*El segundo rompecabezas de Rian Johnson
Inspirado por el espíritu de los libros de Agatha Christie, el director y guionista Rian Johnson creó Entre navajas y secretos (2019), su irresistible rompecabezas sobre la investigación que emprende el detective Benoit Blanc (Daniel Craig) tras el asesinato de un autor de novelas criminales.
En la segunda parte, Glass Onion: Un misterio de Knives out, el cineasta intenta aportar nuevos colores a ese diseño narrativo. De partida, se resiste a revelar a la víctima hasta bien entrada la película. Toda la primera parte es una presentación del grupo de invitados de Miles Bron (Edward Norton), el millonario detrás de una compañía tecnológica, hasta que una muerte gatilla que el espectador conozca el verdadero motivo de la presencia de Blanc en su isla privada en Grecia y la estructura se reordene.
Al igual que cuando promocionó la cinta original, Johnson no ha tenido inconvenientes en exponer sus influencias. En este caso su mayor guía fue The last of Sheila (1973), filme escrito por Stephen Sondheim y Anthony Perkins que gira en torno a un productor que persigue descubrir al asesino de su difunta esposa invitando a todos los sospechosos a su yate.
En un guiño directo a ese largometraje, Glass Onion reúne a un grupo de viejos amigos en las cercanías del Mediterráneo y sigue a un hombre adinerado al que todos parecen tener motivos para matar. Pero, fuera del punto de inicio, las semejanzas no trascienden más allá. “Estoy muy orgulloso de que la película tome inmediatamente su propia dirección”, afirmó el cineasta a Entertainment Weekly.
*Plenamente independiente de la cinta original
El título original del filme es Glass Onion: A Knives out mystery, en un guiño directo a la primera cinta, conocida en inglés como Knives out. Sin embargo, su director hubiese preferido que fuera bautizada sólo conservando la primera parte del nombre, para así evitar caer en cualquier referencia explícita a su predecesora.
¿Por qué? Rian Johnson las concibió como dos películas que pueden convivir una separada de la otra, con dos casos totalmente diferentes y una galería de personajes distintos. Su único nexo en común es el detective que encarna Daniel Craig y la promesa de que a lo largo de la historia este deberá exponer al culpable de un asesinato.
Una lógica que va a contracorriente del modelo actual presente en precuelas, secuelas y multiversos, y que por supuesto no quita que sea altamente recomendable ver o repetirse ambos largometrajes uno detrás del otro (el anterior también está disponible en Netflix).
*Daniel Craig en estado de gracia
Liberado completamente de sus responsabilidades como James Bond (tras cinco películas y una década y media en la saga del agente 007), el actor británico se mueve a sus anchas en el rol de Benoit Blanc. Tres años después del estreno de Entre navajas y secretos, su segunda vez en la piel del detective le da la oportunidad de expandir los horizontes del personaje, un papel que reúne carisma, perspicacia y la dosis justa de ironía y absurdo.
Aunque la historia vuelve a tener un acento coral, Blanc cuenta con una presencia más amplia en pantalla, trascendiendo la mera investigación del caso principal. Incluso hay espacio para dos secuencias que transcurren en el hogar del protagonista y algunas pistas sobre su vida privada. En ese ensanchamiento de su relevancia, el actor que le da vida está plenamente a la altura de la responsabilidad.
*Así son los ricos hoy
Glass Onion está ambientada en mayo de 2020, cuando el confinamiento prevalecía como la medida sanitaria número uno ante el avance de la pandemia. En ese contexto es que es que el excéntrico Miles Bron decide juntar a su particular pandilla de amigos, donde se incluye a una candidata al senado de Estados Unidos (Kathryn Hahn), un reputado científico (Leslie Odom Jr.), una modelo reconvertida en exitosa empresaria (Kate Hudson) y una influyente figura de internet (Dave Bautista), además de su misteriosa exsocia, Cassandra Brand (Janelle Monáe).
Rian Johnson se las arregla para mantener a esos personajes al filo de la caricatura, utilizando al personaje de Edward Norton como una vía para estudiar la perspectiva con la que se observa a los grandes magnates del mundo actual. “Queremos odiarlos pero también queremos creer que son Willy Wonka. El instinto natural muy estadounidense de confundir riqueza con sabiduría y aptitud”, señaló a The Atlantic, admitiendo que es una cinta más furiosa que la original. “Espero que durante la experiencia de verla no se sienta como algo enojado y odioso”, apuntó.
*Janelle Monáe, Edward Norton y el resto
Cantante y rapera, Janelle Monáe irrumpió en el cine en 2016 con Talentos ocultos y Luz de Luna, una nominada y la otra ganadora del Oscar a Mejor película. Desde entonces sus dotes actorales aguardaban por un papel que les sacara brillo del modo en que lo hace Glass Onion. De una manera similar a la preponderancia que alcanzó Ana de Armas en la primera parte, la intérprete se transforma en el arma secreta del relato, el punto más destacado de un elenco amplio y en general sin fisuras.
Norton también logra un trabajo convincente en la piel del magnate de la trama, volviéndolo cercano a pesar de las impresiones que puedan causar sus actos e ideas. Kate Hudson, Kathryn Hahn, Leslie Odom Jr. y Dave Bautista están a la altura de la tarea, al igual que Jessica Henwick y Madelyn Cline, a cargo de roles más pequeños pero jamás anecdóticos. Punto aparten merecen los cameos, incluyendo las apariciones especiales de los recientemente fallecidos Stephen Sondheim y Angela Lansbury, a quienes está dedicada la cinta.