“Una basura artística”, “una oportunidad perdida”: por qué Blonde irrita y genera polémicas
La película protagonizada por Ana de Armas –disponible en Netflix– ha recibido cuestionamientos desde múltiples frentes: parte de la crítica la detestó, fue calificada como una contribución a la propaganda contra el aborto y el retrato que elabora de Marilyn Monroe genera reproches. “Blonde no deja espacio para la multidimensionalidad de la Marilyn de la vida real”, argumentó la revista Time.
La primera señal la entregó la resolución de la Motion Picture Association: en marzo pasado, el organismo determinó que Blonde (Rubia) recibiría la calificación NC-17, la más alta del sistema dedicado a clasificar los estrenos en cines de Estados Unidos en función de su contenido, y que quiere decir que “nadie de 17 años o menos es admitido” en las funciones.
Tanto su director como su estrella refutaron la decisión, pero no hubo marcha atrás y de ese modo se transformó en el primer largometraje de Netflix en obtener ese rótulo. ¿El motivo? La película sobre Marilyn Monroe tendría “algo de contenido sexual”.
Estrenada a inicios de septiembre en el Festival de Venecia y la semana pasada en el catálogo global de Netflix, la cinta dirigida por Andrew Dominik se ha revelado ante el mundo como un filme capaz de despertar todo tipo de controversias, varias de ellas excediendo el mero hecho de que se trate de una cinta para adultos.
Su material de origen es inflamable: la novela homónima que la escritora Joyce Carol Oates público en el año 2000 y que ficcionaliza la vida del ícono estadounidense. Una obra de más de 700 páginas que se detiene en los momentos más duros de la vida de Monroe, incluyendo la ausencia de su padre, episodios de abuso y las extrañas circunstancias alrededor de su muerte en 1962, a los 36 años.
Aunque afirmó que Blonde “es una obra de arte” y que Ana de Armas “realizó un trabajo magnífico”, la novelista reconoció que tuvo que pausarla a la mitad porque es “emocionalmente agotadora”. “Creo que la visión de Andrew es paralela a la mía, o idéntica a la mía. Pero también hizo una película que es única”, explicó en conversación con The New Yorker.
Las casi tres horas del largometraje (165 minutos, para ser exactos) pueden ser apabulladoras. En torno a eso hay bastante consenso. Pero las opiniones varían dependiendo de quién esté del otro lado de la pantalla. La crítica especializada se dividió entre quienes la detestaron y quienes vieron valor en la propuesta del cineasta de El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (2007).
“Con una pasión que es inquisitiva, casi meditativa y, a menudo, poderosa, Blonde se enfoca en el misterio en el que ahora pensamos cuando pensamos en Marilyn Monroe: ¿quién era ella, exactamente, como personalidad y como ser humano? ¿Por qué su vida se convirtió en una tragedia que parece, en retrospectiva, tan inevitable como inquietante?”, planteó Variety, añadiendo que “Blonde, con defectos y todo, revela cómo el mito de Marilyn Monroe se construyó sobre quién era ella por dentro”.
En cambio, The New York Times lamentó la supuesta falta de capas del retrato de su personaje principal, asegurando que “su Norma Jeane –y su glamorosa y enfadada creación, Marilyn Monroe– no es más que una víctima”.
“Dominik está tan metido en la vagina de Marilyn Monroe en Blonde que no puede ver el resto de ella. Es fácil descartar a la película como basura artística; sin duda es una oportunidad perdida. La vida de Monroe fue dura, pero había más en ella de lo que Dominik comprende”, sostuvo el mismo medio, en una alusión a que en dos oportunidades la cámara se sitúa en los genitales de la protagonista.
No es el único dardo que se ha ganado. Planned Parenthood, organización por el derecho al aborto, repudió a la cinta por incluir a “un feto parlante y realizado mediante efectos visuales, representado como un bebé completamente formado”. “Planned Parenthood respeta la libertad y las licencias artísticas. Sin embargo, las imágenes falsas solo sirven para reforzar la desinformación y perpetuar el estigma en torno a la atención de la salud sexual y reproductiva”, señalaron, afirmando que “es una pena que los creadores de Blonde eligieran contribuir a la propaganda contra el aborto”.
Un artículo publicado por The Guardian titulado “Si Blonde es una película feminista, ¿por qué se sigue explotando a Marilyn Monroe?” también reprochó al filme, emparejando su tipo de acercamiento al que han elaborado otras producciones audiovisuales sobre Pamela Anderson (Pam & Tommy) y Judy Garland (Judy) por “reducir incluso a las mujeres exitosas a cuerpos sexualizados y traumatizados”. “Es hora de dejar de ‘examinar’ la explotación de las celebridades femeninas metiéndoles cámaras en las faldas”, expresó la autora.
Stephanie Zacharek, crítica de la revista Time, disparó contra la película por su desinterés en su trabajo como actriz. “Sabemos que, en la vida real, los hombres usaron y a veces abusaron de Marilyn, aprovechándose de sus vulnerabilidades; también sabemos que ella nunca conoció a su verdadero padre, y que eso le causó un gran sufrimiento. Pero Dominik está tan obsesionado con el estado de víctima de Marilyn que apenas ve a una persona allí”, indicó.
“Blonde es una película sin alegría sobre la falta de alegría en lugar de un filme sobre Marilyn Monroe. Y aunque tanto Dominik como Oates probablemente afirmarían que eso es así por diseño –una vez más, esta es una obra de ficción, no una biografía sencilla–, Blonde no deja espacio para la multidimensionalidad de la Marilyn de la vida real, su capacidad para el deleite y sus profundas depresiones”, cerró.
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