*Motörhead - The Löst Tapes Vol.4 (Live in Heilbronn 1984)
1984 no fue una temporada fácil para Motörhead. El histórico Phil “Philthy Animal” Taylor se marchó dejando vacante el puesto en batería, mientras el líder Lemmy Kilmister debió apañar con dos guitarristas relativamente desconocidos, como Phil Campbell y Würzel. El primero llevó a Peter Gill, miembro original de Saxon, y la banda se lanzó a la carretera para el No Remorse Tour. Hacia fines de diciembre ofrecieron cinco conciertos en el Sporthalle de Heilbronn, Alemania occidental.
Este documento contiene la fecha del día 29, y es el más antiguo de la colección The Löst Tapes, cuyos registros previos abarcan 1995, 1998 y 2000.
La calidad del sonido semeja un bootleg y, bajo ese parámetro, vale absolutamente la pena, no así si se le compara con el clásico No Sleep ‘til Hammersmith (1981).
Motörhead arremete con sus herramientas habituales: amplificadores crujiendo en once a lo Spinal Tap, la voz de Lemmy como testimonio de prematuro desgaste, la batería alborotada, descuadrada e incesante, y las guitarras tratando inútilmente de ganar algún espacio, en medio del ruido infernal proveniente del bajo.
Rock and roll metalizado, genuino y embrutecido en estado puro. Lo tomas o lo dejas.
*Tom Meighan - Put your foot down
Si algo demostró The Alchemist ‘s Euphoria, el primer álbum de Kasabian publicado en agosto sin el vocalista Tom Meigahn, es cuánta falta hace. Meighan, cuya función exclusiva en el grupo de Sergio Pizzorno era cantar, parecía destinado a quedar en la ignominia debido al motivo de su salida, a horas de aceptar ante la justicia una agresión a su pareja. El músico asumió la falta, junto con reconocer problemas de alcoholismo y salud mental.
Sometido a rehabilitación, se casó y vuelve con este EP de seis cortes, incluyendo dos remezclas. Put your foot down, la canción que bautiza el lanzamiento, opera como declaración de principios sobre superar el entorno acompañado -”cruzar la frontera, contigo puedo lograrlo”-, con pop rock aguerrido y focalizado, precisamente los elementos ausentes en lo último de sus ex compañeros. La épica On for life también contiene líneas que se leen como camino a la redención. Shout it out exuda Kasabian y barra brava, seguida de un logrado remix de la misma pieza en plan dance y dub. Let it ride se configura en clave beat disco, posteriormente ensamblada en formato electro funk.
Nada mal para un tipo que, supuestamente, sólo sabía cantar sin merecer más oportunidad.
*SantaFeria - Desafiándolo todo
Simplificar a SantaFeria como una mera expresión de la nueva cumbia chilena es injusto. El combo de Ñuñoa mantiene el eje en el sonido tropical, pero nunca le ha temblado la mano para sumar sonidos y estilos que, en principio, son relativamente ajenos al ánimo de juerga de la música creada en el Caribe, combinados con una fuerte impronta villera. Esa misma elasticidad que les permite dar zancadas nortinas (tal como ha hecho Chico Trujillo) aplica a las letras, con componentes de crítica social.
Este EP de siete cortes arranca con romance arrepentido bailable en Pidiendo perdón. Bájale un cambio se interna en la contingencia -”con tanto gasto yo no aguanto”-. A nadie le falta Dios, junto a Angelo Pierattini, se interna en la cumbia psicodélica electrificada en Perú, con vivencias propias de la chilenidad habituada a la resaca -”maquilla el dolor con piscola, vino y ron”-. Vuelos altiplánicos se apoderan de Yo juré cuidarte. Amor de historia reincide en la crónica del corazón con pasajes etílicos -”robar todo tu cariño, mejor tomo una de vino’-. Fui solo una parte es despecho 100% celebratorio -”puedo olvidar el tormento”-, mientras la despedida con De Juerga no deja espacios a dudas: “me levanto con la caña”. Salud.