“Tendremos un concierto con el público más loco del mundo”, prometió hoy Emir Kusturica -haciendo gala de una frase de buena crianza pero coherente respecto de su relación fraterna con el público chileno-, tras recibir esta mañana el premio a la trayectoria, otorgado por el Festival Internacional de Cine de Lebu, en una ceremonia en el Cine Arte Alameda.

“Siempre que estoy en el escenario me imagino al público como si fuese el cine o una película”, agregó en su discurso, en el que señaló que era un “gran honor” recibir el premio, confeccionado en madera y con telas mapuches. “Crear festivales es una manera de salvar el cine, porque el cine mainstream no aborda los problemas actuales. Desgraciadamente hoy está todo separado: lo comercial y lo artístico”, concluyó el director, guionista y músico serbio.

La que no está necesariamente disgregada es la obra del propio Kusturica (Serajevo, 1954). Esto, porque su aplaudida carrera como director -gracias a filmes como La vida es un milagro, Underground y Gato negro, gato blanco- se fusiona de manera natural con su proyecto musical, la Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra, que se despide hoy de los escenarios con un concierto a tablero vuelto y de fiesta balcánica en el Teatro Caupolicán. Además del cine y la música, la política también cruza la vida de Kusturica, quien nació bosnio y musulmán, pero que luego se declaró serbio y cristiano ortodoxo.

El cineasta y músico ha polemizado en más de una ocasión por las contradicciones propias de su tránsito en los Balcanes: admirador de la antigua Yugoslavia y de Slobodan Milosevic, llegó a apoyar a nacionalistas serbios, se enemistó con el compositor serbobosnio Goran Bregović y no ha escondido su aprecio por Vladimir Putin, de quien en todo caso no quiso referirse en su última entrevista con La Tercera. Artista multifacético, las figuras políticas y populares han estado presentes en sus últimos trabajos: en 2008 lanzó el documental Maradona by Kusturica y en 2018 El Pepe, una vida suprema, sobre el expresidente uruguayo José Mujica.

Durante la ceremonia del premio a su trayectoria y requerido por Culto, Kusturica abordó precisamente su pasión e interés por América Latina, y adelantó que le gustaría realizar algún trabajo sobre la figura de Luiz Inácio Lula da Silva. “Hay muchas figuras interesantes en América Latina y también entre quienes son mezcla de la población nativa y de quienes vinieron en su momento de Europa. Hay, además, una amistad genuina entre la gente de Latinoamérica y quienes somos de los Balcanes. Sobre las figuras, pienso en Simón Bolívar y Lula, quien sería una figura muy interesante para realizar una película, porque encarna el sufrimiento y que pese a esta suerte de intervención extranjera él sigue luchando”.

Kusturica se dio tiempo también para abordar la contingencia regional, al recordar que “Lula ganó las elecciones del domingo en Brasil y disputará la segunda vuelta, y espero que gane”. También el director de cine serbio se refirió a Gabriel Boric, de quien dijo saber que era “de izquierda”. “He escuchado que es de izquierda, pero espero que con el tiempo él mismo se defina y que no se deje influenciar por las fuerzas de izquierda”, señaló.

En cuanto a si ha estado al tanto del estallido social en Chile y el proceso constituyente, respondió que “siempre he apoyado luchas sindicales y las luchas por los derechos. He visto los movimientos de Chile, los he seguido”. Y para concluir, Kusturica prometió que el concierto de esta noche será el “más explosivo” que haya dado en el país.