Las cosas parecían ir con tranquilidad en la Academia West Point, una emblemática y prestigiosa institución militar estadounidense que tuvo entre sus filas a importantes personajes históricos. Pero todo se complicó con un hallazgo inusual, cuando en medio del bosque y en plena madrugada, uno de los estudiantes se topó con el cuerpo de un cadete colgado desde un árbol.
Inicialmente, todo indicaba un suicidio. Hasta que los directores se percataron de que al cuerpo le faltaba una parte esencial: el corazón, que había sido profanado con un corte tan preciso como cuidadoso. Con todas las cartas sobre la mesa, la única opción viable para solucionar el misterio era contratar a un investigador privado. Y qué mejor que llamar a Augustus Landor, un reconocido y reputado detective de la zona dispuesto a llegar al fondo del asunto.
Así arranca la historia de Los crímenes de la academia, película dirigida por Scott Cooper que hace unos días arribó a la cartelera de Netflix, tras un breve paso por los cines norteamericanos en diciembre del 2022. Bastaron sólo unos días desde su estreno para que este thriller de época -que tiene en su elenco a nombres de la talla de Christian Bale, Harry Melling, Lucy Boynton, Gillian Anderson y Toby Jones- se posicionara dentro de los contenidos más populares de la compañía, superando en las listas a títulos tan exitosos como Glass Onion: A Knives Out Mystery.
Basada en la novela homónima del escritor Louis Bayard, el filme tiene una peculiaridad que sin dudas ha despertado la curiosidad de más de un espectador. A lo largo de la trama, el detective Landor (encarnado por Bale) adopta como colaborador a uno de los estudiantes de la academia, cuyo nombre es más que conocido en la literatura universal: Edgar Allan Poe.
Y aunque se trata de una ficción, lo cierto es que el largometraje, al igual que la novela original, utiliza varias referencias a la vida y obra del autor gótico de Corazón delator. Pequeños datos que, en su conjunto, funcionan como un homenaje a uno de los escritores más importantes de la historia.
Un estudiante de West Point
Técnicamente, la totalidad de los hechos narrados en el filme de Cooper son mera ficción. Allan Poe nunca participó de la investigación de algún crimen perpetuado en West Point, o por lo menos no hay registro de aquello. Lo que sí es cierto es que el escritor tuvo una breve, pero significativa carrera militar que incluyó un paso de siete meses por la academia donde ocurren los hechos del filme.
Luego de ingresar a la Universidad de Virginia, pasó poco tiempo para que el joven Allan Poe comenzara a relacionarse con el juego y el alcohol. Algunos de sus biógrafos indican que su iniciación en las apuestas surgió como una forma de sostenerse económicamente, pero que pronto se transformó en un problema.
Para entonces, los conflictos con su padrastro ya estaban consolidados. Aunque el matrimonio de John y Frances Allan lo adoptó cuando tenía cerca de tres años, el poeta nunca logró establecer una relación fluida con su figura paterna. Algo que sí logró con su madrastra, que hasta sus últimos días representó uno de los pilares emocionales más importantes para el escritor. Es por eso que el financiamiento de la carrera estudiantil de Allan Poe siempre significó un problema entre ambos.
Lleno de deudas, el joven decidió abandonar la universidad. Así fue como en mayo de 1827, incapaz de sobrevivir por sus propios medios, llegó al ejército estadounidense, donde se enlistó como soldado raso bajo el nombre ficticio de “Edgar A. Perry” y con una edad también falsa.
Sin embargo, y pese a haber alcanzado el rango de sargento mayor de artillería, el poeta decidió abandonar la milicia después de dos años. Para librarse del compromiso de un lustro que implicaba la carrera militar, reveló a sus oficiales las mentiras que sustentaron su ingreso a las filas. El teniente a cargo, que tenía bastante afecto hacia el muchacho, decidió dejarlo ir siempre y cuando solucionara las cosas con su padre.
Por esos días, la madre de Allan Poe se encontraba en su lecho de muerte. El escritor, profundamente afectado por la pérdida, sólo pudo llegar a despedirla un día después de su fallecimiento. El duelo ablandó momentáneamente las cosas con su padre, que accedió a retirarlo de la milicia bajo la condición de que ingresara a la Academia de West Point.
De esa forma, y luego de pasar una temporada en casa de su tía María Clemm (madre de Virginia Eliza Clemm, que luego se transformaría en la esposa de Poe) el autor se inscribió como cadete en la institución neoyorkina en 1830. Pero su estadía no fue para nada tranquila, pues duró apenas siete meses dentro. Con las relaciones completamente fracturadas con su padre y decidido a emprender nuevos rumbos, Allan Poe provocó su expulsión luego de ser acusado de grave abandono de servicio y desobediencia a las órdenes.
Posteriormente se radicó en la ciudad para editar su tercer poemario, titulado simplemente como Poems. Para su publicación tuvo ayuda de sus ex compañeros de la academia, que donaron 75 centavos por cabeza para que el escritor lograra juntar el dinero necesario para costear el proceso.
Pequeños homenajes
A lo largo de la película, también es posible reconocer más de una referencia (también conocidas como “easter eggs”) a la literatura de Allan Poe. El mismo director reveló varias de estas en entrevista con el portal Tudum.
“El nombre Gus proviene de C. Auguste Dupin, quien fue el detective en las historias de Poe Los crímenes de la calle Morgue y La carta robada. El apellido ‘Landor’ proviene de otra historia corta de Poe, La cabaña de Landor, de la que también se basó Bayard cuando esbozó la casa del detective”, explicó Cooper.
El cineasta también utilizó características de la pluma de Allan Poe para definir su relación con el detective Landor, con quien alcanza una amistad bastante paternal a lo largo de la película. “Como sabe cualquiera que lo haya leído alguna vez, (Poe) escribe en un vocabulario muy latino, palabras muy largas, muy floridas, muy líricas, muy poéticas. Así que pensé: ‘Bueno, Landor será todo lo contrario. Se va a expresar en palabras anglosajonas más pequeñas y cortas. Eso realmente crea un personaje más duro’”, afirmó.
En la entrevista, Cooper igualmente mencionó que el título de la película y la novela (que originalmente es The Pale Blue Eye, “el ojo azul pálido” por su traducción) de entrada homenajea a El corazón delator, una de las historias más famosas del escritor.
Sobre el valor que subyace a la trama del filme a pesar de constatar una ficción, el director aclaró que su importancia radica en el contexto. “Lo que digo es: estos eventos que ocurren en nuestra película dieron forma a su visión del mundo y lo ayudaron a convertirse en el escritor en el que se convirtió, con los temas recurrentes que trata sobre las cuestiones de la muerte y los efectos de descomposición y reanimación de muertos y del luto, todas esas cosas que se consideran parte de su oscuro romanticismo”.