Ocho años, 172 capítulos, seis nominaciones a Mejor actor de serie de drama en los Emmy (tantas como James Gandolfini y Bryan Cranston). No satisfecho con ser el rostro más visible del largo y exitoso recorrido de Dr. House, Hugh Laurie dirigió dos episodios de la serie médica, uno en la sexta temporada y otro en la última.
El actor inglés tiene una idea que podría explicar su debilidad por duplicar sus labores. “Es algo que me fascina. Creo que en parte proviene de la falta de confianza en mi propia capacidad para hacer mi trabajo; quiero hacer el de los demás. Sea cual sea el trabajo que estoy haciendo, quiero hacer el de otra persona”, señala a Culto a través de videollamada.
Reconoce que le gustaría repetir la experiencia en Avenue 5, la serie de comedia que actualmente tiene en emisión en HBO y HBO Max. “Lo que espero es que alguien más lo sugiera, y luego yo podría decir: ni siquiera lo había pensado. Sí, eso sería interesante. Pero no ha sucedido todavía. No estoy herido. No estoy ofendido. Pero aún no ha sucedido. Espero que ocurra”, agrega ante un reducido grupo de medios.
Por ahora el intérprete se contenta con dedicar toda su energía a encarnar Ryan Clark, el capitán que protagoniza la producción creada por Armando Iannucci (Veep), un personaje que, según dice, le despierta admiración a pesar de ser un desastre (y que en la historia es llamado “depresivo y anoréxico Santa Claus”). “No es Moisés, pero es un hombre que está tratando de sacar a la gente de esta situación imposible en la que se encuentran”, plantea.
El gran drama consiste en que, debido a problemas técnicos y estupidez humana, un crucero interplanetario está a años de conseguir volver a la Tierra. Aunque al final del primer ciclo los cálculos señalaban que faltarían al menos ocho años para el regreso, Ryan elige mentir y les dice a los tripulantes –incluido al multimillonario dueño de la nave, interpretado por Josh Gad– que sólo restan cuatro semanas. Esa situación al límite es la que describe la nueva temporada, que este lunes estrena su segundo episodio en HBO y en su plataforma de streaming.
“Aprecio el hecho de que Ryan no se dé por vencido. Él sabe que es un farsante. Sabe que están condenados. Sabe que no es el hombre adecuado para el trabajo. Sabe que casi cada palabra que sale de su boca es necesariamente una mentira. Y, sin embargo, no se rinde”, indica sobre el rol principal de una serie que califica como “optimista”.
Al mismo tiempo, en la previa al lanzamiento del segundo ciclo, ocupó sus redes sociales para escribir: “Lo que comenzó como una fantasía cómica salvaje terminó siendo realismo social descarnado”. Una alusión a que la pandemia y los últimos dos años volvieron carne muchos de los elementos que la ficción de Armando Iannucci satirizaba.
Antes y después de la crisis causada por el Covid-19, Laurie mantiene su fe en los seres humanos, así como en la comedia y en la música, su segundo amor en las artes (más de alguno recordará que en 2012 brindó un concierto en Chile presentado su disco debut, Let them talk).
“Sin chistes, no imagino cómo sería la vida”, asegura. “Las canciones y los chistes son las cosas que requerimos en los momentos más oscuros. Y a veces cuanto más oscuras se ponen las cosas, más divertidas se vuelven”.
“Una de las cosas que más admiro del trabajo de Armando (Iannucci) es que, por mucho que empuje sus límites y vaya a lugares a los que otras personas no se atreverían -es decir, es audaz-, lo hace con mucho cariño por los personajes y por la humanidad”. El actor piensa un segundo y concluye: “La comedia y la música son mis especies de dioses”.