“Yo que no he tenido nunca un oficio / que ante todo competidor me he sentido débil / que perdí los mejores títulos para la vida / que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una solución) / que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos / que me arrimo a las paredes para no caer del todo / que soy objeto de risa para mí mismo”.

Esos son los primeros versos de Derrota. Un poema de 1963 y que fue publicado originalmente en una revista. Ahí comenzó todo. Una carrera literaria, siempre anclada en los márgenes y en la poca exposición antes que cualquier otra pretensión. De hecho, no es muy amigo de las entrevistas. Es que, a su pesar, Derrota se convirtió en una especie de faro para la poesía latinoamericana.

En 2014, fue consultado por la pesada sombra del poema en su carrera. Respondió que había sido un reflejo de cómo se sentía por entonces. “Cansado no estoy, pero ese poema hoy no me refleja. Lo escribí en medio de una crisis personal... bueno, una depresión. Si gustó tanto fue porque coincidió con la situación política de los años 60 y la consolidación de la democracia en Venezuela con Rómulo Betancourt”.

A sus 92 años, el venezolano Rafael Cadenas fue anunciado como el nuevo ganador del Premio Cervantes, sucediendo a la uruguaya Cristina Peri Rossi. De alguna manera, tanto en su vida como en la literatura pretende bajarle un cambio a las cosas. “No suelo usar la palabra felicidad: la encuentro muy grande para mí. Preferiría otra: naturalidad, disfrutar lo que nos guste, contentarnos sencillamente. Ya eso sería bastante”, señaló en charla con el matutino español El País. El galardón está dotado con 125.000 euros (unos 114 millones de pesos chilenos).

En el fallo, el jurado destacó: “Su obra es una de las más importantes y demuestra el poder transformador de la palabra cuando la lengua es llevada al límite de sus posibilidades creadoras. Cadenas hace destilar de las palabras su esencia deslumbrante, colocándolas en el territorio dual del sueño y la vigilia, y haciendo que sus poemas sean una honda expresión de la existencia misma y del universo, poniéndolas también en una dimensión que es, a la vez, mística y terrenal”.

Crítico, pero sin odio

Cadenas tiene un pasado vinculado a la izquierda. En su juventud, fue militante del Partido Comunista de Venezuela, lo que le costó cárcel y exilio durante la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez (1952-1958), aunque tras la amarga experiencia, fue dejando la pulsión política de lado. A su regreso al país, se abocó en sus labores de académico de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela.

Hoy, su visión de la izquierda es más crítica, influida cómo no, por la experiencia del chavismo. “No soy de los que en su vejez dicen con orgullo que siguen pensando como en su juventud. No hubo entonces cambio en ellos, y hay gente que hasta tiene por traición dejar de pensar lo mismo con el andar del tiempo. Pese a no ser un gran activista político, dediqué mucho tiempo a esa religión laica llamada comunismo, sobre la cual aún hoy lucubran intelectuales europeos. Algunos incluso fantasean con un comunismo mejor, como si hubieran olvidado el siglo XX. Todo régimen comunista es una dictadura. A veces hasta dinástica”.

Incluso, al recibir el Premio Internacional de Poesía Federico Lorca, en 2016, señaló: “El premio significa mucho para mí, para los poetas venezolanos y para mi país que está sufriendo más de lo soportable a causa de una crisis total de la que es responsable el actual régimen”. Eso sí, lo suyo no es la subversión, es más bien una oposición desde su plataforma de las letras, sin violencia. “Soy bastante crítico del régimen, pero sin odio”, dijo a El País, en 2021.

En su trayectoria, Cadenas ha publicado libros esenciales como Intemperie (1977), Amante (1983), Anotaciones (1983) o En torno a Basho y otros asuntos (2017) donde ha desarrollado una poética anclada en lo breve, fragmentario y lo reflexivo. Aunque en absoluto algo críptico o intelectualista.

Además, ya acumula algunos de los reconocimientos importantes de las letras en castellano, prueba de que su nombre es una especie de referencia: El Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances (2009), el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2015) y el Premio Reina Sofia de Poesía Iberoamericana (2019).

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