Crítica de discos de Marcelo Contreras: Weichafe y Julieta Venegas brillantes, Bruce Springsteen sólo cumple

Julieta Venegas Weichafe Bruce Springsteen

La música en nuestro idioma saca pecho en las novedades discográficas de la semana, Mientras la mexicana edita un disco de categoría, la banda chilena retorna con un título a la altura de lo mejor de su trayectoria. En contraparte, "el Jefe" no logra lucir en su álbum de clásicos del cancionero de su país.


*Weichafe - Vuelo hacia el final

La más sensible de las bandas de rock duro que ha dado Chile regresa a seis años de Mundo hostil, a su vez la vuelta al estudio tras una década y un periodo de inactividad. Esta nueva encarnación con Diego Ormazábal en batería y Valentín Fertorández en sintetizadores, junto a los históricos Ángelo Pierattini en voz y guitarra, y Marcelo da Venezia en bajo y voz, expande caminos y pule bordes. La pluma de Pierattini se desliza entre la intimidad, cierta pesadumbre y también el orgullo por sus principios, compartidos por una de las fanaticadas más fieles de la escena nacional. “No fui un peón, abro mis alas por las vidas que vendrán”, proclama en Soy del sur, una de las piezas clave de un álbum que conjuga músculo, experiencia y dosis.

Vuelo hacia el final es un triunfo en sonido y la manera en que se barajan los instrumentos -más capas, menos frontal-, el mejor momento de la banda en ese territorio, de ambición internacional sin perder la chilenidad. El disco también contiene futuros clásicos como Ponle agua a las flores, una composición delicada, poderosa y emotiva, una balada inapelable. El título homónimo y Canción del solitario, representan la magnificencia de Weichafe en esta etapa. Cuando se discuta el mejor trabajo de su discografía, este álbum peleará el título.

*Julieta Venegas - Tu Historia

“Deja a tu pasado ser parte de ti, lleva con orgullo tus errores”, canta Julieta Venegas en su regreso. Con 51 años, la artista mexicana evalúa lo andado. En este reporte, el arrepentimiento no tiene cabida, sino lidiar con las experiencias. Tu Historia, producido por Álex Anwandter, profundiza y mejora el mapa de Algo sucede (2015), una fusión rígida de distintos momentos de su pasado musical. El álbum arranca con En tu orilla, un corte que coquetea con Close to me de The Cure -el tiempo, las palmas, el bajo sinuoso-, para instalar de inmediato una actitud positiva con amores de otros días: “Voy a ser tu secreto, un rincón que guardas solo para ti”. Brillaremos describe un amor que ya no funciona, para torcer con optimismo hacia el estribillo -”será un recuerdo tan hermoso”-, en un perfecto giro melódico. Mismo amor es un funk algo manido hasta que el estribillo sale al rescate.

El dream pop con raíz en los 60 cocina Te encontré, para llegar a los ropajes acústicos de La Nostalgia, imprimiendo una pausa conmovedora. Caminar sola y Tu Historia marcan un punto de inflexión en el disco con sus detalles, ambientes y el talento desbordante. La elegancia de las cuerdas en plan soul embellecen Dime la verdad, hasta que Pura fantasía y Despechada mexicana rematan en alto, un regreso con clase y categoría.

*Bruce Springsteen - Only the strong survive

“El Jefe”, la figura más oficialista en la historia de la música popular estadounidense, un rockero sin excesos atento de alinear con el poder y el lado correcto de la historia, se vuelca hacia el soul y las formas del pop dominantes en los 60 y 70 -el funk de salón por ejemplo- en este álbum de covers, impecable y correcto, adjetivos que califican para definir su carrera.

Si se trata, por ejemplo, entre la versión de The Sun ain’t gonna shine (anymore) del magnífico Frankie Valli, o la épica interpretación de The Walkers Brothers, la rendición de Bruce Springsteen, más bien propia de una aceitada banda de late show, queda tercera. Lo mismo sucede con Don’t play that song de Ben E. King, que en Chile tuvo un gran cover de Los Ramblers. El problema no está en la leyenda de New Jersey precisamente, que en general hace un buen trabajo interpretativo con la entrega habitual, sino en la propuesta musical sin muchos matices, todo frontal y definido según la producción del propio artista y Ron Aiello, su colaborador en la última década. El soul es parte del ADN de Bruce Springsteen, y por lo mismo se podía esperar un homenaje más sentido y jugado. Solo hizo lo correcto.

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