Fue con Ardiente paciencia que la figura de Pablo Neruda comenzó a ser llevada a la ficción. En 1983 fue el propio Antonio Skármeta quien hizo el guión de la primera película homónima, en esa ocasión fue el actor Roberto Parada quien interpretó al poeta. Dos años después llegaría a librerías la versión en novela, que es la que la mayoría del público lector conoce.
El título, claro, pertenece a un extracto del discurso que Neruda dio en la Academia Sueca al aceptar el Premio Nobel de Literatura, en 1971. “En conclusión, debo decir a los hombres de buena voluntad, a los trabajadores, a los poetas, que el entero porvenir fue expresado en esa frase de Rimbaud: solo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres”.
Ardiente paciencia fue llevada por segunda vez al cine en 1994, en una versión europea bajo el título Il postino. En la ocasión, Neruda fue personificado por el actor francés Philippe Noiret (Cinema Paradiso). Además, contó con los italianos Massimo Troisi y Maria Grazia Cucinotta. El primero, quien interpretó al cartero, falleció apenas 24 horas después de finalizar el rodaje víctima de una enfermedad cardiaca en su casa en Roma. El filme fue dirigido por Michael Radford, fue un acierto e incluso contó con cinco nominaciones al Premio Oscar.
Ante su éxito mundial, Il postino se transformó en una ópera, estrenada en Los Ángeles, California en 2010. Ahí, Neruda fue representado por el tenor español Plácido Domingo.
Avanzando en el tiempo, nos encontramos con otras representaciones de Neruda. En 2004, TVN estrenó la serie De Neftalí a Pablo, dirigida por Marcelo Ferrari, en la que el hombre de Crepusculario fue interpretado en tres momentos de su vida: de niño por Diego Gamboa; de adolescente por Danny Foix; de estudiante universitario por Juan Pablo Ogalde; y de adulto por Diego Ruiz.
Ardiente paciencia tendrá una nueva versión en largometraje. Dirigida por Rodrigo Sepúlveda (Tengo miedo torero) y guión de Guillermo Calderón (El club, Ema), y con Claudio Arredondo en el rol de Neruda. Completan el elenco Andrew Bargsted como Mario, y Vivianne Dietz, como Beatriz. Estará disponible en diciembre de este año vía Netflix.
Un fuga a la pantalla
Acaso una de las historias más fascinantes de la biografía de Neruda fue cuando el poeta, siendo senador, se convirtió en un duro crítico del gobierno de Gabriel González Videla, a quien había apoyado en su candidatura. El serenense, mediante la Ley de Defensa Permanente de la Democracia, declaró proscrito al Partido Comunista, al cual pertenecía Neruda. La iniciativa, promulgada en septiembre de 1948, no afectaba a los parlamentarios, quienes debían ser desaforados.
Por eso, a partir de un artículo llamado La crisis democrática de Chile es una advertencia dramática para nuestro continente, publicado en el periódico El Nacional, de Caracas, Neruda fue desaforado. Ello lo obligó a permanecer en la clandestinidad y posteriormente escapar hacia la Argentina a través de pasos cordilleranos, en 1949. De ahí, llegó a París. Al año siguiente publicó su célebre Canto general.
Ese momento en la vida de Neruda fue llevado al cine. Primero en 2014 con el filme Neruda, diario de un fugitivo, dirigido por el cineasta Manuel Basoalto. En la oportunidad, el vate fue interpretado por el fallecido actor José Secall.
La misma historia también fue recogida por la productora Fábula, que en 2016 la llevó a la pantalla grande bajo el título Neruda, y dirigida por Pablo Larraín. En esa ocasión, Neruda fue interpretado por Luis Gnecco, y en el reparto estuvo el actor mexicano Gael García Bernal, quien interpretó al detective Óscar Peluchonneau, quien lideró la persecución contra el poeta.