Claudio Miranda, el chileno ignorado por los Oscars 2023
Pese a las expectativas por su trabajo como Director de fotografía en Top Gun: Maverick, el reconocido profesional no será parte de la competición, marcando una de las sorpresas de la nómina.
El anuncio de las nominaciones a los Premios Óscar trajo algunas sorpresas, muchas de ellas relacionadas a la cinta de acción Top Gun: Maverick. La secuela fue nominada en seis categorías, pero no las que eran rumoreadas por la comunidad del cine; la tan esperada nominación de Tom Cruise en la categoría de Mejor Actor por su rol en la película de aviación al final no se concretó.
Otra omisión que llamó la atención es la ocurrida en la categoría de Mejor Fotografía, donde se notó la ausencia del chileno Claudio Miranda, director de fotografía en la cinta de acción. Por su trabajo en Maverick, Miranda ya ha recibido ocho reconocimientos (incluyendo una estatuilla en los Critics’ Choice Awards) , y figura en la lista de nominados a los premios de la Sociedad Americana de Cinematógrafos, la institución más grande del rubro.
Miranda nació en el año 1964 en Valparaíso, hijo de padre chileno y madre danesa. En su primer año de vida se mudó con su familia a Estados Unidos, y no volvió más a nuestro país. Comenzó su carrera como eléctrico, supervisando los setups de iluminación en las cintas.
Este rol lo hizo conocer con el director David Fincher, con quien comenzaría a colaborar en Seven, los siete pecados capitales (1995). De ahí fue subiendo en el escalón de las producciones cinematográficas, pasando a ser director secundario de fotografía en su cinta Zodiac (2007) y finalmente cumpliendo el rol de director principal de fotografía en El curioso caso de Benjamin Button (2008).
Su vínculo con el director de Maverick Joseph Kosinski empezaría en 2010, cuando éste lo contrató como cinematógrafo para sus cintas Tron: Legacy (2010) y Oblivion (2013). Pero su primer reconocimiento en el certamen más importante de Hollywood llegaría gracias a la película Life of Pi (2012). Su trabajo en la fotografía de la elogiada película d Ang Lee lo llevaría a ser premiado en los Oscars de 2013.
Su nueva colaboración con Kosinski, planteaba un desafío para el cinematógrafo: la producción, bajo la insistencia de Tom Cruise, quería prescindir de los efectos especiales. Esto significaba que todas las acrobacias aéreas debían ser llevadas a cabo sin estas herramientas, con las reacciones reales de los actores y sus vistas. Una tarea dificil considerando lo pequeñas que son las cabinas de los aviones de guerra.
Para lograr estos, según contó en una entrevista con The Wrap, el chileno obtuvo una licencia de pilotos y empezó a experimentar con la cabina de un avión viejo solo para encontrar la mejor forma de satisfacer estas peticiones. Finalmente logró su cometido, poniendo cámaras especialmente pequeñas pero potentes que pudieran filmar a los pilotos dentro de los jets y al mismo tiempo aguantar las fuerzas G experimentadas en sus vuelos.
Aunque el chileno no compita en los premios de la Academia, la película en la que trabajó sí lo hará. La película está nominada a seis categorías, incluyendo la de Mejor Película en donde compite con su otro rival de gran presupuesto Avatar: The Way of Water. Ambas se encuentran enfrascadas en una batalla por las mejores ganancias de 2022, habiendo alcanzado mil millones de dólares en la taquilla.
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