Música electrónica e influencias del mundo: vuelve el proyecto La Montaña Sin Nombre
La iniciativa artística es encabezada por dos nombres de largo recorrido en la escena local, Rodrigo Aros y Rodrigo Gallardo, quienes siempre han tenido olfato y carácter inquieto para mezclar lenguajes de distintas latitudes.
Es una iniciativa que ya cuenta con recorrido y personalidad artística distintiva. La Montaña Sin Nombre es el proyecto de los músicos Rodrigo Gallardo y Rodrigo Aros que este jueves 15 ha liberado en plataformas su segunda producción.
Según comentan ellos mismos, se trata de una combinación de música electrónica con sonidos orgánicos y tempos lentos, mezclado con influencias orientales, africanas y latinoamericanas, un verdadero mosaico global de espacios amplios, un paisaje sonoro con un beat profundo, potente y constante.
Ambos vienen de cunas creativas que se cruzan. Gallardo proviene de la escena de la folktrónica, es ex miembro fundador de la agrupación Matanza y actualmente es parte de esta escena musical a nivel latinoamericano y mundial.
Aros por su parte es miembro de la agrupación Hoppo!, en la que trabaja con Rubén Albarrán de Café Tacuba -se han presentado en espacios como Lollapalooza-, y también en la agrupación Detucunatutumba con la que lleva 20 años investigando en instrumentos de origen folclórico de todo el planeta.
“Este segundo álbum de La Montaña Sin Nombre es un trabajo elegante, sin mayores pretensiones comerciales, pero con un compromiso hacia la belleza. Las melodías inspiradas y la representación de un arte global en la proyección de una cultura que trasciende fronteras y genera vínculos entre lugares distantes”, dicen sus gestores.
A través de esta fusión de elementos diversos, y siempre en el contexto de un sonido electrónico actual, el álbum se traslada a paisajes que podrían ser del lejano oriente o de medio oriente, como también escenas latinoamericanas o africanas. En momentos el sonido combina tantos elementos que se hace imposible localizarlo en un lugar concreto; según los autores, de ahí el nombre del proyecto, esta montaña sin nombre, como un lugar en el que las denominaciones ya se han disuelto o quizás un lugar que nunca fue nombrado, por lo tanto, un sitio que nunca existió más que en la imaginación de estos dos músicos chilenos que unen sus vertientes para este trabajo de factura sobria y potente sonido.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.