Julieta Brodsky: “(Ser la ministra menos conocida del gabinete) es algo esperable en un ministerio como el de cultura, con una ministra que no es un rostro famoso como otras veces”
En diálogo con Culto, la ministra de las Culturas repasa el 2022, que califica como “intenso”. Aborda el Plan de reactivación del sector cultural tras la pandemia, pero también sus polémicas declaraciones sobre los derechos de autor, los dos paros de funcionarios del Patrimonio, y cómo enfrenta el hecho de ser la ministra menos conocida del gabinete.
Lo primero que Julieta Brodsky Hernández, ministra de las Culturas, comenta cuando se le pregunta por el 2022, es que fue un año “muy intenso”. No solo porque debió hacerse cargo de un ministerio que -señala- no estaba implementado, sino también porque le tocó la dura tarea de liderar la reactivación del sector cultural tras la pandemia. Para ello, no solo implementó el Bono a los trabajadores de la cultura, que entregó $450 mil para 30 mil trabajadores, también el Plan de reactivación cultural, donde se han destinado $ 2.776 millones de pesos. Además, tras el avance del país a la etapa de Apertura en el Plan Seguimos Cuidándonos Paso a Paso, pudo concretar una medida muy esperada por el mundo de la cultura: la eliminación de restricciones de aforo y el no uso de mascarillas.
Por ello, y en una soleada mañana, Julieta Brodsky recibió a Culto en su oficina, en calle Ahumada, para abordar estos, y otros tópicos más complejos, como sus polémicas declaraciones sobre los derechos de autor y las dos paralizaciones de los funcionarios del patrimonio. Además de los temas que vienen para el 2023, donde vienen cuatro nuevos programas: Puntos de cultura, Fomento y desarrollo de ecosistemas creativos, Promoción y fortalecimiento del trabajo cultural y los Sitios de memoria, con énfasis en las regiones. También, el año que viene estará marcado por la conmemoración de los 50 años del golpe militar, que coordinará su cartera, aunque aclara que eso todavía se está diseñando.
Este año se llevó a cabo el Plan de reactivación cultural que buscaba darle vida al sector ¿Cree que cumplió con el objetivo?
Creo que ha sido muy positivo el balance. Justamente ha sido uno de los grandes desafíos que nos impusimos entrando al gobierno. Hemos podido trabajar con otros ministerios, por ejemplo, con Economía, o con el Ministerio de Salud para tener un Plan Paso a Paso adaptado a las necesidades y a las particularidades del sector cultural. Ahora nuestro Plan de reactivación cultural regional ha sido muy positivo porque el foco estaba puesto en lo territorial. Esto ha estado funcionando en todas las regiones del país por igual y el foco fue la contratación y el darle espacio a los artistas y cultores locales. Entonces no ha ocurrido lo que a veces ocurre, que todos los recursos se terminan yendo a un gran evento o un gran artista que generalmente es de la Región Metropolitana, sino que los recursos efectivamente se están quedando en las regiones, hacia los sectores que más sufrieron durante la pandemia y hacia una diversidad de disciplinas. Estamos considerando actividades con artesanos, con distintos disciplinas artísticas, ferias del libro, ferias de artesanías, festivales. Con este plan, se han visto beneficiados más de 2.000 trabajadores y trabajadoras de la cultura y se han puesto casi 3 mil millones de pesos solo desde el Ministerio de las Culturas, más todo lo que se destinó al bono para trabajadores culturales.
Usted menciona la importancia de destacar a las regiones, y los dos Premios Nacionales que se entregaron este año se anclaron justamente ahí. Hernán Rivera Letelier, de Literatura, y Elisa Avendaño, de Música.
Efectivamente, este año los premios nacionales estuvieron muy enfocados en temas más territoriales que se han instalado desde la creación artística. Por un lado, Hernán Rivera Letelier, que es un escritor que de alguna forma ha logrado reflejar la identidad del norte chileno y en ese sentido la región de Antofagasta y el Norte en general estaban muy agradecidos de este premio. Lo sentían como un premio propio de la comunidad nortina. Creo que es importante que los reconocimientos puedan ir a fortalecer también nuestras identidades locales, al trabajo que se realiza en provincias, que a veces no es tan reconocido, y que enfrenta muchas más dificultades que en la Región Metropolitana. Y también tuvimos a Elisa Avendaño, que no solo es un premio que se va a la Región de la Araucanía, sino también a un pueblo, porque ella representa a un pueblo originario que nunca había recibido un Premio Nacional de Música. Entonces nos parece que son símbolos y señales importantes para ir valorando más las distintas manifestaciones de la diversidad cultural de nuestro país.
Sobre el premio a Rivera Letelier, ¿qué piensa usted de las críticas que señalaron que su nominación no era tan literaria y se debía más bien a otro tipo de factores, por ejemplo, ser de regiones?
Yo creo que los premios nacionales tienen muchas aristas. Efectivamente, hay una arista fundamental y central que tiene que ver con la escritura en sí y con el trabajo creativo en sí. Pero también son premios que, de alguna forma, buscan dar señales. Si bien este es un premio que lo define un jurado diverso, donde yo personalmente soy una más, creo que este año había un ánimo de reparar ciertas deudas con los premios nacionales. Eso significa que a veces ciertos criterios se ponen por delante de otros. En este caso creo que hubo criterios que tenían que ver con la trayectoria del autor, con la inserción en la cultura popular, con el aporte que hace el autor a la identidad local, por sobre la escritura.
El Presupuesto de Cultura 2023 supone un incremento del 16% respecto de 2022 y, de este modo, pasa del 0,41 al 0,44 % del erario nacional. ¿Cuándo estima que se cumplirá el compromiso del gobierno de llegar al 1% del PIB?
Nuestro compromiso es llegar al 1% del gasto total del Estado, y eso lo estamos proyectando hasta el final del Gobierno. Digamos, terminar nuestro mandato con un 1% para el Ministerio de las Culturas. Por supuesto que esto es un desafío que debemos enfrentar de manera muy responsable, porque la institucionalidad también se tiene que preparar para ello.
¿Quedó conforme con el presupuesto?
Sí, muy conforme.
Un tema que causó polémica en el año fueron sus declaraciones en torno a los derechos de autor, mientras se discutían en la Convención Constituyente. ¿Cómo lo vivió usted?
Me parece que efectivamente mis comentarios no fueron bien formulados. Quizás para el momento y la tensión que se estaba viviendo en ese instante, creo que se tomaron como un ataque a los derechos de autor o como una intención de este gobierno de flexibilizar de alguna forma la legislación actual en torno a derechos de autor, lo que no era para nada mi intención. Nosotros, y lo he repetido en distintos momentos, tenemos un compromiso muy fuerte con los derechos de autor y sobre todo con todos los derechos laborales, económicos, y sociales de los trabajadores y las trabajadoras de la cultura. Sabemos que si bien los derechos de autor no son homologables a derechos laborales, al igual que estos, aportan a mejorar las condiciones de vida de los autores, de los creadores, de los artistas. Entonces, por supuesto que vamos a defenderlos y vamos a respetar la legislación que existe. No tenemos ningún interés en cambiar esa legislación.
¿Hay alguna política que vaya a implementar el ministerio respecto a la protección de los derechos de autor o en contra de la piratería?
Nosotros tenemos una Unidad de derechos de autor que hace poco lanzó una campaña importante en torno al fomento y a la difusión de los derechos de autor. Se están haciendo distintas actividades, capacitaciones, encuentros también con las sociedades de derechos de autor, con artistas, para también profundizar este tema. Sabemos que una de las grandes dificultades que existen en temas de derechos de autor es la falta de conocimiento del sector sobre este tema.
Otro tema es el del fin de los fondos concursables para sustituirlos por un nuevo Sistema Nacional de Financiamiento. ¿Cómo va eso?
Lo que nosotros planteamos no es el fin total de la concursabilidad, sino ir superando la concursabilidad como la herramienta central de financiamiento cultural. Y eso es lo que hemos estado trabajando. Por un lado, rediseñando los fondos concursables. Este año se simplificaron bastante las líneas de financiamiento, también se eliminó la etapa de admisibilidad de los proyectos, lo que sin duda va disminuyendo las brechas y barreras que generan los fondos concursables. Y por otro lado, también lo que estamos haciendo a través del presupuesto 2023, es reforzar otro tipo de herramientas de financiamiento cultural, más bien enfocadas en los programas, en herramientas que den sostenibilidad a las agrupaciones culturales y que no generen la inestabilidad que implica estar todos los años concursando sin saber si el próximo año vas a tener el financiamiento para continuar con tu proyecto. La concursabilidad todavía es útil para cierto tipo de iniciativas. Por ejemplo, proyectos más individuales, proyectos de creación, pero no para organizaciones que tienen una larga trayectoria, que realizan iniciativas que son fundamentales para un territorio, por ejemplo festivales, ferias o instituciones, espacios culturales que están instalados en ciertas comunidades y que necesitan una estabilidad y una sostenibilidad a mayor plazo. Entonces estamos fortaleciendo las iniciativas que permiten eso, que permiten mayor sostenibilidad. Estamos diseñando un Sistema Nacional de Financiamiento Cultural. Va a ser un proyecto de ley que busca ordenar nuestros instrumentos de financiamiento y establecer de qué forma vamos a financiar, qué tipo de iniciativas.
Es decir, un escritor que quiere publicar una novela, o un músico que quiere grabar un disco, ¿van a tener que seguir concursando?
Claro. La concursabilidad nos permite, por un lado, descubrir aquello que no tenemos mapeado. Las nuevas iniciativas, las personas que están iniciando su carrera, que obviamente si no es a través de los fondos concursables es muy difícil que consigan financiamiento para sus proyectos. Y además, cuando los recursos son limitados, la concursabilidad te resuelve el problema de poder seleccionar a quienes sí vas a poder entregar financiamiento y a quienes no.
¿Hay una fecha para el nuevo sistema Nacional de Financiamiento Cultural?
Estamos pensando lanzarlo en el primer semestre del próximo año.
¿Cómo ha vivido usted lo ocurrido con la secretaria ejecutiva del Consejo Nacional del Libro, Gladys González? quien recibió acusaciones de malos tratos de los funcionarios y lleva meses de permiso.
La verdad es que no puedo referirme mucho a ese tema porque es una investigación que está abierta y en curso. Entonces prefiero no adelantar nada sobre eso.
Un tema que tocó este año fue la paralización de los funcionarios del Servicio Nacional del Patrimonio, dos en menos de cuatro meses, quienes alegaban incumplimiento de compromisos de parte suya. ¿Cómo la golpeó esa situación?
No es algo que una espera. No esperábamos que recién empezando el gobierno existiera una paralización de este tipo. Pero también era fácil de entender dadas las tremendas precariedades que existían dentro del servicio y las demandas bastante legítimas que tenían las agrupaciones. Aquí hubo una postergación muy importante del Servicio Nacional del Patrimonio y un incumplimiento de compromisos adquiridos en la administración anterior. Entonces fue un desafío. Tuvimos que entrar a negociar y también acelerar muchos procesos para poder dar cumplimiento a estas demandas. Firmamos un acuerdo marco con las agrupaciones en julio de este año y hasta el momento -y con la aprobación del Presupuesto 2023- estamos llegando al 80% de cumplimiento de todo lo que se acordó con los gremios. Así que creo que también fue una oportunidad para, de alguna forma, poner presión y avanzar rápidamente en las urgencias que tenía el servicio.
¿Considera que el tema está resuelto?
Sí, con la aprobación del Presupuesto 2023 y el diálogo constante y las mesas de trabajo con las agrupaciones, el conflicto está bastante manejado.
¿En qué se encuentra la Ley de Patrimonio?
Ahora estamos realizando todo el diseño de lo que va a ser el proceso participativo amplio que se va a realizar el próximo año y la consulta indígena, que se hará en el primer semestre del 2023. También hemos estado conversando con distintos sectores, sobre todo la Subsecretaría del Patrimonio, para ir sondeando cuáles son las posturas que se van a plantear en torno a este tema. También estamos estudiando todos los antecedentes relacionados a la ley anterior, a los procesos anteriores, porque han habido muchos intentos de modificar este proyecto de ley. Además, estamos trabajando fuertemente en resolver las problemáticas urgentes del Consejo de Monumentos Nacionales y sobre todo de su Secretaría Técnica.
Según la encuesta Cadem de octubre, usted es la ministra menos conocida del gabinete. ¿Cómo intenta revertir esa situación?
Eso es algo esperable en un ministerio como el de cultura, con una ministra que no es un rostro famoso como ha ocurrido en otras veces en este ministerio. Y estamos revirtiéndolo a través del trabajo, que es lo que nos importa realizar. Realizar un trabajo contundente. Poder mostrar más lo que hace este ministerio y lo importante que es para para las necesidades de la ciudadanía. Para mejorar la salud mental de las personas, para mejorar el crecimiento económico, para generar mayor cohesión social, para profundizar la democracia, para recuperar espacios públicos, etcétera.
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