El proceso fue intenso: casi dos meses de rodaje entre Chile, Argentina y algún lugar perdido en las montañas, donde los actores Fernando Larraín, Jorge Zabaleta, Rodrigo Muñoz y Benjamín Vicuña compartieron las 24 horas del día. “Estuvimos grabando como un mes y medio compartiendo pieza, hotel, van, baño, todo. Y nos hicimos muy amigos”, confiesa Vicuña entre risas sobre el detrás de cámaras de Papá al rescate, una comedia dirigida por el argentino Marcos Carnevale y producida por Sebastián Freund (Stefan v/s Kramer, 2012) que llegará el próximo 5 de enero a los cines chilenos.
Para Vicuña, ninguno de esos nombres era desconocido. Con sus coprotagonistas venía cultivando una relación de amistad y admiración previa, mientras que con Freund ya había trabajado en una recordada serie de Canal 13. “Esa fue una de las razones por las que tomé el proyecto. Poder volver a trabajar con amigos... A Jorge lo quiero mucho, al chico (Rodrigo Muñoz) también, a Fernando… Son personas que admiro en sus diferentes registros y sus diferentes formas de abordar la actuación”, señala el actor sobre sus compañeros.
Una relación fraterna que, según dice el chileno, se vio reflejada y complementada con la historia que sustenta al filme. “Es una película en movimiento, de estos cuatro personajes que están viviendo una aventura en que les pasa de todo. Se cagan de la risa, pero también salen ciertos principios y valores de la amistad, que es la lealtad, hasta donde uno puede llegar por amor y por cariño, y qué es lo que haría uno por un hermano, en este caso. Porque ellos se tratan y comparten como si fueran verdaderos hermanos. Y más que eso”.
Por parte de la producción, la presencia de Freund también resultó fundamental para que Vicuña decidiera involucrarse en el proyecto. “La propuesta la recibo por parte de Sebastián, que es el responsable de Huaiquiman y Tolosa (2012, Canal 13), una serie de la que tengo muy lindos recuerdos, una comedia espectacular. Y apareció con este guion, que es de película blanca, familiar, de aventuras, que habla sobre la paternidad en todas sus formas y la amistad a modo de elección de familia. Me pareció que era una muy linda manera de volver a hacer cine en Chile, y que era necesario también para la industria chilena volver a hacer una película de estas características para el público”, recuerda.
Una comedia contingente
Aunque siempre bajo el manto del humor, la historia de Papá al rescate –que también cuenta con la participación de la argentina Laura Fernández y el conductor Francisco Saavedra- pone sobre el tapete una serie de asuntos relevantes, como la adopción homoparental, el matrimonio igualitario y las manifestaciones por el aborto libre que remecieron al país vecino. Algo que para Vicuña resulta fundamental.
“Creo que esa es la misión que debe tener el cine. Contar una historia de aventuras, de acción, familiar, pero meter ciertos puntos de criterio, reflexión y debate para que la familia también pueda salir del cine y tener un tema (de conversación). Y salir con algo. El mensaje es muy bonito, hay escenas emotivas. Sobre todo con mi personaje, que es el que tiene ese color en la película”, asegura el actor, que en el filme encarna a Nicolás, un hombre gay que, ad portas de casarse y tras la muerte de una antigua pareja, debe rescatar a su hija de un orfanato.
A lo largo de su carrera, Vicuña ha trabajado papeles dramáticos. Pero la faceta cómica también es algo que lo apasiona. “Me encanta la comedia. En Chile me han visto con el Piruja de Pecadores (2003, TVN), o con el mismo Tolosa de Huaquimán y Tolosa, pero en Argentina he hecho mucho teatro... Es un género que me fascina, que me sana. Y creo que hoy en Chile más que nunca, con lo polarizado que está y con la efervescencia que existe, una comedia como esta puede unir y sanar muchísimo”.
La proyección de la película en salas también tiene un significado especial para el actor, que se define a sí mismo como un romántico del cine: “Para mí las películas deben verse en el cine. Ojalá con cabritas, con risas al lado tuyo, con aire acondicionado... Yo hago teatro y doy fe de la energía grupal y colectiva. Creo en los ritos, y el cine es uno. Estar ahí, todos, poniendo a vibrar una historia. O cuando estás viviendo una escena, una situación triste, emotiva, y escuchas que atrás tuyo alguien suspira... Es bonito, te sientes acompañado, y eso no te pasa en la computadora ni en el living de tu casa”.
En cuanto a sus proyecciones para el 2023, Vicuña asegura estar afrontando el cambio de año con tranquilidad. “El 2022 fue muy intenso, de mucho trabajo. En lo emocional también viví situaciones muy difíciles... Así que el próximo será un año en que iré más tranquilo. Voy a filmar una película en febrero y marzo en España y República Dominicana, y luego tengo otra serie para Buenos Aires y Uruguay. Pero, dentro de todo, sacando el pie del acelerador. Voy un poco más despacio y a disfrutar de los estrenos de cosas que hice y que ya van a salir”.