¿De qué manera encarnar a un monstruo? El actor Evan Peters partió revisando material audiovisual: en específico, una de las pocas entrevistas televisivas que concedió Jeffrey Dahmer en prisión.
A comienzos de 1994, el infame asesino en serie se citó con el periodista Stone Phillips para el programa Dateline NBC, abordando los detalles de su primer crimen y las circunstancias en que cometió un total de 17 asesinatos entre 1978 y 1991.
Cerca del final de la entrevista, el reportero le pregunta si cree que sus problemas familiares causaron su obsesión. “Siento que está mal que las personas que cometen delitos traten de echarle la culpa a otra persona, a sus padres o a su crianza o circunstancias de vida. Creo que eso es sólo una evasión. Yo asumo toda la responsabilidad”, replicó.
De ese modo, Peters pasó de conocer únicamente las imágenes de su arresto y juicio a empaparse de la historia de Dahmer, homicida pero además necrófilo y caníbal que conmocionó al mundo hace tres décadas.
“Honestamente, estaba muy asustado por todas las cosas que él hizo y en sumergirme en todo eso. Y tratar de comprometerme con eso iba a ser absolutamente una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer en mi vida, porque quería que fuera muy auténtico, pero para hacer eso, iba a tener que ir a lugares muy oscuros y permanecer allí durante un período prolongado de tiempo”, detalló en un video publicado por Netflix.
El intérprete aceptó la tarea que demandaba convertirse en el protagonista de Dahmer – Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer, la miniserie de diez capítulos que acaba de llegar a Netflix y que ha desatado indignación, fascinación y horror entre público y especialistas.
Al centro de la producción está el actor de 35 años, quien vuelve a colaborar con Ryan Murphy, después de sus participaciones en American Horror Story y Pose. Esta vez su preparación incluyó revisar biografías y leer tanto al reporte de la policía como su confesión. También escuchó una grabación en que el asesino dialoga con un psicólogo o un detective. “La forma en que él habla es muy sincera y normal”, apuntó.
Peters detalló una regla que habrían trazado junto a Murphy. “(La serie) nunca se contaría desde el punto de vista de Dahmer. Como audiencia, realmente no simpatizas con él. Realmente no te metes en su situación. Más bien, lo ves desde afuera. Se llama La historia de Jeffrey Dahmer, pero no es solo él y su trasfondo. Son las repercusiones, es la sociedad, es cómo la sociedad y nuestro sistema no pudieron detenerlo varias veces, debido al racismo, a la homofobia”.
Ese precisamente es uno de los puntos que ha generado más controversia hasta el momento. Si bien la ficción le da un rol importante a Glenda Cleveland (Niecy Nash), la vecina que alertó sin éxito a la policía de los malos olores en el departamento de Dahmer, y a varias de sus víctimas, el foco de la miniserie sigue siendo la oleada de crímenes de las que fue autor.
“Aunque la serie llora con respeto y critica la calamidad que lo rodea, también convierte a Dahmer en algo horriblemente inmortal: un ícono”, planteó Vanity Fair. Un problema que también estaría ligado a la elección del actor principal. “Es una actuación fascinante y, sin embargo, quizá nos atraiga demasiado Dahmer, o la versión de Peters de él. Peters es un tipo apuesto, y en muchas ocasiones a lo largo de la serie, la cámara parece asombrada por ese hecho”, agregó.
“El casting de Evan Peters, aquí con cabello rubio decolorado y anteojos de aviador, no está ayudando a sofocar el argumento de que Dahmer, al menos en parte, está romantizando al asesino en serie”, expresó IndieWire.
The Hollywood Reporter también se plegó a ese punto, señalando que “después de que Peters ganara un merecido Emmy por romper con las excentricidades y afectaciones del universo cinematográfico de Murphy en Mare of Easttown, vuelve a la actuación que esperas en Dahmer, aunque con un inconsistente acento del Medio Oeste”.