Primero estuvo la tinta y el lápiz. Luego, el neón. Desde junio del 2022, el legado del poeta Vicente Huidobro se encuentra custodiado por la Pontificia Universidad Católica, gracias a la gestión que hizo la Fundación Vicente Huidobro con la tradicional casa de estudios. Por ello, en el Centro de Extensión Universidad Católica tendrá una sala especial y conmemorativa dedicada al autor de Poemas árticos. Además, su archivo permanece en la Biblioteca de Humanidades del Campus San Joaquín y se tiene contemplada una futura Cátedra Vicente Huidobro.
El Centro de Extensión Universidad Católica inaugurará este 9 de enero su nueva sala conmemorativa al famoso poeta chileno Vicente Huidobro, luego del convenio firmado por la universidad con la Fundación que lleva su nombre para la muestra y conservación de material inédito e histórico creado por Huidobro. “Para la UC es un orgullo enorme poder recibir este patrimonio. Vicente Huidobro es un poeta fundamental, uno de los más importantes de un país que, como sabemos, es un país de poetas. Ver el manuscrito de Arte poética , sus libros publicados en Chile y en el extranjero, sus fotografías de joven y ya en sus últimos años, los collages, los innumerables recortes de prensa que hablan de su papel no sólo como artista sino también como político, periodista, hombre de mundo y viajero, nos permite hacernos una idea cabal de lo que fue su trayectoria múltiple y creativa. Ahora nuestra misión-con Bibliotecas UC y el Centro UC de Estudios de Literatura Chilena (CELICH) de la Facultad de Letras- es proteger este patrimonio y difundirlo, haciendo posible que su obra sea más leída, consultada, enseñada e investigada y esté aún más viva en este siglo XXI”, dijo el rector Ignacio Sánchez a Culto.
La sala se inaugura con la exposición titulada Huidobro: Creacionismo y vanguardia, y para la ocasión, el reconocido artista chileno Alexander Azukar, presenta una reinterpretación del icónico retrato de Huidobro dibujado por Pablo Picasso, realizada con luces de gas de neón.
El vínculo entre el chileno y el malagüeño se originó a fines de 1916, según lo comenta la académica Belén Castro Laguna en su artículo Los horizontes abiertos del cubismo: Vicente Huidobro y Pablo Picasso. Fueron sus propias aproximaciones a las vanguardias (el creacionismo, del primero, y el cubismo, del segundo) las que unieron a ambos espíritus, bastante inquietos por lo demás.
Huidobro fue parte de algunos de los momentos notables de la carrera de Picasso. “Recién llegado a París, pudo ver Les demoiselles d’Avignon (considerado el manifiesto plástico del cubismo), que su autor había mantenido oculto desde 1907, y que se exponía al público por primera vez en la Galerie D’Antin; y en 1937 estuvo presente en la presentación al público del Guernica, que el gobierno de la República le había encargado al pintor para elpabellón español en la Exposición Universal de París”, señala Castro.
De hecho, el autor de El espejo de agua, se unió rápidamente al grupo cubista, debido a la admiración que le profesaba a Picasso. En 1941, hacia el final de su vida, Huidobro lo recordó en una entrevista. “Yo formaba parte del grupo cubista, el único que ha tenido importancia vital en la historia del arte contemporáneo. En el año 1916 y 1917, publiqué en París,con Apollinaire y Reverdy, la revista Nord-Sud, que es considerada hoy como un órgano capital en las grandes luchas de la revolución artística de aquellos días. Mis amigos más íntimos eran entonces Juan Gris y el escultor Jacques Lipchitz […] Apollinaire venía a comer a casa los sábados. También venían a menudo Max Jacob, Reverdy, Paul Dermée. A veces llegaban Blaise Cendrars, Marcoussis, Maurice Raynal, que venían del frente de batalla. Entonces conocí a Picasso, que volvía del sur de Francia […] ¿En dónde está Picasso en estos momentos? ¿En dónde está Lipchitz, Braque, Laurens, Léger, Breton, Metsinger[sic] y tantos otros?”.
Acaso influenciado por su amigo, Huidobro también incursionó en las artes visuales a su manera, con los poemas pintados y los caligramas. En mayo de 1922, incluso realizó una exposición. “El nombre y el arte del pintor malagueño aparecen como un referente significativo en esta nueva aventura de Huidobro”, explica Castro. Esta muestra incluía el célebre dibujo que Picasso le hizo a Huidobro el año anterior, y que fue incluido, en su libro de poemas en francés Saisons choisies (1921). Posteriormente, también estuvo en la primera edición de Altazor (1931).
En 1925, escribió un texto halagando al español. “Picasso no es el representante de ninguna raza. Él es español, es portugués, es francés, es árabe, es holandés, es fenicio…Él es el este y el oeste. Es el norte y es el sur. Ninguna raza lo puede ahogar […] Y he aquí por que [sic] él sobrepasa con su cabeza araña-cielos, la de tantos grandes artistas de la historia del arte: porque es algo más que un artista, es esa cosa extraña, esa cosa monstruosa y rara: un hombre”.
Quizás la última gran aventura que los unió fue que ambos se encontraban en el Manifiesto Dimensionista de Charles Sirat, de 1936. También compartieron posición política, con acercamientos al Partido Comunista y su apoyo al bando republicano durante la Guerra Civil española, entre 1936 y 1939. Huidobro falleció en Cartagena, en 1948, mientras que Picasso le sobrevivió más tiempo y falleció en Mougins, Francia, en 1973.