“Mi padre intentó matar a mi madre un domingo de junio. Fue a primera hora de la tarde”. Así, brutal y directo es el inicio de La vergüenza, la clásica novela corta de Annie Ernaux de 1997, y que publicó en Francia con Gallimard. En castellano, el sello que se encargó fue la española editorial Tusquets.
En sus páginas la francesa hizo un desgarrador relato de una pelea familiar de 1952, cuando contaba casi 12 años. Después la contextualiza con su infancia en un colegio católico en Yvetot, Normandía; las noticias que ocurrían en ese día (marcadas por las guerras de Indochina y en Corea); un viaje previo que hizo solo con su padre -un hombre algo malhumorado-; y la acosadora vida en su pueblo de provincia “todo el mundo vigilaba a todo el mundo…Ser como todo el mundo era el objetivo general, el ideal que debía alcanzarse. La originalidad pasaba por excentricidad”.
Por supuesto, Ernaux mantiene su sello característico, en que narra los hechos de su propia vida, como si los viera desde otro lado. “Escribir es situarme fuera, y desde este punto de vista, todos los valores pasan, todas las cosas se transforman, en constante evolución”, dijo en 2011.
La vergüenza es parte de las 4 novelas que Tusquets tiene del catálogo de Ernaux, y que acaba de volver a poner a disposición de público chileno junto con El acontecimiento, Pura pasión y El lugar. Esto tras ser galardonada con el Premio Nobel de Literatura en octubre pasado.
En El acontecimiento, narra su experiencia realizándose un aborto clandestino. “Ese recuerdo nunca me ha dejado. Representa en mi vida, como creo en la de muchas mujeres, ya sea antes o después de la ley del Velo de 1975, un acontecimiento en el verdadero sentido de la palabra, es decir algo que sucede y te transforma”, dijo en una entrevista de 2002 para Gallimard. Por otro lado, en El lugar, aborda la muerte de su padre y fue la novela con que marcó su estilo. “Escribir una novela (de ficción) habría sido la máxima traición. Debía estar en la verdad y por lo tanto en el yo verdadero”, dijo en 2011; y en Pura pasión, narra su affaire con un diplomático extranjero casado. “Sabía que no iba a escribir una ‘historia de amor’, que era incapaz de hacerlo. Yo era esta mujer atravesada por esta pasión, ¿Qué hace ella ? ¿Qué piensa ella? ¿Cómo se comporta?”, comentó en 1994.
La reedición de material es algo que suele ocurrir con cada ganador del Nobel. El 2021, la española casa editorial Salamandra adquirió los derechos para traducir y publicar en castellano al ganador de ese año, el tanzano Abdulrazak Gurnah, cuyo trabajo estaba escasamente difundido en nuestro idioma. Hasta ahora, se han publicado Paraíso y A orillas del mar. A inicios de 2020, vía Alfaguara y Lumen se publicaron en Chile los libros del austriaco Peter Handke, el polémico ganador del Nobel 2019. A fines de ese año, con la poeta estadounidense Louise Glück como ganadora, su obra pasó a la editorial Visor, que publicó su poemario Noche fiel y virtuosa, y llegó a Chile recién en mayo del 2021.
El factor Nobel
¿Cuánto influye el Premio Nobel para que los libros de un autor se vendan? Consultamos a una serie de libreros y en general, la conclusión es que es algo relativo. Sergio Parra, de Metales Pesados, asegura: “Antiguamente, el Nobel podría haber empujado más a un autor, pero ahora eso ya no ocurre. El Nobel perdió esa magia, porque los grandes escritores ya están muertos: Borges o Roth. Ahora hay que conformarse con los masivos, como Murakami, pero que son menores. Si no lo gana Zurita, el Nobel se lo van a dar a puros menores”.
Sin embargo, Parra anota una excepción: “Con el que sí pasó fue con J. M. Coetzee. Cuando se ganó el Nobel, se reeditó todo y de ahí nunca más paró de vender, hasta hoy”.
Nicolás Letelier, de Ulises, explica que hay dos problemas que suelen ocurrir con los autores premiados: “O no están sus obras, o son escritores que no son populares. Por ejemplo, Peter Handke. Es un gran escritor, pero la gente no engancha con él porque es una escritura muy dura. Con Gurnah no pasó nada porque habla sobre Tanzania, y aquí eso no prende”. Elena Bahrs, también de Ulises, complementa: “Cuando lo ganó Patrick Modiano, no prendió mucho”.
Cecilia Palma, de Palmaria, opina: “Depende del autor y si el libro está disponible. Generalmente, nunca están disponibles los libros de los ganadores. Pasó con Louise Glück, que justo terminó su contrato con Pre-Textos y tardó mucho en que se editara nuevamente, pero no pasó nada con ella”.
En el caso de Ernaux, el Nobel sí empujó mucho sus ventas. Laura Infante, de Catalonia, señala: “En general, habitualmente los lectores se llevaban sus libros. Pero apenas se ganó el premio, se agotó todo lo que teníamos de ella. En dos días se vendieron todos y nos empezaron a preguntar mucho por sus títulos. De todas maneras influye el premio, por todo lo mediático que hay detrás y el interés de los lectores, que comienzan a buscarla por estar al día”.
“A Annie Ernaux la gente la conocía, se vendía. Acá se agotaron sus libros cuando se ganó el premio, a la semana ya no me quedaba nada. Son libros cortitos y personales, que van de lo íntimo a lo social”, añade Palma. En Ulises también pasó el huracán Ernaux. “Porque nos vemos mucho más reflejados en la realidad de ella que en la de un tanzano. Es mucho más natural”, señala Letelier. “Annie Ernaux es mucho más universal, si habla del aborto y la pasión en las mujeres”, acota Bahrs.