la cama, provocando los chillidos del público.
El cierre del segundo acto llegó con Boys will be boys, la última de Future nostalgia, con el cuerpo de baile en plan carnavalesco, y Dua Lipa enfundada en un vestido brillante.
Regresó con One kiss, el mega éxito junto a Calvin Harris, hasta llegar a Cold heart, el súper hit colaborativo con Elton John, pasando antes por Electricity con sus resabios dance noventeros, y Hallucinate.
El bis tuvo una partida rockera con la canción Future Nostalgia acompañada de destellos láser, para rematar con Levitating acompañada de unos gigantescos balones arrojados a la cancha, y Don’t start now, con sus guiños a Gimme! Gimme! Gimme! de ABBA, y Material girl de Madonna.
La tradición del mejor pop de los últimos 45 años inspira a Dua Lipa más allá de repetir moldes. Le ha dado un glamoroso y chispeante giro a la música bailable combinando funk, disco, electrónica y melodía. Glorifica el pasado y renueva el presente, en pos de la fiesta para todos.