Para el 2012 la música chilena venía comandada por artistas que en clave pop conquistaban las radios y al público nacional. Parte de esta camada estaba compuesta por Javiera Mena, Alex Anwandter, Pedro Piedra y Camila Moreno, entre otros, que veían despegar sus carreras con discos considerados esenciales en cancionero de la década pasada.

El recuento de grabaciones de estudio lanzadas ese año incluye títulos como Panal de Camila Moreno, Juventud Americana de Ases Falsos o Acuario de Manuel García. El listado también lo integra GP, el álbum de un Daniel Riveros de 32 años con el que consolidó el sonido con el que se hizo conocido: folclor andino, sintetizadores y pop. Con canciones como En la naturaleza o Bomba Chaya el músico dejaban atrás a un Gepe de guitarras y un estilo más introspectivo, para dar paso a una fiesta con estética andina y bailes tinku.

“Lo pasé muy bien en la grabación, en la composición, en todo sentido. Para mí el recuerdo personal más valioso que tengo de ese tiempo es que fueron tres o cuatro meses y una etapa muy luminosa”, dice Riveros al hacer memoria de esos días.

Más elementos en la música y sencillez en las letras. Así más o menos se estructuró el álbum GP que contó con Cristián Heyne en la producción. Con una lírica más cotidiana como en Fruta y té o Bailar bien, bailar mal, Gepe buscó tener una voz más clara al momento de componer. “A partir de la canción Por la ventana del disco anterior (Audiovisión, 2010) es que entendí que podía hacer canciones sencillas y que me siguieran representando, que no fuesen tan herméticas como lo había hecho hasta ese momento”, recuerda el cantante.

“(En GP) aprendí a gozar las cosas que hacía. Yo creo que esa es la principal característica de esa etapa. Creo que se nota en la composición, que son súper simples, bien luminosas también, y reales”, agrega.

Este álbum no solo evidenció el interés de Daniel Riveros por la música latinoamericana, sonido que seguiría explorando en los años siguientes, sino que además le abrió las puertas a nuevos públicos, dejando atrás el circuito alternativo para saltar a la masividad. “Empezamos a tocar en un montón de lados, nos empezó a escuchar la gente en la radio y nos empezaron a reconocer en lugares. Eso fue muy grato”.

Un explorador la música latina

Diez años después, la inquietud latinoamericanista sigue inspirando a Gepe, pero ahora su interés se ha expandido a estilos como la cumbia o la ranchera. Parte de ello forman parte de su último EP, Realismo lanzado en agosto pasado y que incluye 4 canciones. En este trabajo, el chileno realiza una exploración por estos ritmos y además de sumar colaboraciones con artistas como el mexicano El David Aguilar y el colombiano Esteman para las canciones Coquimbo, Mazatlán y Ansiedá, respectivamente.

“Yo hago música a partir de lo que escucho siempre. Los sonidos de bossa nova o bolero como en Ansiedá, la ranchera antigua como en Coquimbo, Mazatlán, o la cumbia colombiana son cosas que vengo escuchando en el último tiempo. Me han fascinado mucho y encontré la manera de expresarlo a través de estas canciones”, sostiene Gepe.

En lo que respecta a las letras, en Realismo Gepe buscó ser más honesto y explorar vulnerabilidades como la ansiedad, las urgencias y los enredos mentales propias del tercer mundo: “La realidad latinoamericana en general es super abrumadora, y sin duda que te neutraliza de alguna manera y te pone ansioso”, confiesa. “Pero principalmente este EP tiene que ver con cosas de la autoconciencia. Por ejemplo, Las 4:40, Ansiedá y quizás Coquimbo, Mazatlán, hablan sobre los ciertos fantasmas que uno tiene en la cabeza, de las obsesiones, pero principalmente de la autoconciencia”.

Gepe: “El urbano es un movimiento fuertísimo que tiene voces muy distintas y eso me encanta”

Si el 2012 se cerraba un buen año para la música pop chilena, este 2022 se cierra como el gran año de la música urbana nacional. 12 meses en que nombres como Polimá WestCoast, Cris Mj, Pailita y Jordan 23 integran el top 10 de artistas más escuchados en Chile. Sin mirar desde lejos el fenómeno, Gepe se declara un admirador más del estilo: “Young Cister, es mi favorito”.

Sobre su apreciación frente a los exponentes más jóvenes de la música nacional, aclara que no cree en la idea de una música nueva o música vieja. Menos que haya una mejor que la otra: “La música va cambiando y va progresando. A mí me da la sensación de que el urbano en Chile tiene voces súper particulares. Es un movimiento fuertísimo, pero que tiene voces muy distintas unas de otras. Eso hace que la escena trap o la escena urbana sea tan potente”, señala. “Por un lado está Pablo Chill-e, que es letra, discurso, actitud; pero por otro lado está la Princesa (Alba) o Polimá que son melodías pop. Yo estoy seguro que ellos van a trascender. Son personas que hacen buenas canciones y tienen una actitud interesante. Finalmente eso genera un aporte a mediano y largo plazo”, agrega confiado en los nuevos nombres de la música nacional.

Gira por Chile

Además de recordar 10 años de GP, recientemente Daniel Riveros liberó en las distintas plataformas su desaparecido EP de 2008 Las piedras. Se trata de un disco de 5 canciones que funciona como trabajo bisagra entre los álbumes Hungría (2007) y Audiovisión (2010). “Es un borrador del paso de la idea más precaria de discos como Gepinto y Hungría. Precaria pero no por eso menos importante y menos resuelto. Precaria en términos de elementos, de conocimiento técnico, de todo lo que tenga que ver con lo artístico, para luego pasar a un disco mucho más elaborado, con canciones y arreglos más elaborados, con un pensamiento más claro”.

Las Piedras fue un disco que se regalaba y se podía descargar de manera gratuita, pero que hasta noviembre pasado no formaba parte del catálogo de Spotify y otras plataformas de música en internet. “Es bonito reeditar cosas de las que ya ha pasado mucho tiempo y que, de alguna manera, no sé si suenan actuales o no, pero por lo menos hay mucha gente que le tiene mucho cariño a ese EP y me incluyo”.

Junto al rescate de este material, por estos días Gepe también se encuentra realizando la gira Realismo Tour que lo ha llevado por distintas ciudades del país. Las próximas fechas con las que cierra su 2022 incluye Talca (7 de diciembre), Santiago (10 de diciembre en Feria Pulsar) y Antofagasta (21 de diciembre).

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