La última gran decisión del Festival de Viña ha generado un verdadero terremoto.

El domingo a través de Culto, el productor de la versión 2023 del certamen, Daniel Merino, anunció que por primera vez en sus 63 años de historia, la cita veraniega prescindirá de forma presencial de la orquesta. ¿Las razones? Básicamente económicas.

A cambio, un grupo de músicos trabajará en Santiago grabando pistas, las que se llevarán a la Quinta Vergara.

“La Orquesta se va a quedar en Santiago y todo se va a llevar envasado al festival. No vamos a llevar a los 30 músicos, nos sumaría 30 personas más, pero todo se graba en un estudio con calidad profesional, con el mismo staff de los últimos años. En ese sentido, le agradecemos al maestro Carlos Figueroa (NdR: director de la orquesta), con quien hemos trabajado muy de cerca. Él va a estar en Viña, dirigiendo el sistema digital que se va a usar”, comentó Merino.

Foto: RODRIGO SAENZ/AGENCIAUNO

Las reacciones fueron inmediatas. Desde la SCD hasta históricos, como el maestro Horacio Saavedra o el baterista Patricio Salazar, criticaron la determinación, argumentando que iba en desmedro de los músicos nacionales y que no se respetaba una de las tradiciones más arraigadas del espectáculo.

Al debate -y a las críticas- se sumó otra figura legendaria: Valentín Trujillo. El pianista publicó una carta en su cuenta de Instagram donde calificó la situación de “desastrosa”, además de subrayar que el hecho le llega muy de cerca, ya que ha luchado toda su vida por entregarle las mejores oportunidades a los músicos nacionales.

Luego siguió: “Están matando la profesión de las y los músicos con ferocidad, por lucro y codicia. Justificar la no contratación de músicos para la orquesta del Festival de Viña, aduciendo que así se ‘ahorran” dinero importante, es por decir lo menos, penoso y vergonzoso”.

“¿Prefieren gastar en arriendo de alfombras rojas para fiestas que sólo disfrutarán unos pocos y no en música que llegará a millones?”.

Después, destacó las cualidades de la música en el bienestar humano, además de citar a Nietzsche con su frase “la vida sin música es sencillamente un error, una fatiga, un exilio”.

“¿Y qué pasa con mi querido país? Se avanza de manera cruel y preocupante hacia un musicidio. Ya cometieron el horror y error de eliminar las horas de Educación Musical, reduciendo y comprimiendo sus enseñanzas dentro de lo que se denomina Educación Artística”.

Sobre el final, además de seguir deplorando la medida, citó al propio Horacio Saavedra: “Horacio Saavedra hizo famosa la melodía que quedó grabada en la gente: ‘Viña es un festival, música junto al mar’. Querido Horacio, habrá que cambiar la letra, para cantar ahora: ‘Viña es un festival, músicos ya no hay’”.