“Desde el tiempo de Oxygène (1976) he estado interesado en la relación entre la música y el espacio”, declara vía Zoom el titán francés de la electrónica Jean-Michel Jarre (74) en entrevista con Culto.
Oxymore, su placa número veintisiete, editada el 21 de octubre recién pasado, continúa ensanchando su propuesta, esta vez sacando partida del flamante Dolby Atmos disponible en las plataformas de streaming Apple Music y Tidal no solo como una herramienta de post mezcla, sino que compositiva.
“Siempre he tratado de ampliar y agrandar la sensación del estéreo sumando efectos como el reverb o el delay para hacer que suene todo lo más expansivo posible. En el año 2000 hice el disco Aero en 5.1 donde traté de explorar este tipo de audio espacial”, recuerda, citando el recopilatorio doble editado en formato CD y DVD con mezclas en Dolby Digital y DTS de sus clásicos.
Revoluciones
En 2022, el año en que las remezclas en Spatial Audio han colmado generosamente la oferta de streaming sumando títulos de importancia histórica como Kind of Blue de Miles Davis; A love supreme de John Coltrane; Rumours de Fleetwood Mac; Revolver de The Beatles; Moving Pictures de Rush o Getz/Gilberto de Stan Getz, Tom Jobim, Jõao y Astrud Gilberto; el aventajado Jarre delinea su perspectiva: “La mayoría de las producciones en Audio Espacial son producciones hechas originalmente en estéreo que posteriormente se han mezclado en audio inmersivo. Nunca me ha convencido esta idea y por una razón simple: no veo el punto de mezclar a The Beatles o a Frank Sinatra en audio espacial. Frank Sinatra grabó en mono y tener la voz de Frank Sinatra dando vueltas alrededor mi cabeza me parece estúpido, no tiene sentido. Cuando comienza a volverse interesante es cuando nueva tecnología como esta se utiliza para concebir y componer desde el comienzo para este nuevo tipo de medio”.
El hombre que masificó la electrónica con un superventas grabado utilizando una drum machine Korg Mini Pops 7 modificada con cinta adhesiva y un viejo Melotrón con solo algunas teclas operativas siempre ha estado dos pasos más adelante, pero anclado en lo básico, lo primigenio: “La idea del estéreo no existe en la naturaleza. Cuando hablo contigo, hablo en mono y los pájaros cantan en mono y cuando estás ya sea en medio de la naturaleza o de la ciudad todos los sonidos rodean tu cabeza, te circundan. Y lo emocionante es que la tecnología de hoy te permite volver a una forma natural de oír los sonidos y por primera vez estar dentro de la música. Y para ello debes componer especialmente pensando en esa situación”.
Musicalmente, Oxymore -oxímoron, en español- rescata de su inventiva placa Zoolook (1984) la artillería de samples y el rescate de la música concreta como punto de partida, concebido como un homenaje a Pierre Henry, una de las influencias claves en el extenso catálogo de Jarre.
Henry, fallecido en 2017, trabajó con el pionero Pierre Schaeffer, fundador del Groupe de Recherches Musicales al que Jarre se unió en 1969, institución cuyo legado sonoro fue clave para el desarrollo del sampling y su uso en el hip hop y el rap de mediados de los años ochenta. Grabaciones de campo efectuadas por Henry y dejadas tras su muerte en manos de Jarre, con quien esperaba colaborar en un proyecto futuro, fueron el punto de partida de las composiciones.
-¿Cómo fue que compuso el álbum directamente utilizando Audio Espacial y no mezclando en este formato a posteriori?
Comencé a explorar en una forma intuitiva porque no tenía un modelo a seguir, tal como cuando hice Oxygène y no tenía referencias. Del mismo modo, Oxymore comenzó de la nada. En mis arreglos, en mi ideas, yo pensaba que, por ejemplo, me gustaría que un sonido en específico se escuchara desde atrás de mí y que luego se desplazara hacia el frente a la derecha y luego hacia el frente a la izquierda. Así que construí mi propia experiencia en el camino. Mientras tocaba un sonido, yo quería que apareciera en un lugar específico del campo sonoro y entonces lo toqué y lo grabé y lo incorporé exactamente dónde lo quería. Fue un proceso de experimentación porque en este instante no tenemos reglas, y las reglas creo que van a aparecer en los próximos años. Pero al momento la belleza de la situación es que yo era completamente virgen explorando todo esto, descubriendo lo que estaba haciendo, mostrándome a mí mismo dónde ir.
Oxímoron
Jarre está consciente de las repercusiones de utilizar esta herramienta con fines creativos. “Lidiar con el espacio en estos términos es algo completamente nuevo. Creo que será un gran cambio de juego para los artistas jóvenes del futuro porque, en la historia de la música y del arte, siempre ha sido la tecnología la que dicte los estilos y no al revés. Es porque inventamos el violín que Vivaldi hizo la música que hizo y es porque inventamos el cine que tenemos a Tarantino y Godard, y no al revés. Hoy tenemos por primera vez la capacidad de crear en base a esta completamente novedosa aproximación a la música y automáticamente nuevos géneros de música emergerán de esta tecnología”.
-Según contaron The Beatles en su saga Anthology, al aparecer en el estéreo ellos no sabían qué hacer con el segundo parlante, pues estaban acostumbrados a grabar en mono y debieron pensar en cómo llenar ese espacio. A propósito de eso, recuerdo que, cuando Oxygène cumplió 3 décadas usted lo grabó nuevamente bajo el nombre New Master Recording en vivo y en compañía de otros músicos. ¿Planea, en ese sentido, tocar en vivo algunos de sus discos clásicos y registrarlos en Audio Espacial en tiempo real?
No. Porque sería una contradicción. Concebí esa música en estéreo y debería quedarse así. Creo que los primeros discos de Elvis Presley o de Charlie Parker que se grabaron en mono deberían seguir así, no veo el punto en cambiarlos, ni siquiera a estéreo. Lo interesante de The Beatles es que ellos forzaron el estéreo, le dieron una vuelta manteniendo el concepto de mono pero en dos parlantes. Y eso fue grandioso y me encanta porque como músicos nosotros siempre estamos forzando la tecnología para nuestros propósitos y es lo que hago con Oxymore al decir que voy a usar estas herramientas que no han sido concebidas pensando en nosotros -el Dolby Atmos se inventó para las películas y los cines, no para los músicos- entonces, durante la producción, hay que darle una vuelta a la tecnología para que encaje. Lo mismo con el audio binaural, que aún no me convence. Por ello tenemos que encontrar trucos.
La inmersión para Jarre será inclusiva en todo aspecto o no será. Por ello la versión en vinilo de Oxymore, la cual se reproduce en estéreo, fue hecha pensando en emular la percepción de sonido envolvente con la que fue concebida la placa.
“Pasé mucho tiempo con ingenieros que torcieron el sistema para lograr que, cuando pongo la versión en vinilo de Oxymore, y al escucharla con audífonos, se llegue a oír convincente para mí. Lo importante es no perder los bajos ni especialmente los medios bajos, que yo creo son el elemento clave cuando comienzas a direccionar los sonidos y crear la sensación real de inmersión. Hay que pensar en que esta sensación debiera estar disponible para todos. Con tus audífonos convencionales deberías poder escuchar lo que yo hice”, sentencia.
Cantos magnéticos
Oxyville, una ciudad virtual concebida por Jarre, es el mundo que alberga cada una de las composiciones del álbum para la puesta en vivo, donde el músico interpreta en tiempo real las piezas, manifestándose en un avatar. La audiencia, representada por sus respectivos avatares, interactúa sin barrera alguna, geográfica o social con la propuesta, mediante VR y en línea.
“El concepto es bastante antiguo. Cuando lees un libro te transportas a ti mismo, te imaginas a los personajes y eres un observador o un personaje de la historia que te gusta. Con la realidad virtual envías tu gemelo digital a un mundo imaginario y, en mi caso, es un mundo que yo concebí. Es muy diferente a los artistas que graban una interpretación y la envían a un videojuego o un ambiente virtual. En mi caso estoy interesado en crear mi propio mundo y tocar en vivo ahí dentro, es un cuento totalmente distinto. Con Oxymore, quiero tocar en el mundo real con solamente dos visuales, volver a lo que se trata la música. Cerrar los ojos y dejar que el disco sea el soundtrack de la historia que puedas crear en tu propia mente mientras escuchas mi música y luego mantener esos visuales en la VR al tocar la música con mi avatar o un holograma en esta ciudad imaginaria hecha en blanco y negro, a mitad de camino entre Metrópolis y Sin City, donde mi holograma está realmente tocando en vivo en uno de los distritos de la ciudad. El disco tiene once canciones y existen once distritos en Oxyville y al final de cada canción automáticamente eres transportado al próximo, siguiendo el concepto”.
-Una persona tetrapléjica que asistió a su show en realidad virtual se emocionó al ser capaz de bailar y disfrutar de un concierto en vivo por primera vez en su vida. El concepto de inmersión virtual invita a todos a ser parte de la experiencia.
Es un punto interesante. En estos días cuando hablamos de metaverso en los medios siempre es en relación a criptomonedas y negocios pero, desde mi punto de vista, lo veo no solo como tecnología emergente sino que con un trasfondo social muy poético y es que puedes crear algo que no puedes crear en el mundo real. También está el hecho de que puedes conectarte con gente aislada por razones físicas, sociales, geográficas y esto te permite conectar con todos, diferentes artistas y personas, y puedes vivir eventos, exhibiciones, teatro, ópera y alcanzar todo tipo de audiencia.
-Acá en Chile aún se sienten los ecos de su presentación de hace un par de años.
Muchas gracias, lo aprecio mucho. Espero podamos pronto vernos nuevamente en el mundo real (risas).